América Latina, la región más violenta para las mujeres: hay al menos 12 femicidios diarios

Teresa C. Ulloa Ziáurriz
Teresa C. Ulloa Ziáurriz
Directora de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, A.C. (CATWLAC por sus siglas en inglés).
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Según Alicia Bárcenas, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), es ya un lugar común señalar que América Latina es la región del mundo que presenta las mayores desigualdades de ingreso en el mundo.
Por otro lado, María Pía Otero y María Mercedes Di Virgilio (Coordinadoras), en un estudio denominado Pobreza y desigualdad en América Latina y el Caribe, en el marco del Programa CLACSO-CROP de Estudios sobre Pobreza en América Latina y el Caribe, 2010, nos mencionan que “todas las sociedades complejas se caracterizan, en diferentes grados, por la desigualdad en la distribución de las recompensas materiales y simbólicas socialmente generadas. El término estratificación social describe las estructuras sistemáticas de la desigualdad. Las desigualdades sociales no son naturales, sino por el contrario, la resultante de un proceso de construcción sociocultural.”…

…”América Latina y el Caribe ha sido desde la colonia un continente marcado por profundas desigualdades sociales y político-económicas.

La persistencia de estas desigualdades ha sido un rasgo característico de su devenir histórico, pese a los esfuerzos que se han emprendido, a través de políticas públicas de combate contra las formas más extremas de desigualdad (Salas, 2004).

La desigualdad social y la pobreza son los principales problemas que enfrenta históricamente la región.

Actualmente, según los datos de CEPAL[2], América Latina y el Caribe continúa siendo la región más desigual del mundo en términos de la distribución de ingresos y de activos como tierra, capital, salud, educación y tecnología”…
A esta realidad lacerante, debemos agregar que nuestra región ha sido borrada de las agendas de cooperación, a pesar de que la corrupción, la impunidad, la violencia provocada por la delincuencia organizada, los feminicidios, las violaciones, la desaparición de mujeres y niñas y la violación sistemática de los derechos humanos se han convertido en una pandemia que los gobiernos no son capaces, o no quieren detener.
 
América Latina, la región más violenta para las mujeres: hay al menos 12 femicidios diarios.
En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) presentado este 22 de noviembre revela que América Latina y el Caribe es la región del mundo con mayores índices de violencia contra la mujer. La ONU asegura que los niveles de violencia que enfrenta la región son inaceptables ya que “presenta la tasa mayor de violencia sexual fuera de la pareja del mundo y la segunda tasa mayor de violencia por parte de pareja o expareja’’.
Informes de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) revelan que “cada día mueren en promedio al menos 12 latinoamericanas y caribeñas por el solo hecho de ser mujer”.
A estos reportes se suman las cifras oficiales proporcionadas en 2016 por el Observatorio de Igualdad de Género de la CEPAL (OIG). De 17 países de la región (14 de América Latina y 3 del Caribe) un total de 1.998 mujeres fueron víctimas de feminicidio, siendo El Salvador y Honduras los países con mayores índices de feminicidios. El OIG asegura que ”Honduras sigue siendo, para todos los años de la serie histórica, el país de la región con el mayor número total de femicidios (466 en el 2016), alcanzando una preocupante tasa de un 10.2 femicidios por cada 100.000 mujeres. El Salvador es el país que actualmente presenta la mayor tasa de feminicidios: 11.2 por cada 100.000 mujeres, lo que da cuenta de 371 muertes en el año 2016.”
Cabe destacar que en el informe del OIG no se incluyó a Brasil, en su momento, por falta de cifras oficiales, pero según el Ministerio Público brasileño, a pedido del portal G1, se registraron 2.925 casos de feminicidios entre marzo de 2016 y agosto de 2017, dejando en evidencia que ocurren, en promedio, al menos ocho asesinatos diarios contra mujeres, es decir, que hubo un aumento en el número de casos de feminicidios de casi el 9% con respecto al año anterior.
En sintonía con esto, el informe de la ONU advierte también que el número de feminicidios en la región va en aumento: dos de cada cinco son resultado de la “violencia doméstica’’. Además, revela que alrededor del 30% de las mujeres han sido víctimas de violencia por parte de su pareja y el 10,7% han sufrido violencia.
Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada en septiembre de 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, establece una visión transformadora hacia la sostenibilidad económica, social y ambiental de los 193 Estados Miembros que la suscribieron y será la guía de referencia para el trabajo de la institución en pos de esta visión durante los próximos 15 años.
La Agenda 2030 es una agenda civilizatoria, que pone la dignidad y la igualdad de las personas en el centro. Al ser ambiciosa y visionaria, requiere de la participación de todos los sectores de la sociedad y del Estado para su implementación.
Como dijo Alicia Bárcenas, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, “el lento crecimiento económico mundial, las desigualdades sociales y la degradación ambiental que son característicos de nuestra realidad actual, presentan desafíos sin precedentes para la comunidad internacional. En efecto, estamos frente a un cambio de época: la opción de continuar con los mismos patrones ya no es viable, lo que hace necesario transformar el paradigma de desarrollo actual en uno que nos lleve por la vía del desarrollo sostenible, inclusivo y con visión de largo plazo. Este cambio de paradigma es necesario en el caso de América Latina y el Caribe, que no es la región más pobre del mundo, pero sí la más desigual. Si bien la desigualdad existe en todo el mundo, constituye una especial limitación para alcanzar el potencial de la región. Las brechas que se enfrentan son estructurales: escasa productividad y una infraestructura deficiente, segregación y rezagos en la calidad de los servicios de educación y salud, persistentes brechas de género y desigualdades territoriales y con respecto a las minorías y un impacto desproporcionado del cambio climático en los eslabones más pobres de la sociedad.
Frente a estos desafíos, los 193 Estados Miembros de las Naciones Unidas, junto con un gran número de actores de la sociedad civil, el mundo académico y el sector privado, entablaron un proceso de negociación abierto, democrático y participativo, que resultó en la proclamación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, con sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en septiembre de 2015… La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que incluye 17 Objetivos y 169 metas, presenta una visión ambiciosa del desarrollo sostenible e integra sus dimensiones económica, social y ambiental. Esta nueva Agenda es la expresión de los deseos, aspiraciones y prioridades de la comunidad internacional para los próximos 15 años.
La Agenda 2030 es una agenda transformadora, que pone la igualdad y dignidad de las personas en el centro y llama a cambiar nuestro estilo de desarrollo, respetando el medio ambiente. Es un compromiso universal adquirido tanto por países desarrollados como en desarrollo, en el marco de una alianza mundial reforzada, que toma en cuenta los medios de implementación para realizar el cambio y la prevención de desastres por eventos naturales extremos, así como la mitigación y adaptación al cambio climático.
En este documento vamos a analizar 4 de los 17 Objetivos y sus metas, precisamente los que tienen efecto en las vidas de las mujeres y las niñas:
Objetivo 1. Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo.
Los índices de pobreza extrema se han reducido a la mitad desde 1990. Si bien se trata de un logro notable, 1 de cada 5 personas de las regiones en desarrollo aún vive con menos de 1,25 dólares al día, y hay muchos más millones de personas que ganan poco más de esa cantidad diaria, a lo que se añade que hay muchas personas en riesgo de recaer en la pobreza.
La pobreza va más allá de la falta de ingresos y recursos para garantizar unos medios de vida sostenibles. Entre sus manifestaciones se incluyen el hambre y la malnutrición, el acceso limitado a la educación y a otros servicios básicos, la discriminación y la exclusión sociales y la falta de participación en la adopción de decisiones. El crecimiento económico debe ser inclusivo con el fin de crear empleos sostenibles y promover la igualdad.
Metas del Objetivo 1:
1.1 De aquí a 2030, erradicar para todas las personas y en todo el mundo la pobreza extrema (actualmente se considera que sufren pobreza extrema las personas que viven con menos de 1,25 dólares de los Estados Unidos al día).
1.2 De aquí a 2030, reducir al menos a la mitad la proporción de hombres, mujeres y niños de todas las edades que viven en la pobreza en todas sus dimensiones con arreglo a las definiciones nacionales.
1.3 Implementar a nivel nacional sistemas y medidas apropiados de protección social para todos, incluidos niveles mínimos, y, de aquí a 2030, lograr una amplia cobertura de las personas pobres y vulnerables.
1.4 De aquí a 2030, garantizar que todos los hombres y mujeres, en particular los pobres y los vulnerables, tengan los mismos derechos a los recursos económicos y acceso a los servicios básicos, la propiedad y el control de la tierra y otros bienes, la herencia, los recursos naturales, las nuevas tecnologías apropiadas y los servicios financieros, incluida la micro financiación.
1.5 De aquí a 2030, fomentar la resiliencia de los pobres y las personas que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad y reducir su exposición y vulnerabilidad a los fenómenos extremos relacionados con el clima y otras perturbaciones y desastres económicos, sociales y ambientales.
Y no podíamos dejar de comentar el Objetivo 1, cuyo tema es la pobreza, precisamente porque la feminización de la pobreza y la pobreza extrema, son el caldo de cultivo para la violencia contra las mujeres, y para su reclutamiento por las redes de trata y prostitución, lo que significa un gran reto para nuestros países iberoamericanos.
Objetivo 5. Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.
Si bien se han producido avances a nivel mundial con relación a la igualdad entre los géneros a través de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (incluida la igualdad de acceso entre niñas y niños a la enseñanza primaria), las mujeres y las niñas siguen sufriendo discriminación y violencia en todos los lugares del mundo.
La igualdad entre los géneros no es solo un derecho humano fundamental, sino la base necesaria para conseguir un mundo pacífico, próspero y sostenible. Si se facilita a las mujeres y niñas igualdad en el acceso a la educación, atención médica, un trabajo decente y representación en los procesos de adopción de decisiones políticas y económicas, se impulsarán las economías sostenibles y se beneficiará a las sociedades y a la humanidad en su conjunto.
Metas del Objetivo 5:
5.1 Poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y las niñas en todo el mundo.
5.2 Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual y otros tipos de explotación.
5.3 Eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado y la mutilación genital femenina.
5.4 Reconocer y valorar los cuidados y el trabajo doméstico no remunerados mediante servicios públicos, infraestructuras y políticas de protección social, y promoviendo la responsabilidad compartida en el hogar y la familia, según proceda en cada país.
5.5 Asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública.
5.6 Asegurar el acceso universal a la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos según lo acordado de conformidad con el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, la Plataforma de Acción de Beijing y los documentos finales de sus conferencias de examen.
En el Objetivo 5, que corresponde a la igualdad entre los géneros, empoderamiento a todas las mujeres y las niñas, a través de oportunidades de educación empleo y acceso a la toma de decisiones. También se habla de erradicar la discriminación y se reconoce que la trata y la explotación sexual de mujeres y niñas son formas de violencia contra las mujeres.
Sin embargo, vale la pena tener cuidado con la acepción que se da a la prostitución, porque quienes la reivindican como “trabajo”, la ubican en el Objetivo 8 que habla del trabajo decente e igualdad de remuneración a trabajo igual, y también establece la prohibición de las peores formas de trabajo infantil (explotación sexual de niñas, niños y adolescentes), y la meta de que para 2025 se debe haber erradicado toda forma de trabajo infantil. Y digo que debemos tener cuidado, porque el lobby proxeneta intenta que se reconozca la prostitución, como lo ha hecho la OIT, como una forma de autoempleo. En las metas de este objetivo resalta erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas contemporáneas de esclavitud y la trata de personas. Y es en la meta 8.8 donde al hablar de promover un ambiente de trabajo seguro, se refiere a las mujeres migrantes (o víctimas de trata) y a empleos precarios, y debemos reconocer que la prostitución en una actividad precarizada de sobrevivencia y es desde este Objetivo que se argumenta la despenalización total de la industria del sexo por la Alianza 8.7.
Objetivo 8. Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos.
Aproximadamente la mitad de la población mundial todavía vive con el equivalente a unos 2 dólares de los Estados Unidos diarios, y en muchos lugares el hecho de tener un empleo no garantiza la capacidad para escapar de la pobreza.
Debemos reflexionar sobre este progreso lento y desigual, y revisar nuestras políticas económicas y sociales destinadas a erradicar la pobreza. La continua falta de oportunidades de trabajo decente, la insuficiente inversión y el bajo consumo producen una erosión del contrato social básico subyacente en las sociedades democráticas: el derecho de todos a compartir el progreso. La creación de empleos de calidad seguirá constituyendo un gran desafío para casi todas las economías más allá de 2015.
Para conseguir el desarrollo económico sostenible, las sociedades deberán crear las condiciones necesarias para que las personas accedan a empleos de calidad, estimulando la economía sin dañar el medio ambiente. También tendrá que haber oportunidades laborales para toda la población en edad de trabajar, con condiciones de trabajo decentes.
 Metas del Objetivo 8:
8.1 Mantener el crecimiento económico per cápita de conformidad con las circunstancias nacionales y, en particular, un crecimiento del producto interno bruto de al menos el 7% anual en los países menos adelantados.
8.2 Lograr niveles más elevados de productividad económica mediante la diversificación, la modernización tecnológica y la innovación, entre otras cosas centrándose en los sectores con gran valor añadido y un uso intensivo de la mano de obra.
8.3 Promover políticas orientadas al desarrollo que apoyen las actividades productivas, la creación de puestos de trabajo decentes, el emprendimiento, la creatividad y la innovación, y fomentar la formalización y el crecimiento de las microempresas y las pequeñas y medianas empresas, incluso mediante el acceso a servicios financieros.
8.4 Mejorar progresivamente, de aquí a 2030, la producción y el consumo eficientes de los recursos mundiales y procurar desvincular el crecimiento económico de la degradación del medio ambiente, conforme al Marco Decenal de Programas sobre Modalidades de Consumo y Producción Sostenibles, empezando por los países desarrollados.
8.5 De aquí a 2030, lograr el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todas las mujeres y los hombres, incluidos los jóvenes y las personas con discapacidad, así como la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor.
8.6 De aquí a 2020, reducir considerablemente la proporción de jóvenes que no están empleados y no cursan estudios ni reciben capacitación.
8.7 Adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas contemporáneas de esclavitud y la trata de personas y asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados, y, de aquí a 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas.
8.8 Proteger los derechos laborales y promover un entorno de trabajo seguro y sin riesgos para todos los trabajadores, incluidos los trabajadores migrantes, en particular las mujeres migrantes y las personas con empleos precarios.
8.9 De aquí a 2030, elaborar y poner en práctica políticas encaminadas a promover un turismo sostenible que cree puestos de trabajo y promueva la cultura y los productos locales.
8.10 Fortalecer la capacidad de las instituciones financieras nacionales para fomentar y ampliar el acceso a los servicios bancarios, financieros y de seguros para todos.
Objetivo 16. Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles.
El objetivo 16 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos se centra en la promoción de sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, la provisión de acceso a la justicia para todos y la construcción de instituciones responsables y eficaces a todos los niveles.
Metas del Objetivo 16:
16.1 Reducir significativamente todas las formas de violencia y las correspondientes tasas de mortalidad en todo el mundo.
16.2 Poner fin al maltrato, la explotación, la trata y todas las formas de violencia y tortura contra los niños.
16.3 Promover el estado de derecho en los planos nacional e internacional y garantizar la igualdad de acceso a la justicia para todos.
16.4 De aquí a 2030, reducir significativamente las corrientes financieras y de armas ilícitas, fortalecer la recuperación y devolución de los activos robados y luchar contra todas las formas de delincuencia organizada.
16.5 Reducir considerablemente la corrupción y el soborno en todas sus formas.
16.6 Crear a todos los niveles instituciones eficaces y transparentes que rindan cuentas.
16.7 Garantizar la adopción en todos los niveles de decisiones inclusivas, participativas y representativas que respondan a las necesidades.
16.8 Ampliar y fortalecer la participación de los países en desarrollo en las instituciones de gobernanza mundial.
16.9 De aquí a 2030, proporcionar acceso a una identidad jurídica para todos, en particular mediante el registro de nacimientos.
16.10 Garantizar el acceso público a la información y proteger las libertades fundamentales, de conformidad con las leyes nacionales y los acuerdos internacionales.
 Y finalmente, al analizar el Objetivo 16, nos damos cuenta que en la Meta 16.1, se habla de reducir la violencia y las correspondientes tasas de mortalidad en todo el mundo, sin hacer un análisis por género.  En la Meta 16.2, se habla de poner fin al maltrato contra niñas y niños, incluyendo la trata, la explotación sexual y la tortura, dejando fuera de la necesaria construcción de paz a un poco más de la mitad de la población mundial, las mujeres. En la Meta 16.3, se habla del acceso a la justicia universal y en la Meta 16.4, se establece la necesidad de detener el tráfico de armas y los flujos financieros ilegales, pero también recuperar todo el dinero que se ha robado la corrupción y combatir a la delincuencia organizada. Por último en la Meta 16.4 se habla de reducir considerablemente –yo diría erradicar—la corrupción y el soborno. Todos estos y otros más, como la gobernanza, la democracia, la igualdad son elementos fundamentales para la construcción de sociedades en paz.


[1] Directora de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, A.C. (CATWLAC por sus siglas en inglés).
[2] La CEPAL clasifica como “pobre” a una persona cuando el ingreso por habitante de su hogar es inferior al valor de la “línea de pobreza” o monto mínimo necesario que le permitiría satisfacer sus necesidades esenciales. en el caso de la indigencia, la línea utilizada refleja únicamente el costo de satisfacer las necesidades de alimentación (CEPAL, 2008).

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Comentarios

  1. “América Latina, la región más violenta para las mujeres: hay al menos 12 femicidios diarios” ejemplifica la era global, en la serie adaptativa del patriarcado económico sobre su perversión.
    En este marco tenemos la expansión del perverso patriarcado económico y su relación contradictoria con la igualdad.
    Se establece una adaptación, que ubica la era del perverso patriarcado económico global en contraste a la anterior era del perverso patriarcado económico ecuménico, como “transformación critica” desde la década de los setenta y en marcha al comenzar los noventa con su impulso hasta casi finales de la primera década del milenio con los efectos de la crisis económica– financiera.
    El impulso “democrático — progresista del varón”, que impone el perverso patriarcado económico ecuménico del capitalismo, simula un reconocimiento recíproco; entre la clase trabajadora, los sectores populares, la ciudadana y el gran capital con las elites de las categorías sociales afines de las burguesías, desarrollando, en esta simulación, un Estado del Bienestar liberal y democrático y en esta estructura social de acumulación, que impone el perverso patriarcado económico ecuménico del capitalismo, cada Estado ocupa un lugar central en la regulación de los procesos económicos y sociales de su respectiva sociedad.
    El perverso patriarcado económico ecuménico del capitalismo se impone con sus socios–políticos progresistas a la violeta, simulando crear fuerzas sociales políticas democráticas con la socialdemocracia, con las fuerzas sociales — políticas del liberalismo y con los populismos de centro derecha.
    Así el perverso patriarcado económico ecuménico del capitalismo con los valores y teorías liberales conservadoras de la derecha, reafirmada sobre sí misma y con la crisis, pasan a la ofensiva y recuperan espacios de hegemonía ideológico-teórica, imponiendo el neodarwinismo social elitista, después de haber simulado la hegemonía de los valores y las teorías de la etapa democrático progresista a la violeta.
    El perverso patriarcado, generaliza estas doctrinas en medios formadores de opinión global de asociados intereses financieros, en las escuelas empresariales con planes de estudio en las nuevas concepciones neoliberales formando el carácter de los gestores, “varones”, en los valores por el triunfo en los negocios y el enriquecimiento personal a toda costa, por la creencia optimizadora de los mercados y el neodarwinismo social de la globalización; son la “nueva oficialidad fálica” que ocupa puestos intermedios y altos de las finanzas, de las corporaciones y los organismos de gestión de las organizaciones económicas internacionales y los ministerios económicos.
    Esta nueva formalización de la teoría neoclásica del perverso patriarcado económico global convierte en verosímil, la teoría general de los mercados como la existencia de un equilibrio óptimo; pero que llegados a la globalización prosigue en considerar inexistente el capital de tareas de lo femenino; la crianza infantil, las tareas domésticas, el cuidado de ancianas y ancianos en el orden familiar, el trabajo mal remunerado, etc.
    Sobre la base de la total separación del resto de las ciencias sociales, ignora lo femenino y es así que la competencia perfecta en los mercados tiene lugar en un mundo ideal transparente, para el “varón”, en el que no existen ni asimetrías de información, ni asimetrías en la posición de poder de los agentes en los mercados del perverso patriarcado económico global; cada agente “varón” obtiene su correspondiente renta en el mercado, pero obviando lo femenino.
    En tanto el capital como la fuerza de trabajo de la función de producción se considera dada, correspondiendo a las dotaciones de los agentes “varones”, pero sin considerar el capital de tareas de lo femenino; la crianza infantil, las tareas domésticas, el cuidado de ancianas y ancianos en el orden familiar, el trabajo mal remunerado, etc.
    En la civilización del perverso patriarcado económico global, se introduce la producción en la teoría neoclásica que no puede determinar el equilibrio general óptimo, especialmente de la mujer, que crea un efecto fetichista de gran rigurosidad del conjunto, mito central de la modernidad, del “varón”, que pasa falazmente a obtener la calificación de máxima cientificidad.
    La teoría así construida garantiza que los mercados, cuando no son obstaculizados desde el exterior, no tienen crisis, de manera que no existe teoría de la crisis neoclásica y cuando aparece debe ser atribuida a un shock externo y el candidato preferido para causar el shock externo es el Estado, por lo tanto, las demandas sociales de los sindicatos – los otros culpables, al pedir aumentos salariales y beneficios sociales promuevan la inflación, haciendo invisible lo femenino y su trabajo.
    De tal manera se disciplina el comportamiento fiscal del Estado y las demandas de los agentes sociales y la ciudadanía, haciendo invisible lo femenino y su trabajo.
    La afinidad de la teoría con los intereses empresariales del “varón” prioriza en exclusiva el poder de compra del capital monetario, la tasa de interés de los préstamos que remunera al capital, la reducción del papel económico del Estado y la anulación de la negociación sindical y las demandas sociales, haciendo invisible lo femenino y su trabajo.
    En concreto, sirve para reconstruir el poder del capital y aumentar su remuneración, a costa de la mayoría de los trabajadores y la ciudadanía en general, haciendo invisible lo femenino y su trabajo.
    La perversa civilización patriarcal económica global con una población reducida y controlada recrea el fascismo bajo regímenes autoritarios, tendencia observable en la actualidad con quienes padecen hambre, que hacen cualquier cosa por comer, ejemplo en Argentina, con los subsidios y planes trabajar que motorizan el clientelismo político populista: Real control sobre los alimentos utilizado por el populismo.
    La perversa civilización patriarcal económica global reducirá la población mundial mediante la desnutrición gradual de las personas, con la inflación en el costo de alimentos afectando a todo el mundo, causando hambruna y disturbios en muchas regiones pobres del mundo como en la actualidad en determinadas regiones y también castigar a la clase media en los países industrializados.
    La perversa civilización patriarcal económica global a través del control de las provisiones, maneja la escasez de alimentos, efectiva arma para crear conflictos regionales y así promover misiones de paz como política exterior por el colapso económico manipulado debido a la consolidación empresarial de los cultivos básicos como el maíz, la soja, sumado a eventos climáticos catastróficos que destruyen la producción en regiones enteras que lleva a restringir las exportaciones de trigo en una real guerras de alimentos, interconectada, afectando la comunidad global.
    La perversa civilización patriarcal económica global, con los aditivos químicos, pesticidas, conservantes, disimula un arma de despoblación con productos químicos que no fueron pensados para el consumo humano, presumiendo un envenenamiento lento y deliberado con alimentos, bebidas, toxinas, flúor, aspartamo o el glutamato monosódico (MSG) con sus efectos negativos para la salud; otro ejemplo, el jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF) con su mercurio, siendo difícil encontrar alimentos dulces que no contengan aspartamo o fructosa: Los plaguicidas se dividen en aditivos químicos–pesticidas y se encuentran en el torrente sanguíneo toxinas estas, que se adquieren por el consumo de maíz transgénico y soja como de los animales que se alimentan de ella; el producto químico encontrado en pesticidas es el glifosato, que causa defectos de nacimiento entre otros padecimientos, no obstante todas estas toxinas, y muchas otras, han sido aprobadas para su consumo por la FDA, aunque no sean seguras.
    La perversa civilización patriarcal económica global, controla el maíz, el trigo, la soja, el arroz y todo el ganado, pues los alimentos procesados dependen de las fuentes de estos mismos como iniciativa global impulsada por organismos internacionales de regulación, tal la Organización Mundial del Comercio y las Naciones Unidas, que tiene en cuenta todo lo que provenga desde la seguridad de la salud a los derechos de uso de la tierra, obligando a los productores independientes de alimentos a adaptarse de tal manera, que sólo se beneficie una estructura corporativa global con las agencias reguladoras.
    La perversa civilización patriarcal económica global mediante los alimentos genéticamente modificados monopoliza la vida humana a través de tecnología patentada y la destrucción del medio ambiente por productos químicos pesados.
    La perversa civilización patriarcal económica global, utiliza los eventos naturales y la modificación del clima para usarlo como un arma deliberada en la creación de guerras por alimentos, como también la modificación del clima aplicada a las operaciones militares creando un clima virtual en los sensores del enemigo y en sus sistemas de información, permitiendo “disfrazar” la modificación del clima, utilizando los alimentos como arma de control y ganancias.
    La perversa civilización patriarcal económica global desde el “rostro” de la izquierda progresista a la violeta, utiliza una metodología discursiva fundamentalista simulando desacreditar lo que califica de hegemonía ideológico-cultural en el sistema capitalista, con sus activos militantes sumergidos en lo que Gramsci con su, “peculiar”, interpretación hegeliana y llegando a Marx, incursionan en los “aspectos” del gran capital con sus controlados medios de comunicación y sus “intelectuales” organizados en el Estado como elementos de dominación económica en el control de la “sociedad”.
    La perversa civilización patriarcal económica global estructura el “rostro” de la izquierda progresista a la violeta del “varón”, como elemento esencial para “proveer” de un contenido jerarquizado, en la simulada interpretación subordinada a los intereses de quienes, argumentan, “combatir” y reemplazar en un “juego” de dominación, que tuvo a la etapa soviética como un real furgón de cola del capitalismo.
    La izquierda progresista a la violeta del “varón” es esencial para la finalidad de la perversa civilización patriarcal económica global, al servicio del sistema dominante, que los presenta como “combativos” militantes “comprometidos”, en aquellas áreas (países) donde simulan “atacar” los proyectos del poder económico transnacional y así consolidar la ideología y la cultura del sistema capitalista, para la neutralización del espíritu crítico, la domesticación y la degradación intelectual, ética y estética del ser “humano que prosigue en considerar inexistente el capital de tareas de lo femenino; la crianza infantil, las tareas domésticas, el cuidado de ancianas y ancianos en el orden familiar, el trabajo mal remunerado, etc.
    La izquierda progresista a la violeta es esencial para la finalidad de la perversa civilización patriarcal económica global, al simular con periodistas obsecuentes, politólogos, sociólogos, economistas, filósofos mediáticos y otros “formadores de opinión” en contra del capitalismo, “formateando” la conciencia de la gran mayoría de los seres humanos.
    La izquierda progresista a la violeta del “varón” es esencial para la finalidad de la perversa civilización patriarcal económica global, simulando en los medios culturales, ideológicos, políticos y científicos producir una especie de selección o jerarquización del prestigio o renombre de determinadas personas, que ocupan siempre las siguientes ideas: cuestionar la propiedad privada de los medios de producción y de cambio; cuestionar el sistema político-social elitista existente (la llamada “democracia occidental”); jerarquizar el materialismo dialéctico como método de investigación en las ciencias sociales y en las ciencias llamadas “duras”, admitiendo que el capitalismo y el mercado no son eternos y son sólo una etapa en la historia de la humanidad.
    La izquierda progresista a la violeta es esencial para la finalidad de la perversa civilización patriarcal económica global, en éste juego de la economía y las ciencias sociales, para la adaptación a las “necesidades” y mentalidad de los poderosos de la comunidad, considerando inexistente el capital de tareas de lo femenino; la crianza infantil, las tareas domésticas, el cuidado de ancianas y ancianos en el orden familiar, el trabajo mal remunerado, etc.
    La izquierda progresista a la violeta es esencial para la finalidad de la perversa civilización patriarcal económica global, cuando simula “gobernar” contra el “marketing” que fomenta el consumismo, creando reglas para decir lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer, haciendo inevitable que tengan poderes absolutos: Poderes absolutos que deberían usar para evitar y limitar todo poder absoluto en el futuro, pero que le permite a la izquierda progresista a la violeta, en su “etapa gubernativa”, enriquecerse sin límite.
    La izquierda progresista a la violeta del “varón” es esencial para la finalidad de la perversa civilización patriarcal económica global, funcional a la ideología de las clases dominantes con figuras mediáticas, que simulan con sus criticas los actuales efectos devastadores de la economía de mercado y se declaran contra la pobreza y el “Imperio” neutralizando una auténtica toma de conciencia de la verdadera naturaleza del capitalismo, que prosigue en considerar inexistente el capital de tareas de lo femenino; la crianza infantil, las tareas domésticas, el cuidado de ancianas y ancianos en el orden familiar, el trabajo mal remunerado, etc.
    La izquierda progresista a la violeta es esencial para la finalidad de la perversa civilización patriarcal económica global con su discurso “revolucionario” guardián de una fe que, con Stalin, el “varón”, afirmó la perversa negación de libertad y de humanismo
    La izquierda progresista a la violeta es esencial para la finalidad de la perversa civilización patriarcal económica global, simulando ser el baluarte avanzado de la cultura de los derechos ciudadanos y sociales no encarando lo que debía ser una lucha pedagógica fundamental, contra la irresoluble perversión no sublimada y ambigüedad sexual del varón que posee la decisión final en éste esquema, donde lo masculino sigue siendo la ley
    La izquierda progresista a la violeta es esencial para la finalidad de la perversa civilización patriarcal económica global con su monserga discursiva de superar el capitalismo suprimiendo la propiedad privada de los medios de producción y el beneficio capitalista, estableciendo la propiedad social de los medios de producción para una riqueza de bienes de uso -no mercancías- en sentido amplio destinados al consumidor final para satisfacer sus necesidades materiales y espirituales creando y perfeccionando nuevos instrumentos y medios de producción, que, en realidad esto significa cambiar radicalmente la esencia del trabajo humano tal como existe en el sistema capitalista, en el que el trabajador está al comienzo del ciclo productivo alienado como productor y al final del mismo alienado como consumidor y así convertirse la izquierda progresista a la violeta en la nueva clase dominante reemplazando a la perversa civilización patriarcal económica global erigiendo en su defensa la izquierda progresista a la violeta del “varón”, idénticos privilegios con sus ideológicas, culturales, políticas, económicas, “sociales- represivas” y con el grado de violencia que requiera el nivel y el tipo de resistencia que les opongan.
    La alternativa que presentan es la abolición de la perversa civilización patriarcal económica global estableciendo un sistema tal, la izquierda progresista a la violeta del “varón”, restableciendo las experiencias de la Unión Soviética y en otros países con la simulación de una democracia participativa, que prosigue en considerar inexistente el capital de tareas de lo femenino; la crianza infantil, las tareas domésticas, el cuidado de ancianas y ancianos en el orden familiar, el trabajo mal remunerado, etc., como súper estructura, de la elaboración y la difusión de las ideologías, que incluyan la educación, los sindicatos, los medios de comunicación, las instituciones científicas, culturales y artísticas afirmando la irresoluble perversión no sublimada y ambigüedad sexual del varón que posee la decisión final en éste esquema, donde lo masculino sigue siendo la ley, dialécticamente vinculada a las leyes de la historia y a una superior concepción del mundo, “científicamente” elaborada, por el “varón”.
    El sentido y la verdad del feminismo (la mujer) es la derrota del varón; perverso irresoluble y ambiguo sexual
    El discurso de la acción femeninológica, de mi ciencia de lo femenino (Femeninologia), expone al varón frente a aquello que ha silenciado en el pasado; el fundamento agresivo que encubre con su hipócrita moral y ética patriarcal, que se demuestran insostenibles en el presente.
    Por Osvaldo Buscaya (Bya)
    (Psicoanalítico)
    Femeninologia (Ciencia de lo femenino)
    Lo femenino es el camino
    Buenos Aires
    Argentina

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