Francia acaba de vivir un año electoral especialmente emocionante, pero completamente caótico, y que concluyó el 21 de junio de forma no sólo sorprendente sino altamente positiva para la lucha feminista.
No emitiré aquí juicios sobre la política -todavía por concretarse- de Emmanuel Macron, el nuevo Presidente de la República Francesa, pero sí me interesa desarrollar los nuevos objetivos alcanzados durante este año 2017 en cuanto a la igualdad y paridad en el sistema político francés. Una forma de afirmar que: ¡YES, WE CAN! (cuando uno quiere, claro…)
Primero es necesario contextualizar un tanto, y definir el sistema electoral francés que es un poco diferente del sistema español. De forma esquematizada y rápida, os diré que Francia cuenta con un sistema republicano con un régimen semi-presidencial.
– Cada 5 años se elige un presidente (jefe de estado).
– El presidente nombra a un primer ministro.
– El primer ministro forma un gobierno, decidiendo tanto el número de ministerios, como de la función de los mismos (es decir que puede decidir si existirá, o no, un Ministerio de Educación independiente del de cultura y deporte, por utilizar un ejemplo así, sencillo y bobo…)
– Al mes siguiente de las elecciones presidenciales, los franceses vuelven a las urnas para elegir sus diputados (las personas que dispondrán de un escaño en la Asamblea Nacional y que votarán las leyes).
– Tanto las elecciones presidenciales como las legislativas son elecciones a dos vueltas. Un candidato puede ser elegido desde la primera vuelta si consigue obtener la mayoría absoluta (algo que nunca pasó en el caso de las elecciones presidenciales, por ejemplo).
Hasta aquí el mini-breefing sobre la política francesa ¿Seguís aquí?
Emmanuel Macron -antiguo Ministro de Economía en el mandato de François Hollande- consiguió ganar las elecciones presidenciales como creador y representante de un nuevo partido con tendencias socio-liberales: En Marche (En Marcha). El objetivo de este nuevo partido era romper la frontera entre izquierda y derecha, pero sobre todo renovar por completo la vida política del país y, con ello, su clase política.
Una de las grandes promesas de campaña de Macron (o quizás la que me llamó más la atención personalmente, por esperanza o simplemente por no creérmelo) fue la paridad e igualdad en la vida política. El candidato Macron llegó incluso a prometer un Ministro/a de Igualdad (considerando de este modo que era una problemática lo suficientemente importante como para crear un Ministerio dedicado a este asunto).
Después de la elección de Macron, éste formó con su Primer Ministro Edouard Philippe, un primer Gobierno para asegurar el funcionamiento de los Ministerios hasta que tengan lugar las elecciones legislativas (que se celebraron el 11 y 18 de junio.)
Se afirmó que, en este primer gobierno, la paridad prometida estaba completamente respetada algo que, según varias asociaciones feministas francesas, no dejaba de ser una falacia. Efectivamente, numéricamente había tantas mujeres como hombres en el Gobierno. Pero los Ministerios con más peso y responsabilidad (los llamados “Ministerios de Estado”, o “Ministerios Regalianos”) estaban todos dirigidos por hombres. En cambio, los Secretariados de Estado (es decir los que disponían de menos poderes e influencia) eran en su mayoría los que estaban encabezados por mujeres.
Una de ellas es justamente Marlene Schiappa, Secretaria de Estado colaboradora con el Primer Ministro y encargada de la Igualdad entre hombres y mujeres. La promesa de crear un Ministerio exclusivo dedicado a la Igualdad se había desvanecido, y por ello hubo muchas protestas (incluso mías). Sin embargo, pidiendo explicaciones al grupo “Feministes En Marche” (grupo feminista directamente afiliado al partido) me contestaron que, finalmente, se consideró que para gestionar una temática tan plural como podría ser la igualdad, era más apropiado crear un “Secretariado de Estado”. Éste estaría directamente relacionado con el Primer Ministro para, de este modo, obtener una influencia sobre todos los Ministerios y aplicar las medidas de forma global. Un argumento que se sostiene, tengo que admitirlo.

Es más, dicha Secretaria de Estado, Marlene Schiappa, es una política de 35 años, que además es escritora, bloguera y activista por los derechos de las mujeres (en particular de las madres con un blog llamado “Mami trabaja”) así como de la comunidad LGBT. Algo que, obviamente, no puede ser más que un avance en el tema de la igualdad.
Volviendo a las elecciones legislativas (es decir para elegir a los 577 diputados de la Asamblea Nacional) el grupo político En Marche, impuso una perfecta paridad a la hora de elegir los candidatos/as que lo iban a representar. Y así fue: de los 428 candidatos elegidos, 214 eran hombres y 214 eran mujeres. Además, se insistió en la condición de que las mujeres no fuesen destinadas a circunscripciones -o lugares- donde no tuviesen posibilidad ninguna de ganar. Ninguno de los otros partidos políticos, totalmente desbordados por la ola de En Marche, pudo -o quiso- aplicar semejante paridad o cambio de perspectiva.
El 18 de julio, después de dos votaciones, los resultados no solamente daban la mayoría absoluta al grupo En Marche, sino que anunciaban un record de escaños atribuidos a mujeres. Sobre los 577 elegidos, 223 son mujeres, es decir un 38,6% (contra 155 (26,8%) durante el quinquenio de François Hollande). Hablamos por lo tanto de un incremento del 11,8% de mujeres en la Asamblea Nacional y que, por lo tanto, existe en la sociedad francesa una cierta normalización del hecho de votar por una mujer. Es cierto que todavía no llegamos al 50%, pero no dejan de ser unas cifras muy positivas.
Tres días más tarde, en relación con las elecciones, pero también con algunos casos de presunta corrupción de algunos Ministros, se procedió a una serie de cambios en la formación del Gobierno, y se incrementó el intento de paridad. Omitiendo al Primer Ministro, el gobierno se compone de:
– 15 mujeres sobre 29 (contando al primer ministro llegaríamos al bingo!)
– 8 Ministras sobre 16
– 3 Viceministras sobre 3
– 4 Secretarias de Estado sobre 10
Asimismo, se suprimió uno de los tres Ministerios de Estado, aunque los dos que se mantienen siguen estando dirigidos por hombres. A pesar de ello, se puede constatar con orgullo que los puestos más emblemáticos del Gobierno francés están dirigidos por mujeres.
De ahora en adelante, en Francia hablaremos por lo tanto de “Madame la Ministre” de la Justicia; del Ejercito; de la Solidaridad y de la Salud; de la Cultura; del Trabajo; de la Enseñanza Superior, de la Investigación y de la Innovación; de Ultramar y del Deporte. Algo que, hasta ahora, nunca se había producido en el país. Se trata, por lo tanto, de una gran victoria para la inclusión de las mujeres en la vida política, y para la normalización de la visión de mujeres en la escena pública, pero también por la igualdad democrática en general.
Sin embargo, también conviene matizar la cuestión y no solamente ver la parte emergente del iceberg. Emmanuel Macron está rodeado de un increíble equipo de comunicación, y controla su imagen y cada una de sus acciones políticas de forma obsesiva. Cada palabra, cada gesto y sobre todo cada decisión suya está puntillosamente pensada. En algunas ocasiones, dicha igualdad parece formar parte de una gran campaña de marketing que favorece la imagen progresista del nuevo presidente francés. Esperaremos por lo tanto antes de lanzar un entusiasta ¡HURRA! Todavía tiene que demostrar su capacidad de apoyo al combate cotidiano de nuestras -o más bien vuestras- homólogas feministas francesas. Continuará…
Pobres francesitos. Su verdadero objetivo es perturbar los equilibrios sociales, crear caos, conflicto, odio y violencia, para desprestigiar a mediano y largo plazo los conceptos de igualdad dentro de la sociedad francesa; desviar la atencion del pueblo y mantenerlo distraido con problemas creados, mientras su gabinete toma todo tipo de decisiones en cuestiones sobre las que el pueblo ofreceria mayor resistencia en condiciones normales. Todo con el objetivo final de reinstaurar un pensamiento belicista, colonialista e imperialista en la poblacion francesa. Ese es su plan, y la mera realidad es que esta jugando con fuego.