120.000 mujeres sin hogar o con problemas de alojamiento en el País Vasco

Redacción Tribuna
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  • Hay más mujeres en situación de exclusión residencial pero son menos visibles que los hombres por su menor presencia en la calle
  • Frente a la opción de la calle o el albergue, las mujeres optan por estrategias como dormir en casa de familiares o intercambiar cuidado por alojamiento

Emakunde/Instituto Vasco de la Mujer ha publicado el estudio «La exclusión grave en la CAPV desde una perspectiva de género”, en el que se señala que a pesar de que las situaciones más extremas de la exclusión residencial afectan mayoritariamente a los hombres, se ha tendido a minimizar la presencia de las mujeres en situaciones de exclusión residencial. Entre las causas que han contribuido a subestimar el número de mujeres afectadas por estas situaciones, están las definiciones reduccionistas que asocian a las personas “sin techo” a las situaciones de pernocta en calle o albergues, en las que las mujeres representan una clara minoría y las distintas manifestaciones encubiertas de “sin techo” en el caso de las mujeres, mucho más difíciles de detectar y cuantificar.
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El estudio contabiliza algo más de 230.000 personas en diferentes situaciones de exclusión social en el País Vasco, de las cuales el 0,2% corresponden a situaciones de sin techo, el 0,6% a situaciones de personas sin vivienda y el 24,6% y el 74,6% a situaciones de vivienda insegura y vivienda inadecuada, respectivamente.

Las diferentes situaciones de exclusión residencial analizadas podrían afectar a algo más de 120.000 mujeres, de las que alrededor de 450 estarían sin vivienda.

En los hombres se observa una mayor proporción que en las mujeres en las categorías de sin techo, sin vivienda y vivienda inadecuada, mientras que entre las mujeres es superior el peso relativo de las situaciones vinculadas al alojamiento en una vivienda insegura, es decir, que viven bajo amenaza de desahucio, en régimen de tenencia inseguro (acogida por familiares o amistades, subarrendamiento, ocupación ilegal…) o bajo amenaza de violencia por parte de la pareja o de la familia. Las diferentes situaciones de exclusión residencial analizadas podrían afectar a algo más de 120.000 mujeres, de las que alrededor de 450 estarían sin vivienda.

La invisibilidad de las mujeres sin hogar

Una de las conclusiones del estudio, por tanto, es la invisibilidad de las mujeres sin hogar, que optan en su mayoría por alternativas a la calle o el albergue como pueden ser dormir en casa de familiares o amistades, mantener relaciones de pareja insatisfactorias, o intercambiar compañía o cuidado por alojamiento. La menor presencia de las mujeres en las situaciones más graves de exclusión social se debe a diferentes factores de contención muy relacionados con las atribuciones de género:

-Adaptación  a la precariedad laboral: Las mujeres han sabido adaptarse a las peores condiciones que les ha ofrecido el mercado laboral y en mayor proporción que los hombres se dedican a ocupaciones poco reconocidas, como trabajos domésticos, cuidado de personas…

-Prestaciones, protección social, cuidado: Se benefician en mayor medida de determinadas prestaciones y tienen menos reparos a la hora de solicitar ayuda institucional. Las mujeres tienen mayor tendencia al cuidado y a solicitar ayuda.

-Mayor apoyo familiar y social, pero con límites: Las mujeres reciben más ayuda de sus redes familiares y sociales pero habitualmente con contrapartidas que pueden coartar su autonomía.

-Paternalismo protector: El patriarcado establece cierta obligación de proteger a las mujeres en virtud de su supuesta debilidad y especialmente se privilegia a las madres.

-La maternidad como capital social y económico: Existen recursos específicos para las madres en situación de exclusión social.

-Miedo a la victimización: Casi una de cada tres mujeres que duermen o han dormido en la calle han sido víctimas de agresiones físicas y más de una de cada cuatro han sido objeto de agresiones sexuales, unos porcentajes mucho más altos que en el caso de los hombres. Según el estudio más reciente desarrollado en el País Vasco sobre exclusión residencial grave (SIIS Centro de Documentación y Estudios, 2015: 119), casi una de cada tres mujeres que duermen o han dormido en la calle (31,3%) han sido víctimas de agresiones físicas, y más de una de cada cuatro (22,7%) han sido objeto de agresiones sexuales, frente al 20,4% y el 1,8% de los hombres en las mismas circunstancias, respectivamente.

-Miedo al estigma: El estigma asociado a las mujeres sin techo es mucho mayor que el que sufren los hombres.

Evolución del número de personas en calle

El estudio revela que desciende el número de personas en calle pero aumenta el peso relativo de las mujeres. A pesar de que las herramientas de las que se dispone actualmente para medir de forma adecuada las situaciones de sinhogarismo no son suficientemente sólidas, ni la Encuesta sobre las Personas Sin Hogar, ni los resultados de los recuentos nocturnos en calle realizados recientemente revelan la existencia de una clara tendencia al aumento de las personas en calle.

Entre 2012 y 2014 tanto el número de mujeres, como su peso relativo entre las personas localizadas en calle, ha aumentado ligeramente.

Asimismo, en lo tocante a la presencia de las mujeres entre estas situaciones, mientras los datos de la Encuesta sobre las Personas Sin Hogar señalan que el número de mujeres ha descendido entre 2005 y 2012, los resultados de los recuentos nocturnos en calle realizados en las tres capitales vascas apuntan a que entre 2012 y 2014 tanto el número de mujeres, como su peso relativo entre las personas localizadas en calle, ha aumentado ligeramente. Además, los datos registrados por la Encuesta sobre las Personas Sin Hogar para el conjunto del Estado, así como los resultados de los recuentos nocturnos realizados en otras ciudades revelan tendencias similares a las observadas en el País Vasco.

Intimidación y violencia en la calle

El estudio muestra que las situaciones de pernocta en calle se encuentran mucho menos extendidas entre las mujeres; sin embargo, entre éstas son mayores las victimizaciones producidas en este entorno.

El 31% de las mujeres han sufrido agresiones físicas y el 23% agresiones sexuales (frente al 20% y 2% de los hombres, respectivamente)

Ya sea en el momento actual o en el pasado, la proporción de hombres que ha pernoctado alguna vez en calle es de casi el 75%, frente a un 47% de las mujeres. A tenor de las respuestas obtenidas vinculadas a determinadas experiencias de hostilidad, intimidación o violencia sufridas en calle, la victimización de las mujeres resulta superior que la de los hombres para todos los tipos de situaciones referidas.
Las diferencias son especialmente acusadas en lo tocante a agresiones físicas (el 31% de las mujeres, frente a un 20% de los hombres) y, sobre todo, sexuales (casi el 23% de las mujeres, frente a casi un 2% de los hombres).
 

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