Tras la conversación, prácticamente todas las asociaciones con las que me reuní me entregaron sus propuestas y análisis por escrito en una serie de documentos que iremos estudiando para poder incorporar a la batería de medidas que hemos propuesto para erradicar la violencia de género. Uno de los aspectos en el que más hincapié hicieron tanto las personas expertas como los colectivos fue el déficit de formación entre los profesionales que operan en los juzgados especializados en violencia de género, especialmente de jueces y juezas. También subrayaron como otro ámbito fundamental, llevar la igualdad a las aulas –desde infantil a la universidad-, me insistieron.
Yo quería trasladarles, además del contenido del pacto contra la violencia de género, mi compromiso con la erradicación de esta lacra social que se cobra decenas de vidas todos los años, 60 mujeres asesinadas solo el año pasado. Quise explicarles también que compartíamos el análisis de que la mejor medicina preventiva para la violencia de género es la igualdad entre mujeres y hombres y al hilo de esa reflexión salieron todos los temas fundamentales, como la brecha salarial, situada ya en un 24% en la legislatura de Mariano Rajoy. Así, les reiteré mi compromiso de aprobar una Ley de Igualdad Salarial, que garantice la igualdad de género en el empleo, además de tratar de impulsar políticas que realmente lleguen a conseguir una conciliación efectiva de la vida laboral.
Las asociaciones me trasladaron sus críticas a la legislatura de Mariano Rajoy que ha supuesto un verdadero retroceso en materia de igualdad de género. Tanto en su opinión como en la mía propia, los cuatro años de gobierno del Partido Popular deben ser olvidados porque aunque va a costar recuperar lo que se ha perdido, lo vamos a lograr. A todos ellos les dije que voy a recuperar el Ministerio de Igualdad porque la causa de las mujeres es mi causa y voy a luchar por ella.