Tribuna Feminista, en colaboración con Clásicas y Modernas, asociación para la igualdad de género en la cultura.
Desde hace 51 años, en el primer fin de semana de Diciembre se celebra en Durango (Bizkaia) la más importante feria del libro y disco del País Vasco. Lo que empezó como un encuentro con la escasa y casi clandestina producción en euskera ha logrado un éxito absoluto, y en la actualidad la cita es tan obligada y referencial que el árbol inmenso en el que se ha convertido casi no deja ver el bosque de la literatura, llegando a condicionar toda la producción del año.
En este más de medio siglo el árbol ha sido regado por instituciones, editoriales, discográficas… pero sobre todo por las miles de personas que acuden a conocer las novedades, bestsellers, comprar los regalos para el Olentzero (el Papa Noel vasco) o encontrarse con lo que hay que ver, oír, leer y saber para estar a la última. Este árbol se extiende en infinidad de ramas: escenarios y salones para presentaciones, charlas, debates, performances que una vez pasada la casi inabarcable feria (más de 200 actividades, 246 stand, 349 novedades…) dejan centenares de hojas que con demasiada frecuencia se las lleva el viento.
El obstáculo del género, que si en la literatura es de apreciable tamaño, es gigantesco en el masculinizado mundo del cómic.
A esta feria nos dirigimos a buscar entre las novedades cómics creados por las mujeres euskaldunes… y no encontramos ninguno. Buscar, buscamos: en el stand de Astiberri, la más importante editorial vasca; en el de Xabiroi, la revista publicada por la Asociación de ikastolas, y en muchos más. Las escasas novedades llevaban firma masculina. Es cierto que al cómic creado en euskera le espera todavía un largo camino lleno de obstáculos: las bajas cifras de euskaldunes que lo conocen, leen y consumen, la ardua competencia con el cómic en castellano y en francés, pero los autores y las autoras nunca habían estado tan preparados. La cantera es inmensa- las mujeres son mayoría en el ámbito de la ilustración- su formación artística es variada y completa (Bellas Artes, masters por toda Europa…) sus propuestas abarcan todo tipo de temáticas, trazos o estilos, pero ellas se encuentran con el más complejo; el obstáculo del género, que si en la literatura es de apreciable tamaño, es gigantesco en el masculinizado mundo del cómic.
Pero por suerte conocíamos el bosque y el árbol, y sabíamos que en una de sus más escondidas ramas, el Stand de la editorial Txalaparta, encontraríamos una auténtica joya: HABIAK, NIDOS, en su traducción al castellano. La primera y de momento única novela gráfica creada por una mujer, Maite Gurrutxaga, en 2013. NIDOS es una poética propuesta basada en una obra teatral. Con delicados y sugerentes dibujos en acuarela y lápiz -que a la autora le llevaron más de dos años concluir- el cómic narra las emociones que acompañan a los seres humanos obligados a migrar, y las distintas relaciones que establecen en las nuevas ramas en las que como asustados, desorientados o esperanzados pájaros deben construir sus nuevos nidos. Un exquisito debut que ganó el premio de Euskadi de ilustración pero que sigue sin relevo.