El coste directo e indirecto de tener descendencia puede ser alto y, en muchas sociedades, las mujeres suelen asumir este coste.
En un reciente estudio de investigación publicado por el Foro Económico Mundial, se ha medido el impacto económico específico de género en la maternidad en Alemania con un resultado claro: las mujeres que tienen hijos e hijas pueden terminar con menos riqueza acumulada que las mujeres sin descendencia.
Los hombres alemanes, que son comparables en otras características, como la educación y la edad, por el contrario, muestran cantidades similares de riqueza personal, independientemente de si tienen o no hijos e hijas.
Las madres acumulan menos riqueza
La investigación, que se llevó a cabo en Alemania, examinó a 28.650 personas para evaluar la riqueza personal de las mujeres a lo largo de una década, de 2002 a 2012. Para los propósitos del estudio, la riqueza personal se refiere a todos los activos económicos que los sujetos poseen, tanto de manera individual como de propiedad conjunta con otra persona.
Encontramos que cada año, después del nacimiento del primer hijo o hija, la mujer acumula sólo 98 céntimos por cada 1 euro de riqueza que ganan las mujeres sin hijos. Esta pequeña diferencia suma con el tiempo. Después de haber sido madre durante 50 años, la riqueza personal de una madre es aproximadamente 60% menor que para una mujer alemana que no tiene hijos o hijas; todo lo demás permanece igual.

Esta brecha en el capital está en gran medida relacionada con el empleo. Las madres alemanas acumulan menos riqueza porque es probable que dejen de el trabajo remunerado para cuidar a sus hijos e hijas y, a medida que crecen, vuelven a trabajar pero a tiempo parcial.
Sin empleos a tiempo completo, las mujeres tienen menos ingresos para ahorrar. Las brechas de empleo también pueden reducir el potencial de ganancias a largo plazo porque el progreso profesional es menos probable.
Según el estudio, por su parte, los padres no compensan totalmente estas pérdidas de riqueza compartiendo recursos financieros dentro de la pareja.
La pérdida de riqueza personal es mayor cuanto más joven es una mujer cuando se convierte en madre. La diferencia puede deberse al hecho de que las interrupciones de carrera al principio de la vida laboral son especialmente dañinas.
Además, las madres acumulan aún menos riqueza si son solteras cuando dan a luz; una diferencia que es válida tanto para las madres solteras como para las que viven con sus parejas. Este hallazgo sugiere que los padres casados pueden estar más dispuestos a compensar las pérdidas de ingresos de sus cónyuges, y que las madres y padres casados tienen más probabilidades de compartir sus ingresos .
En la vida media (de 40 a 60 años), las madres y los padres muestran la mayor discrepancia en la riqueza. A mayor avance de edad, estas desigualdades disminuyen.
¿Por qué importan las diferencias de riqueza?
La reducción de la riqueza de las madres en comparación con los padres y las mujeres sin hijos e hijas tiene muchas implicaciones importantes.
Los activos financieros y los ahorros son recursos que pueden aprovecharse para hacer frente a los altibajos, independientemente de los ingresos actuales. La riqueza también se puede transmitir a la siguiente generación o invertirse en educación y, por lo tanto, afecta al bienestar de la infancia.
Para una mujer que vive con una pareja más rica, tener poca riqueza puede parecer menos importante. Pero, como señala el estudio, las parejas no siempre comparten plenamente su riqueza.
Y, en cualquier caso, las desigualdades en la riqueza personal dentro del mismo hogar también perjudican a las mujeres. Las mujeres alemanas reportaron menor bienestar subjetivo si tenían menos riqueza que sus parejas, y estudios de Ecuador y Ghana han demostrado que el riesgo de violencia intrafamiliar aumenta cuando el capital personal de las mujeres es menor que el de sus parejas.
Finalmente, la desigualdad económica entre madres y padres puede afectar a los niños y niñas. Cuando las madres tienen relativamente más recursos, se mejora el bienestar de estos . Si las parejas se separan, las desigualdades de género dentro de las parejas pueden, en última instancia, contribuir a las desigualdades entre ex-parejas.
Diferencias internacionales
La investigación examinó las consecuencias de la riqueza en la maternidad en Alemania, donde las mujeres han alcanzado un estatus igual en comparación con los hombres en muchos aspectos. Sin embargo, una división tradicional del trabajo, donde los hombres son los principales sostenedores económicos de la familia, sigue dominando.
Otras investigaciones, aunque basadas en datos menos adecuados, también han encontrado una brecha de riqueza de género en los Estados Unidos. Además, se han encontrado pruebas complementarias sobre las desigualdades de ingresos entre madres y padres en muchos países de todo el mundo, entre ellos China, Japón, Nigeria y el Reino Unido.
La desigualdad de riqueza basada en el género como resultado de la maternidad y paternidad es más débil en sociedades más igualitarias, como Suecia .
Las desigualdades de riqueza entre las madres y los padres -y, más generalmente, entre mujeres y hombres, incluso dentro de las parejas casadas- son más fuertes en países en los que mujeres y hombres no tienen la misma situación legal.
En Ghana, por ejemplo, donde las contribuciones de las mujeres a los bienes matrimoniales no se reconocen, las mujeres casadas sólo poseen alrededor del 20% de los activos del hogar. Similar desigualdad existe en algunas partes de la India.
Por el contrario, en Ecuador, donde el estatus legal de las mujeres es más igual al de los hombres, las desigualdades de riqueza dentro de las parejas casadas son insignificantes.
Bienestar económico de las mujeres y los hombres
El hallazgo de que en una Alemania relativamente igualitaria a las mujeres las mujeres terminan con menos riqueza personal después de convertirse en madres, en comparación con las mujeres sin hijos y con los hombres, sugiere la necesidad de una respuesta proactiva del gobierno.
En la actualidad, las políticas ambiguas siguen obstaculizando el empleo femenino. Un enfoque para abordar las desventajas económicas de las madres es fomentar el empleo a tiempo completo de la madre, por ejemplo, proporcionando un mejor acceso a los servicios de guardería.
Las recientes reformas de política en Alemania hacia este objetivo pueden reducir las desventajas en el futuro. Pero la acumulación de riqueza es un proceso lento, y estos cambios tomarán tiempo para tener algún efecto.
Mientras tanto, las madres seguirán luchando para ahorrar para los días «de vacas flacas».