Los más de 2.000 agentes repartidos por Colonia no han sido capaces de evitar decenas de agresiones, algunas muy graves, como el de una mujer que recibió una fuerte paliza cuando iba hacia su casa, tras lo cual fue agredida sexualmente, o una periodista belga, violada mientras grababa. Sin embargo, el jefe de la policía asegura que el balance es positivo ya que no se trata de que haya un mayor número de agresiones sino de que ahora hay más predisposición a denunciar estos hechos.