Mujeres silenciadas en la Edad Media. Sandra Ferrer Valero.
Evocar la Edad Media es pensar en personajes como Carlomagno, hechos tales como las cruzadas o santos como Tomás de Aquino. Muy pocas veces evocamos nombres femeninos y si aparecen en los libros de historia hacen referencia a reinas o santas. Pero la Edad Media esconde historias de mujeres apasionantes que poco a poco van despertando del largo letargo al que se les ha condenado.
Mujeres silenciadas en la Edad Media (Punto de Vista Editories) supone un paso más hacia esa visualización de mujeres que intentaron ser algo más que mujeres y madres en unos tiempos en los que la misoginia intentó relegarlas de los espacios públicos, del mundo intelectual, científico y artístico.
En la Edad Media vivieron mujeres iluminadoras de bellísimos manuscritos, como las misteriosas Clarissa o En Depintrix; otras que los escribieron, como Hroswitha de Gandersheim, Duoda de Septimania o Cristina de Pizán. En el al-Ándalus fueron muchas las mujeres que escribieron hermosas poesías mientras que en la Francia provenzal descubrimos que no sólo los hombres ejercieron de trovadoras. Beatriz de Día o Castelloza son algunos de los escasos nombres propios que nos han llegado pero sabemos que fueron muchas las damas que construyeron hermosos versos cantando al amor profano. Del amor divino también nos hablaron la larga lista de místicas medievales que profundizaron en el amor de Dios y algunas deberían estar consideradas como pensadoras dentro de la teología.
Las mujeres se encargaron de traer al mundo a los hijos de sus familiares y amigas y aglutinaron un amplio conocimiento fruto de la experiencia. Algunas dieron un paso más y pretendieron ser doctoras. De pocas conocemos su nombre, y de una de ellas, Jacoba Felicié, lo sabemos por haber sido acusada por los rígidos doctores de París de haber transgredido las normas. En Palermo existió un pequeño oasis de conocimiento para aquellas mujeres que quisieron profundizar en la medicina ante la negativa general provocada por la misoginia medieval.
De beguinas, brujas, santas, abadesas, nos habla Mujeres silenciadas en la Edad Media, un libro que pretende recuperar los nombres propios de muchas mujeres que no quisieron aceptar el papel que la sociedad medieval les había asignado tras los muros de su hogar o de un monasterio.
Su autora, Sandra Ferrer Valero, es periodista y apasionada por la historia. Desde hace más de cinco años gestiona un blog dedicado a la historia en femenino (www.mujeresenlahistoria.com) que supera los 30 mil seguidores.
El libro se puede adquirir en formato digital y en papel.