“Nos matan por nacer mujeres”

Alicia Miyares
Alicia Miyareshttp://aliciamiyares.com/
Doctora en Filosofía. Profesora de Filosofía de Enseñanza Secundaria y profesora colaboradora de la Universidad de Oviedo.
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“Nos matan por nacer mujeres” fue el clamor que el 11 de junio resonó ante los ayuntamientos de pueblos y ciudades españolas. Un grito de repulsa ante los asesinatos machistas y ante su expresión más cruel, la violencia ejercida sobre las hijas e hijos para vengarse de la madre (violencia vicaria). Pero también fue un grito de hartazgo sobre lo que las leyes de “identidad o autodeterminación de género” pretenden difuminar, “nos matan por nacer mujeres”.  Tener que volver a plasmar en pancartas o lemas lo evidente es un signo de retroceso. No escuchar al feminismo que ha consolidado una corriente de opinión contraria a las leyes de autodeterminación de sexo es un signo de prepotencia.

En los dos últimos años, el movimiento feminista ha reflexionado y argumentado sobre las consecuencias más preocupantes que se derivan tanto del reconocimiento jurídico de la “identidad de género” como del etiquetado de una “infancia Trans”. El feminismo de este país ha estado donde debía estar: defendiendo la agenda feminista, señalando retrocesos, denunciando el “acoso por razón de sexo” llevado a cabo en las redes sociales por los promotores de la “libre determinación del sexo” y llamando la atención sobre la necedad de considerar el “sexo” irrelevante o la mistificación derivada de la creencia en una “identidad de género” como si fuera un rasgo innato que define a las personas in sécula seculórum. Amén.

El Gobierno está obligado, por el contrario, a tener en cuenta las consecuencias que se puedan derivar de otorgar naturaleza jurídica a la libre determinación del sexo por simple declaración,

La única respuesta conocida a los razonamientos esgrimidos desde el feminismo ha sido la opacidad política. Todo apunta, además, a que en próximos días llegará al Consejo de ministros una propuesta de Ley sobre la “autodeterminación o identidad de género”. La única motivación para su aprobación de urgencia es hacerla coincidir con el Dia del Orgullo. El Gobierno no debería ceder a mensajes de coacción tales como “es condición obligatoria para participar en la manifestación del Orgullo” la aceptación de la “libre autodeterminación de género”. La exigencia de tener que aceptar el “Credo Trans”, que ni siquiera es ampliamente compartido por el colectivo LGTBI, convierte desgraciadamente el Dia del Orgullo en un Auto de fe.

La exigencia de tener que aceptar el “Credo Trans”, que ni siquiera es ampliamente compartido por el colectivo LGTBI, convierte desgraciadamente el Dia del Orgullo en un Auto de fe.

El Gobierno está obligado, por el contrario, a tener en cuenta las consecuencias que se puedan derivar de otorgar naturaleza jurídica a la libre determinación del sexo por simple declaración, ya que alterar el significado socialmente compartido relativo a la categoría “sexo” afecta al conjunto social y muy especialmente a las mujeres. Por ello desde el feminismo, manifestamos una vez más NO.

1- No es No a alentar la confusión entre “sexo” y “género” como si fueran sinónimos. El “sexo” remite a una realidad biológica y el “género” se refiere a todo el entramado social, cultural y simbólico que la sociedad considera propios de mujeres y varones: la atribución de papeles sociales diferenciados a varones y mujeres da paso a un orden social jerárquico basado en la supremacía masculina y en la subordinación femenina. Por lo tanto, desde el feminismo es de todo punto inadmisible considerar la “identidad de género” como una identidad subjetiva a defender y regular por ley.
2- No es No a la “identidad o autodeterminación de género”. El sexo de las personas es una realidad biológica y el cambio de sexo registral se ha de contemplar como excepcionalidad jurídica. Las leyes de “identidad o autodeterminación de género” tienen como objetivo último considerar “el sexo de los individuos como una categoría jurídica irrelevante”. Así pues, la creencia en la “identidad o autodeterminación de género” supone un retroceso en las políticas de igualdad entre los sexos. Si el sexo es irrelevante a nivel jurídico, todas las políticas para combatir la desigualdad estructural que las mujeres padecemos se tornan irrelevantes.
3- No es No a la amalgama “Trans”. Ni las leyes ni el derecho deberían contemplar o tomar en consideración modismos lingüísticos.  No es posible referirse a “personas trans”, ya que tiende a ocultar la disparidad de intereses de transexuales, transgéneros, travestis, “géneros fluidos” o “no binarios”. La amalgama “trans” es contraria por su indefinición a cualquier garantía de seguridad jurídica y de salud para las personas transexuales. Otorgar plena seguridad jurídica a las personas transexuales exige llevar a cabo un proceso de acreditación que no puede ser tildado de “patologizante” porque requiera acreditación, verificación y constatación cualificada de los profesionales de la salud y no mera declaración. 
4- No es No al etiquetado de una “infancia o adolescencia Trans”. Fomentar la idea de una “infancia o adolescencia Trans” no es en absoluto progresista, sino que pone en riesgo a la infancia y menores de edad: la promoción que se está haciendo de la “transición de sexo” en menores no conformes con los estereotipos de género o con su cuerpo amenaza peligrosamente el sano desarrollo y la salud de niñas y niños.
5- No es No al intrusismo. Señalando solo algunos de los espacios más significativos para las mujeres, que no los únicos: no al intrusismo en los espacios seguros para mujeres, en la lucha contra la violencia, en el deporte femenino y en el respeto al principio de paridad en las instituciones público-política. Varones autoidentificados como mujeres pueden poner en riesgo lo que ha sido objeto de una larga vindicación de las mujeres y que está aún muy lejos de su plena consolidación.
6- No es No a la coacción y limitación de la libertad de expresión. Bajo la acusación de transfobia y el señalamiento de alguien como TERF se está coartando la libertad de expresión de las feministas: la simple afirmación de que el sexo es una realidad biológica y que somos mujeres desata comportamientos intimidatorios, degradantes y ofensivos que podríamos describir como “acoso por razón de sexo”.

PD: ¿Qué parte del NO no se entiende?

 

 

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Comentarios

  1. a) {“Nos matan por nacer mujeres” fue el clamor que el 11 de junio resonó ante los ayuntamientos de pueblos y ciudades españolas. Un grito de repulsa ante los asesinatos machistas y ante su expresión más cruel, la violencia ejercida sobre las hijas e hijos para vengarse de la madre (violencia vicaria). Pero también fue un grito de hartazgo sobre lo que las leyes de “identidad o autodeterminación de género” pretenden difuminar, “nos matan por nacer mujeres”. Tener que volver a plasmar en pancartas o lemas lo evidente es un signo de retroceso. No escuchar al feminismo que ha consolidado una corriente de opinión contraria a las leyes de autodeterminación de sexo es un signo de prepotencia.}
    Pues, el ecuménico perverso transexual patriarcado no dejará de imponer sus “reglas” y así que no podamos reconocer la peculiaridad ni la selección de elementos emergentes en su compacta ideología, que se adapta a las primaveras democráticas conformando nuevas y útiles unidades como la constitución de elementos comunes intermedios para perfeccionar su poder. Esta finalidad unificadora establece una singular relación entre la perversión irresoluble y ambigüedad sexual del varón, y el contenido de las leyes del ecuménico perverso transexual parlamento patriarcal. Esta labor “unificadora” del ecuménico perverso transexual patriarcado se hace más que nunca evidente cuando toma en su discurso los objetos y las palabras a través del tiempo como creaciones de formaciones verbales singularísimas y a veces cómicas, pero lamentablemente trágicas en el abuso y el asesinato de lo femenino. Deberíamos tomar la totalidad del ecuménico perverso transexual discurso patriarcal y no enfrentarnos, entre nosotros, con sus parcialidades, todo lo contrario, utilizarlo con todos los enfoques del feminismo como evidencia de los “trucos” e hipocresía de quienes ejercen y son dueños del criminal poder para desmantelarlos.
    El sentido y la verdad del feminismo, es la derrota del varón; perverso irresoluble y ambiguo sexual
    Lo femenino es el camino
    Osvaldo Buscaya
    Psicoanalítico (Freud)
    Aspectos esenciales e inéditos del Siglo XXI
    Buenos Aires
    Argentina
    17/6/2021

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