¡Dar más a quien más recibe! Este parece ser el lema del Partido Popular para sus medidas sociales y fiscales. Y ahora también con las pensiones de la Seguridad Social. Al menos, esto es lo que hace con su última medida “estrella”, cobijada bajo el nombre de “Complemento de maternidad para las pensiones contributivas”, que se aplica sólo a una parte de las nuevas pensionistas que inicien el cobro de una pensión a partir de Enero de 2016.
La nota de prensa que el ministerio de empleo ha emitido recientemente recuerda que “La Seguridad Social abona a 11.300 mujeres pensiones con complemento de maternidad (5.790 pensiones reciben el complemento del 5% por dos hijos; 3.325 reciben el complemento del 10% por 3 hijos y 2.174 reciben el 15% por 4 hijos)”.
Este complemento lo recibirán menos de la mitad de las nuevas pensionistas.
1.- Analicemos este “complemento” desde el punto de vista de la equidad dentro del grupo que lo recibe.
El complemento consiste en un porcentaje sobre la pensión, no en una cantidad uniforme. Consecuencia: una minoría recibe entre 3 y 4 veces lo que recibe la mayoría.
La nota del ministerio no informa del número de pensionistas en función de la cuantía que van a recibir. No informa que muchas de las nuevas pensionistas van a percibir una pensión que se sitúa cerca de los 600 € al mes, y que una minoría alcanzará una pensión alta o la máxima de 2.567 € al mes.
Así, para un buen número de nuevas pensionistas, las que reciben en torno a 600 € el complemento será de 30 € al mes si tuvo dos hijas/os, de 60€ si tuvo 3 y de 90 € si tuvo 4 o más. Sin embargo, para quienes reciban una pensión de alrededor de 2.200€ al mes las cuantías de los complemento será de 110 € al mes, 220 €, o 330 € según si tuvo 2, 3, ó 4 y más hijas/os. Es decir, quien tiene la pensión más alta recibe por hijo prácticamente 4 veces más que la pensionista que tiene la pensión más baja.
Si la causa del complemento es aportar “nuevos cotizantes” a la Seguridad Social (el Gobierno justifica este complemento como “contribución demográfica”) tan nuevos cotizantes son los hijos de las mujeres que menos ganan como los de las que más ganan. Parecería que para el “Gobierno en funciones” los hijos de las pensionistas con menor pensión tienen un valor que apenas alcanza la cuarta parte del valor de los hijos de quienes reciben la pensión más alta.
2.- En términos generales ¿Quiénes quedan fuera?
La medida excluye a las pensiones no contributivas: no recibirá el complemento las pensionistas que reciban una pensión de 368 € al mes. A estas mujeres, que en su inmensa mayoría no alcanzan los 15 años de cotización bien porque la maternidad las apartó definitivamente del mercado de trabajo, bien porque han trabajado como empleadas de hogar o en el campo, con carreras cortas de cotización, no se les reconoce ningún derecho al nuevo complemento, aunque su “contribución demográfica” a la Seguridad Social haya sido igual o incluso muy superior a las demás (no solo 2 sino 5,6, o 10 hijos). Así, el PP niega la compensación a quienes sufren una mayor brecha en protección (el 78% de las jubilaciones no contributivas son mujeres).
Tampoco tendrán derecho al complemento las mujeres trabajadoras que tuvieron sólo un hijo o hija. Olvidan que la brecha salarial y la afectación a las carreras de cotización se produce por el hecho de la maternidad, es decir desde el primer hijo. Pero esto, al parecer, no cuenta. La medida no va sólo contra la equidad, sino también contra la igualdad.
3.- ¿Quién paga la medida?
Según el gobierno, es una prestación contributiva que se paga con las cotizaciones a la seguridad social. Ello a pesar de ser una prestación nueva para la que nadie ha cotizado, ni se prevén nuevas cotizaciones. Pero además, cuando existe un déficit reconocido en la Seguridad Social que supera los 16.000 M€, el coste del nuevo complemento (52 millones € primer año, 150 millones 2º año, 330 millones el 4º año) va todo al déficit público.
Si este complemento fuera en realidad contributivo querría decir que todos los cotizantes pagarían más para que se dé un complemento mayor a quien más recibe. Pero en realidad, dado el déficit de la Seguridad Social, tendrá que ser sufragado desde los Presupuestos Generales del Estado con lo que esta redistribución negativa es aún más evidente.
Conclusiones:
Si lo que se pretende es compensar la brecha de protección entre hombres y mujeres pensionistas y sabemos que la brecha (la diferencia de protección) es más amplia para las mujeres con menos recursos ¿no sería más equitativo establecer una compensación lineal por hijo/a sin distinción por la cuantía de la pensión?
Si lo que se pretende es compensar la “contribución demográfica” o fortalecer la natalidad, ¿no habría sido más lógico el desarrollo de las políticas de igualdad y corresponsabilidad para que las parejas jóvenes tengan o adopten más hijas/os?
Lo que sería necesario es abordar los permisos de maternidad / paternidad irrenunciables e intransferibles. También las ayudas, desde los presupuestos generales del Estado, para garantizar la continuidad de las carreras de cotización durante las reducciones de jornada o las excedencias por cuidado de hijas/os. Así se actuaría en el origen de la brecha salarial y en el origen de la brecha de protección social. Así se avanzaría en la igualdad real
En todo caso sería necesario incrementar las prestaciones por hijo a cargo de la seguridad social (291 € al año) para igualarlas como mínimo a las deducciones fiscales de 1.200€ por hijo. Hoy las familias con rentas inferiores a 11.574 € reciben por hijo 1/4 de lo que reciben las familias con más recursos. No podemos olvidar que la pobreza se ceba con la infancia. Y ello se debe a que sus familias, sus madres, son pobres.
¿Por qué no nos ocupamos de una vez de quien poco o nada tiene y además lo necesita?