Recuerdo muy bien la historia pero vagamente los detalles. Era en torno a 2007, en la apertura de un museo gijonés, cuando la entonces alcaldesa, Paz Fernández Felgueroso, acudió a ver las obra antes de la apertura pública y se encontró con que el cambiador de bebés estaba situado únicamente en el baño de mujeres. El hecho fue que se negó a inaugurarlo hasta que estuviera en ambos baños, ya que “los museos tenían que estar en la realidad de 2007”, y esa realidad era la de la igualdad en los cuidados. Con más o menos detalle, la historia llegó a mí, que tenía solamente diecinueve años y estaba empezando mi carrera de Historia del Arte en la Universidad de Oviedo. Recuerdo que me impactó esa determinación por apostar tan claramente por algo tan básico como lo que hoy se sigue exigiendo en el Congreso: la paridad a la hora de abordar los cuidados.
Lo cierto es que los cambiadores de bebés siguen estando, en la mayoría de los espacios públicos, en el baño de mujeres, y los hombres aún no disponen de permisos iguales e intransferibles, que permitan romper, al menos en parte, las desigualdades en el acceso al trabajo y el techo de cristal a las mujeres.
Siete años después, en 2014, la misma mujer, ya no como alcaldesa pero siempre como feminista, ponía rumbo a Madrid junto a otras para encabezar El Tren de la Libertad, que frenaría la reforma conservadora y retrógrada sobre el aborto que defendía el entonces ministro Gallardón.
Los recuerdos a veces son confusos, sobre todo en una etapa tan inicial de conciencia sobre muchas cuestiones, que aún me estaba llegando a mí en esos inicios de la veintenta; pero esa convicción en defender un modelo igualitario, moderno, progresista y, consecuentemente, feminista para Gijón, se me quedó grabado para siempre, y así lo aplico desde entonces a toda mi labor en el ámbito de la cultura.
A veces nos marcan las personas sin que lo sepan pero precisamente por eso es necesario poner en valor sus gestos. Ahora que se debate la llamada Cuarta Ola del feminismo, encabezada por muchas jóvenes, no hay que olvidar a las referentes que marcaron una línea a las que empezamos después en esto del feminismo. Un elogio a Paz Fernández Felgueroso y a las futuras alcaldesas de Gijón que llevan el feminismo como bandera.
Una alcaldesa feminista
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