En distintos artículos publicados en Tribuna Feminista y El Obrero hemos recalcado, con muchos ejemplos, la importancia de la década de los años veinte en la Historia del feminismo socialista europeo, y de forma más modesta en España. Continuamos con esta línea de investigación, rescatando la conferencia que impartió Concepción Fernández en febrero de 1926 en la Escuela Nueva en Madrid, una de las iniciativas culturales y educativas más destacadas del socialismo español.
Concepción Fernández fue una maestra que perteneció a la Asociación de Maestros de la UGT y al Grupo Femenino Socialista, además de participar activamente en las Juventudes Socialistas en los años veinte, e ingresar en la Agrupación Socialista de Madrid en 1927, aunque luego se pierde su rastro.
Pues bien, invitada por la Escuela Nueva, dio una conferencia el miércoles 3 de febrero de 1926 con el título de “El socialismo y la mujer”.
La conferenciante plantó varios dilemas: ¿cuál de los dos temas -mujer, socialismo- podía ser origen del otro?, ¿existía entre ambos una relación científica, o era meramente histórica?
Hernández acudió a la bibliografía existente, citando la capital obra de Bebel al respecto, además de a Concepción Arenal y otros autores, para llegar a la conclusión de que el feminismo no se podía dar más que con el socialismo.
Concepción Hernández criticó al judeocristianismo por haber aumentado el menosprecio en que se tenía a la mujer, para luego analizar la situación del matrimonio burgués y el problema de la independencia económica de las mujeres solteras.
La conferencia terminó con un alegato para asociar el feminismo con la lucha socialista. Estaba convencida de que las mujeres reconocerían las verdaderas causas del malestar social, y por sus sensibilidades ayudarían al socialismo en su obra.
Hemos consultado el número 5305 de El Socialista, y el Diccionario Biográfico del Socialismo Español.
“Socialismo y mujer”, es el “truco” de las influencias psíquicas que, han demostrado ser eficaces para la afirmación del transexual ecuménico perverso patriarcado, pues poseen elementos de constancia en lo afectivo, la orientación de la voluntad, el alejamiento de la autonomía, la expectación “confiada” en la ley del irreversible ambiguo sexual varón; todos poderes que anulan a la mujer mostrando su eficacia milenaria. Tratase, evidentemente, de la “soberana personalidad” del patriarcado psíquicamente tan distinta a la mujer que la debe aceptar en su regularidad y eficacia hipócrita socialista; una de las variantes encubiertas del varón, como el liberalismo, etc.
Para el transexual ecuménico perverso patriarcado es el reconocimiento, de la importancia y naturalidad de esta imposición deliberada, con los medios adecuados bajo su control y con el estado anímico más bien favorable para el sometimiento, en lugar de dejar librada a la mujer a la disposición anímica que pueda aportar a su libre albedrio sin las creaciones machistas de la izquierda y derecha; toda una serie de formas encubiertas, algunas de ellas evidentes, otras solo comprensibles sobre la base de complicadas premisas en las posiciones del transexual ecuménico perverso patriarcado, que ya no pueden despertar admiración en calidad de sacerdote a portador del mandato divino que orienta en la actualidad, su hipocresía, de manera tal que pueda cautivar la confianza y buena parte de la simpatía femenina en sus “expresiones igualitarias”.
Por eso el sentido y la verdad del feminismo (la mujer) es absolutamente la derrota del varón; perverso irresoluble y ambiguo sexual.
Mi Femeninologia Ciencia de lo femenino es la serie de configuraciones que con mi conciencia voy recorriendo constituyendo, más bien, la historia que desarrollo en la formación de mi conceptualización. Es decir, una suerte de escepticismo consumado, que en realidad sería, el propósito de no rendirme, a la autoridad de los pensamientos de otro, sino de examinarlo todo por mí mismo ajustándome a mi propia convicción; o mejor aún, producirlo todo por mí mismo y considerar como verdadero tan solo lo que yo hago.
Hoy, como ese infante entre los 4 a 5 años adaptando mi pensar en la realidad, interpretando mi actividad onírica.
Por Osvaldo Buscaya (Bya)
(Psicoanalítico)
Femeninologia (Ciencia de lo femenino)
Lo femenino es el camino
Buenos Aires
Argentina
10/05/2019