- En una carta remitida a Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, y a Íñigo Méndez Vigo, Ministro de Cultura, la presidenta de Clásicas y Modernas recuerda que fueron las asociaciones de mujeres las que promovieron la idea y lucharon por ella.
- Las asociaciones de mujeres en la cultura se han quedado al margen de la ejecución y de la inauguración oficial, denuncian.
Anna Caballé, presidenta de la Asociación feminista Clásicas y Modernas, ha remitido ambas cartas a Manuela Carmena e Íñigo Méndez de Vigo ante la próxima colocación, el 8 de marzo, de una placa conmemorativa en la Casa de las Siete Chimeneas. Se trata de un acto para recordar que aquella fue en su tiempo la sede del Lyceum Club Femenino, una iniciativa privada que ha servido en la historia reciente de España de ejemplo e inspiración a muchas ciudadanas.
Caballé recuerda que el 30 de octubre de 2014 se envió una carta al Secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, tanto Clásicas y Modernas como otras asociaciones, CIMA (mujeres cineastas y de medios audiovisuales), MAV (artes visuales), AMIT (investigadoras y tecnólogas) y La Mujer Construye (arquitectas); en ella proponían precisamente la colocación de una placa en este edificio como recuerdo, memoria y homenaje a «aquella encomiable y fecunda iniciativa en la que tanto venimos inspirándonos todas nosotras en los últimos años». En una conversación informal con la entonces presidenta, Laura Freixas, una funcionaria del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte respondió que no era posible por razones de normativa urbanística, pues se trataba de un edificio protegido.
Caballé señala que celebra «muy sensatamente, la decisión ahora es otra. Vaya por delante que nos felicitamos y le felicitamos por llevar a cabo aquella idea», reconociendo la importancia de la recuperación de la memoria femenina del olvido.
Sin embargo, deja patente su «sorpresa y estupor» al conocer que «la Asociación que tuvo la primera idea y que luchó hasta donde le fue posible por su realización» ha quedado completamente al margen de la ejecución de la placa y de la inauguración oficial. Caballé denuncia en la carta una actitud que conduce a la desmoralización de las iniciativas privadas al ver cómo las instituciones del Estado hacen suyas ideas de otras, «sin la menor gratitud hacia quienes las promovieron con sus pobres recursos».
Caballé apunta a que sería legítimo y de justicia que «tanto Clásicas y Modernas como el resto de asociaciones que firmaron la petición en 2014 sean invitadas oficialmente al acto de la inauguración y no estaría de más que se reconociera el origen de la iniciativa».