Tribuna Feminista, en colaboración con Clásicas y Modernas, asociación para la igualdad de género en la cultura.
Clara Peeters es una de las pocas pintoras que ha logrado la trascendencia. Los motivos de haberlo conseguido son variados y complejos y exceden el espacio de esta crítica, pero uno de los que son incuestionables son sus autorretratos en los reflejos de los objetos que pinta en sus bodegones. Un juego que propone al espectador, divertido y serio a la vez, a través del cual podemos saber que quien pintaba era ella. Sin género de dudas.
Estos cuadros se disfrutan por el trabajo primoroso que tienen, por el auténtico deleite que debió suponer trabajar en ellos. El trabajo pictórico de flores, pasteles, tortas, dulces, almendras, cubiertos, platos, frutas, aves, pescados… parecería que no se puede crear algo bello, algo relajante y narrar el trabajo de los días, el continuo de los cuidados que no tiene fin. Autorretratarse en los brillos para lograr la trascendencia y que su nombre quede escrito en la historia como un guiño a la persona que mira. Hacer la P de su apellido en un dulce y poner su nombre, Clara Peeters, en el costado del mango de un cuchillo. Es una exposición que deja en el/la visitante una alegría por la vida que aparece en cada recuerdo de la misma.
Es una exposición que deja en el/la visitante una alegría por la vida que aparece en cada recuerdo de la misma.
Clara Peeters tuvo la fortuna de producir su obra en el tiempo en que Felipe V e Isabel de Farnesio estaban formando su colección de arte. La flor de lis identificaba los cuadros pertenecientes a la reina y dos de los cuatro cuadros que de esta artista residen en el Prado ostentan esta marca y se sabe a ciencia cierta que la reina los adquirió en 1636. En 1637 el Marqués de Leganés adquiría los otros dos cuadros que están en el Museo. De los 16 cuadros que forman la muestra, cuatro son patrimonio cultural de este país y como tales debieran de ser puestos en valor.
Es curioso destacar que en la rueda de prensa de presentación de la exposición en el Museo del Prado sólo fueran hombres quienes introducían a la artista y no hubiera ninguna mujer especialista en arte y género pero, para entender mejor las repercusiones que esto tiene, prefiero remitirme a la opinión de Rocío de la Villa en su artículo “A propósito de Clara Peeters en el Museo del Prado” que se puede leer en Mujer, Arte y cultura visual.
De la biografía de Clara Peeters sabemos poco, pero su trascendencia ha sido tal, que a ella se le debe la inspiración para que Wilhelmina Cole y Wallace F. Holladay, fundaran el National Museum of Women in the Arts de Washington…
De la biografía de Clara Peeters sabemos poco, pero su trascendencia ha sido tal, que a ella se le debe la inspiración para que Wilhelmina Cole y Wallace F. Holladay, fundaran el National Museum of Women in the Arts de Washington, tomando la decisión de fomentar la conservación y difusión de la creación de mujeres artistas cuando encontraron la obra de esta artista en el Museo del Prado y, al buscar y no encontrar referencias a esta, ni ninguna otra mujer creadora en las obras teóricas de referencia que utilizaban en sus visitas, decidieron dedicar su obra filantrópica a la visibilización de mujeres artistas. La base de datos de este museo también se llama Clara, en honor a esta pintora.
El arte de Clara Peeters, Museo Nacional del Prado, del 25 de octubre de 2016 al 19 de febrero de 2017.
Exposición comisariada por: Alejandro Vergara, Jefe de Conservación de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte del Museo del Prado