Sofía Urbiola .- El médico forense y exdelegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, apuesta por alcanzar un Pacto de Estado contra el machismo y cambiar los referentes culturales de la sociedad española para tomar conciencia de que el machismo «no es conducta» sino «cultura».
«El machismo es cultura, no es conducta y, por tanto, la realidad está impregnada por aquellas cuestiones, valores e ideas que hemos considerado que son las adecuadas para organizar la convivencia», ha afirmado el director de la Unidad de Igualdad de la Universidad de Granada.
En una entrevista concedida a Efe con motivo de su presencia en Pamplona, donde esta semana ha impartido una conferencia sobre machismo, ha advertido que hay una serie de contextos sociales y culturales que perpetúan este tipo de conductas.
Lorente ha explicado que este tipo de situaciones se producen «con una serie de mitos y estereotipos alrededor de ellas que llevan a pensar que las mujeres provocan», como el hecho de llevar ropa ‘sexy’, salir de fiesta, flirtear con determinados hombres o consumir bebidas alcohólicas.
«Son avisos que se interpretan como que esas mujeres quieren marcha -ha lamentado-, los estudios recogen cómo ese tipo de argumentos son utilizados para interpretar que son incitaciones o situaciones favorecedoras para mantener relaciones sexuales». De hecho, una vez que se ha producido una conducta sexual no deseada, la misma cultura que crea esas referencias hace uso de otros mitos distintos para decir que eso no es así.
De esta forma, se afirma que son denuncias falsas, que las mujeres denuncian para conseguir algo a cambio o para hacer daño al hombre, para conseguir medicación anti embarazo o para quedarse con la casa, los niños y la paga, entre otras muchas cosas.
En definitiva, se recurre al mito de la mujer «perversa y malvada» que instrumentaliza la denuncia para conseguir cosas a cambio. «Somos puro machismo», ha lamentado.
Respecto a la violencia de género en el ámbito de la pareja, ha destacado que ciertas circunstancias llevan a las mujeres a pensar que es normal que sus maridos las golpeen. Concretamente, en 2015, el 44% de las mujeres que no denunciaron actuaron así por considerar que la violencia que sufrieron no fue «lo suficientemente grave».
«Hay una normalidad, una aceptación de la violencia y una convivencia con ella», ha denunciado Lorente, que ha añadido que cuando la situación es tan grave que no se puede negar (como cuando se provoca la muerte de la mujer), «se tira de otros mitos» para señalar que son conductas producidas por personas alcohólicas, bajo el efecto de las drogas o con trastorno mental.
En este sentido, ha denunciado que «se ve con normalidad» que 60 mujeres sean asesinadas cada año, ya que únicamente el 1 % de la población considera que este es un «problema grave».
Por todo ello, ha apostado por elaborar un Pacto de Estado no contra la violencia de género, sino contra el machismo. «Hemos tenido dos pactos de Estado contra el terrorismo, no contra el atentado terrorista o la violencia terrorista, sino contra todo lo que es el entramado que utiliza el terrorismo para luego llegar al atentado y la violencia. Aquí debería ser igual», ha afirmado.
Cuestionado por la sentencia de ‘La Manada’, ha dicho que «sorprende» que, a raíz de lo probado, se alcance una consecuencia «tan mínima» como es el verlo como abuso en vez de como agresión. Así, ha apuntado que el problema radica en que «se ha entendido la violencia como fuerza física cuando no solo es fuerza física».
Como «lógica» ha calificado la reacción ciudadana mostrada ante el caso, al considerar que se trata de «una expresión del ideal de justicia» y una «respuesta crítica a la desproporción entre lo que se dice que ha ocurrido y lo que luego se condena».
«No hay que verlo como una crítica a la institución, puesto que no se trata de cuestionar a la Audiencia Provincial de Navarra, sino una respuesta a una justicia que sigue siendo lejana y distante a la realidad que sufren las mujeres como consecuencia de las violencias estructurales», ha aclarado, tras pedir una mayor formación en perspectiva de género para los profesionales de la Justicia.
Además, ha recordado que machismo también es entender como «normal» que las mujeres ocupen una posición inferior a los hombres, que haya más féminas en el paro, que cobren menos o que sean cuestionadas en su trabajo, así como acosadas o maltratadas.
«Nuestra cultura es el machismo», ha lamentado, tras destacar la necesidad de «avanzar» para hacer compatible ese ideal de justicia de la sociedad con la respuesta de la Justicia como institución.
Miguel Lorente: «El machismo es cultura, no es conducta»
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El machismo es alguna division en la cultura, o la cultura de alguna division. El secreto del catolicismo es que al amontonarse ellos dividen a naciones, incluso causan divisiones entre naciones. La solucion es que ellos deben ser una red llana y no una jerarquia con forma de piramide.
Cabe destacar que la logica patriacal en si misma, lejos de ser el problema, es altamente necesaria para garantizar la competitividad.
En una sociedad bien concebida no te violan si pierdes. Hay un ranking. Hay arbitros. Hay un sistema normalizado para batirse. Es posible batirse mas veces. Si el otro se excede es posible cambiar los papeles. La logica «nucleo» patriarcal ha de estar implementada por un conjunto de individuos representativo de los mas beneficiados por los aciertos del pasado y los mas perjudicados por los errores.
“El machismo es cultura, no es conducta” es el orden del perverso patriarcado que, impone condiciones jurídicas basadas en el “triunfo” de su “intelectualidad” sobre la sexualidad, con su impronta paranoica, como un “progreso cultural”, invocando que es una premisa y una deducción del intelecto superior del perverso varón. Es decir, el perverso varón va elaborando en el tiempo la estructura impuesta desde la horda primitiva al presente, con argumentaciones que, precisamente tienen por finalidad considerar y mantener la situación femenina como un mero objeto para el placer, procreación, etc., integrando el perverso varón en su “Yo” la “agradable” sensación del peculiar carácter narcisista del orgullo. Así el perverso varón se adjudica el progreso de la “espiritualidad” —-con sus procesos “espirituales” —- que denomina superiores.
El discurso de la acción femeninológica, de mi ciencia de lo femenino (Femeninologia), expone al varón frente a aquello que ha silenciado en el pasado; el fundamento agresivo que encubre con su hipócrita moral y ética patriarcal, que se demuestran insostenibles en el presente.
Por Osvaldo Buscaya (Bya)
(Psicoanalítico)
Femeninologia (Ciencia de lo femenino)
Lo femenino es el camino
Buenos Aires
Argentina