219 niñas desaparecieron el 14 de abril de 2014, cuando medio centenar de hombres armados irrumpieron salvajemente en el centro educativo varios hombres armados atacaron la Escuela Secundaria Gubernamental de Chibokdonde estaban por el grupo yihadista. Boko Haram en Chibok, un pueblo del noreste de Nigeria estigmatizado por la más popular y trágica acción de este grupo. Recuerdo aquellos días de indignación y sorpresa: personas influyentes en el mundo, se fotografiaron desde sus cómodos espacios, personas conocidas de la política, del espectáculo, del deporte, y también anónimas, pidiendo la liberación de las jóvenes niñas fotos con rostro serio y un mensaje #BringBackOurGirls.
Después supimos que no era un caso aislado y que este grupo terrorista, utiliza estas armas para sembrar el miedo y el terror en un continente que ha sido colonizado y saqueado y que después ha sido abandonado a su suerte. La sucursal de Al Qaeda en África sigue colocando bombas en ómnibus y masacrando cientos de aldeanos. Desde 2009, ya asesinó a 12 mil personas e hirió a 8.000, según el gobierno nigeriano.
Boko Haram pidió 800 vacas a cambio de las niñas, y luego cambió la exigencia por la liberación de otros miembros de la secta presos. Lo cierto es que las niñas siguen siendo secuestradas y las noticias que nos pueden decir qué ha pasado con ellas son demoledoras, pueden haber sido casadas, seguramente violadas, golpeadas o vendidas, y seguramente separadas en varios grupos, algo que hace todavía más difícil su liberación.
Gema Fernández, abogada que forma parte de Women’s Link Worldwide y es una de las coordinadoras, junto con Paloma Soria, del informe La trata de mujeres y niñas nigerianas: esclavitud entre fronteras y prejuicios, documenta las violaciones de derechos humanos que sufren las nigerianas en su país de origen durante el proceso migratorio y en los países de tránsito y destino, haciendo énfasis en quienes son deportadas y el riesgo al que se enfrentan de volver a ser tratadas. En este informe se destaca como las mujeres en tránsito y víctimas son retornadas a Nigeria desde España. Todos los Estados deberían respetar el principio internacional de no devolución (cuando existe riesgo para la vida o la integridad de las personas), que es de obligado cumplimiento. Por tanto, hay un interés por parte de Europa en generar las condiciones para que se pueda devolver a estas mujeres a sus países sin violar ese principio[1].
Y lo peor de todo es que ya nadie las nombra, es que nos hemos acostumbrado a su secuestro, a su ausencia; ya no hay personas célebres y conocidas pidiendo su regreso a casa. ¿Es posible que los seres humanos nos acostumbremos a las injusticias y lleguemos a olvidarnos de ellas? ¿Es posible que nadie hable de ellas a pesar de que siguen secuestradas, abandonadas, violadas y maltratadas? ¿Es posible?
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[1] Gema Fernández .La trata de mujeres y niñas nigerianas (Entrevista realizada por Carmen Briz Hernández). (Página Abierta, 234, septiembre-octubre de 2014).