La bióloga Elvan Boke lamenta que mayoría mentores científicos sean hombres

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Anna Martín Oliveras
La bióloga turca Elvan Boke, líder de grupo de investigación en el Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona, uno de los punteros en el mundo, ha denunciado que uno de los mayores inconvenientes que tienen las científicas es la falta de mentoras mujeresque guíen su aprendizaje e investigación.
«Los mentores te ayudan y te enseñan, además de a hacer y a producir ciencia, otros aspectos que son importantes para dedicarse a la investigación científica, a través de consejos o advertencias», ha explicado en una entrevista con Efe la investigadora, que se incorporó en febrero de 2017 al CRG de Barcelona.
Con una carrera profesional de 20 años, Elvan Boke cursó un posgrado en el Cancer Research UK Manchester Institute de Reino Unido, y obtuvo una beca posdoctoral en el Departamento de Biología de Sistemas en la Harvard Medical School de Boston (EEUU).
«El problema es que la mayoría de mentores son hombres. Y muchas de estas conversaciones adicionales, que te servirán a lo largo de tu carrera pero que quedan fuera del ámbito estrictamente científico, se producen más fácilmente de hombre a hombre o de mujer a mujer, por ejemplo, tomando una cerveza», ha afirmado Boke.
«Si el mentor es un hombre, probablemente el compañero que esté aprendiendo en el mismo laboratorio que yo tendrá más ocasiones de poder conversar sobre aspectos que no estén relacionados directamente con la investigación. Puede parecer que no, pero esto sí que es una desventaja para las mujeres que investigamos», ha asegurado Boke.
Según datos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a 31 de diciembre de 2017, sólo el 25 % de los profesores de investigación eran mujeres.
El CSIC también ha constatado que a pesar de que el 50 % de las tesis presentadas en el CSIC son elaboradas por mujeres, su presencia disminuye en la etapa posdoctoral y esta tendencia se mantiene en todas las categorías de la carrera profesional.
Boke, que es una excepción como líder de un grupo de investigación puntero, también ha descrito otros problemas que deben afrontar aquellas mujeres que quieren dedicarse a la investigación científica, como la conciliación laboral y familiar en un sector que requiere mucha dedicación.
Boke ha incidido en la importancia de la educación en las etapas más tempranas y ha asegurado que «niños y niñas deberían jugar con los mismos juguetes, porque todavía ahora los padres regalan una muñeca a la niña pequeña, aunque a veces ni tan sólo saben lo que quiere».
La investigadora considera que en todas las etapas educativas faltan referentes de mujeres científicas y profesoras que enseñen materias relativas a esta rama de conocimiento, y cree que debería haber más experiencias educativas que acercaran la ciencia a los estudiantes para despertar el interés entre las más jóvenes.
Boke llegó a Barcelona para liderar un grupo de investigación en el programa de Biología Celular y del Desarrollo en el Centro de Regulación Genómica de la capital catalana, y eligió este destino porque buscaba «un escenario que fuera competitivo y en el que fuera posible conseguir financiación estable».
El proyecto en el que trabaja actualmente investiga sobre los ovocitos, las células que darán lugar a los óvulos, con la pretensión de averiguar, con un equipo de seis personas, qué mecanismo les permite hibernar hasta 50 años dentro de los ovarios, manteniendo la capacidad y viabilidad de dar lugar a un organismo nuevo, mientras que el resto de células envejecen.
Respecto a las aplicaciones que podría tener esta investigación en un futuro, Boke ha explicado a Efe que sería posible paliar los efectos del envejecimiento sobre la fertilidad y mejorar así las técnicas de reproducción asistida.
Asimismo, la investigación podría contribuir a comprender cómo evitar las placas amiloides, que se acumulan durante el envejecimiento y en enfermedades como el alzhéimer y la esclerosis lateral amiotrófica.
Boke ha presentado recientemente su proyecto en el congreso de la Sociedad Española de Biología y Bioquímica molecular (SEBBM) en Santander, evento apoyado por el programa L’Óreal-Unesco for Women in Science que busca dar visibilidad a las mujeres científicas a través, por ejemplo, de la intervención de esta investigadora en el congreso.
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