Señor Julián Barchín Flores,
Imaginamos que debe estar muy ajetreado estos días con la campaña electoral y no debe importarle mucho las chorradas que afectan a las mujeres; a no ser claro, que eso le de votos y le mantenga a usted al frente del consistorio municipal que fuimos a visitar el pasado 20 de mayo con nuestras compañeras feministas en la IV Marcha Abolicionista. Se pregunta usted cómo es que llamamos chorradas a eso que afecta al 52% de la población mundial siendo nosotras feministas? Es una ironía, señor Julián, como la que usted se permitió hacer a una de nuestras hermanas en el bar de su pueblo delante de sus convecinos y convecinas sacando pecho y quizá también algunos votos para las municipales.
Supongo que se debe acordar, porque los políticos nunca dan puntada sin hilo, que usted se jactó de que la IV Marcha Abolicionista llegaba con 15/20 años de retraso porque ahora ya no era como antes, que en la actualidad ya sólo había un prostíbulo y que los únicos que lo frecuentaban era unos cuantos viejos de por allí. ¡Ah bueno, pues qué bien! ¡qué ilusión, oiga! que ahora el tema de puterío de club ya no sea tan popular en su pueblo. ¡Gracias por la noticia! Menos mal que desde diferentes territorios del estado español hemos ido a comprobar que en El Provencio no son ustedes muy misóginos, ni muy machistas, ni muy explotadores sexuales; debe ser que sólo lo son un poquito, lo justo como para que algunos señores mayores vayan a violar de vez en cuando a alguna mujer al club y dejen libre de violencia al resto de ciudadanas de su pueblo. Justo lo que decía una estudiada autora feminista de la fratría: una para cada uno y unas pocas para todos.
Es usted un cínico patriarca de manual, señor Julián. Pero eso no nos ha pillado por sorpresa, que llevamos algunos años en la lucha política y la ingenuidad nos la han quitado a base de hostias. Quizá el ingenuo sea usted al pensar que nos creemos que las mujeres prostituidas ahora tienen una vida normal lejos de sus explotadores sexuales, que el gobierno se hace cargo de su salud física y mental y que están viviendo como cualquier otra ciudadana gracias a las medidas abolicionistas del estado. No nos trate con el mismo desprecio al que trata a las mujeres de su pueblo; que de violencia contra las mujeres sabemos tanto o más que usted (aunque desde otra perspectiva, dejémoslo claro).
Las mujeres prostituidas que ya no están en los clubs (pero que estaban en 2018 cuando se hizo un artículo en un medio nacional y usted era también alcalde de El Provencio), están en viviendas para que los puteros sigan disfrutando de ellas y los proxenetas y todo el resto de la industria del sexo sigan exprimiendo económicamente. Esto no es nada nuevo que vayamos a descubrirle; usted sabe como funciona el negocio de la prostitución y sabe que España es el tercer país del mundo en consumo de mujeres prostituidas. El Provencio, como el resto de pueblos y ciudades que no toman medidas abolicionistas participan de este sistema de explotación.
También se quejó de que le parecía mucha casualidad que hiciéramos una marcha en su pueblo justo antes de las elecciones. Vamos a aclararle algo antes de que usted se crea el dueño del mundo por ser el alcalde de un pueblo de La Mancha. Hace 5 años que convocamos la primera Marcha Abolicionista y lo hicimos en Barcelona, otra Meca del negocio putero; porque queremos llevar nuestra ideología política a todos los lugares del territorio español donde haya mujeres y niñas explotadas sexual y reproductivamente. El Provencio no es una excepción. A nosotras su pueblo nos importa lo mismo que el resto de pueblos del mundo y no tenemos especial interés en que la alcaldía la gane su partido o el del vecino, pues todos forman parte del mismo sistema patriarcal.
A nosotras nos importan las mujeres y las niñas independientemente de su origen o su situación económica. No como a usted, que sólo le importan aquellas que pueden llevarle al éxito electoral y las demás le sirven para hacer propaganda política a pesar de ser explotadas sexualmente. Para nosotras las mujeres en situación de prostitución no son la comidilla o el chiste del bar a la hora del vermut un sábado de mayo; y si usted fuera un alcalde comprometido con los DDHH tampoco debería serlo.
¡Hechos, no palabra, señor Julián! Pero si va a abrir la boca para algo, al menos no quede de misógino.
Desde la resistencia feminista,
Mujeres por la Abolición
