Las víctimas de violación en el ejército de USA, señaladas de por vida

Redacción Tribuna
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Gary Noling sosteniendo placas de identificación que pertenecían a su hija, Carri Goodwin.
Gary Noling sosteniendo placas de identificación que pertenecían a su hija, Carri Goodwin.

El informe “Expulsadas: Ausencia de recursos para supervivientes de violaciones sexuales en las fuerzas militares estadounidenses que recibieron irregularmente la baja” elaborado por Human Rights Watch y Protect Our Defenders, revela que un amplio número de víctimas de violación y abuso sexual fueron dadas de baja con argumentos injustos que les han impedido obtener empleo y beneficios.

El informe denuncia que entre las causas apuntadas en las bajas se encuentran “trastorno de la personalidad” y otras afecciones mentales que impiden reclamar beneficios, así como “inconducta” (“other tan honorable”) que excluye a las víctimas del acceso al sistema de salud del Departamento de Asuntos Militares para personas retiradas.

Sara Darehshori, asesora de HRW y autora del informe afirma que “las víctimas de violación sexual en el ámbito militar básicamente quedan marcadas de por vida. No solo han perdido su carrera militar, sino que además han quedado marcadas por una condición que podría impedir que obtengan un empleo o que reciban atención de la salud, o que puedan realizar otros aspectos de la vida normal tras su paso por las fuerzas”. Darehshori apunta también a que estos documentos con causas de bajas irregulares han estado asociadas a elevados índices de suicidios, empobrecimiento y encarcelamientos. “Quienes reciben la baja por “trastorno de la personalidad” u otras causas de salud mental deben convivir además con el estigma de ser considerados “enfermos mentales”.

El derecho estadounidense prohíbe que los miembros de las Fuerzas Armadas demanden a la institución por perjuicios que hayan sufrido en relación con el servicio prestado.

Abusos sexuales y un estigma de por vida

Human Rights Watch, con asistencia de Protect Our Defenders, realizó más de 270 entrevistas, examinó documentos preparados por organismos gubernamentales federales en respuesta a numerosos pedidos de registros públicos, y analizó datos sobre casos que figuran en el portal de consultas de las Juntas de Rectificación, en los cuales se aludía a “trastorno de la personalidad” o “trastorno de adaptación”. Los investigadores hablaron con 163 víctimas que sobrevivieron a agresiones sexuales desde la época de la Guerra de Vietnam hasta el presente.

Entre los testimonios de víctimas, HRW recoge algunos:

“Llevo la baja como un símbolo permanente de humillación oficial, que se suma al trauma que supuso la agresión física, las represalias y todo lo que sucedió después”.

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Eva Washington después de terminar el campo de entrenamiento en 2000. Fue violada repetidas veces mientras se formaba en Inteligencia Militar; se le diagnosticó trastorno de la personalidad sin tener un diagnóstico médico.

“Vivir una experiencia sexual traumática en el ámbito militar ya es de por sí muy serio, pero además ser desacreditada y estigmatizada es algo sumamente dañino y difícil de superar. El trastorno de personalidad es otro nivel más de traición, por lo estigmatizante que resulta.… Las personas creen que no estoy bien y no se dan cuenta de que no es más que una marca que ha sido impuesta arbitrariamente a las personas”.

Datos preocupantes

Entre los datos que revela el estudio, HRW denuncia que entre el 2001 y el 2010,, más de 31.000 veteranos fueron dados de alta por razón de trastorno de la personalidad. Un número desproporcionado de los dados de alta fueron mujeres. Se trata de cerca del doble de mujeres esperado, respecto a la proporción de mujeres en el servicio miliar.

Ruth Moore, en el cuerpo de marines de guerra en 1987. Después de haber sido violada dos veces en el servicio, se le dio una baja por trastorno de la personalidad y tuvo que luchar durante 23 años para obtener beneficios.
Ruth Moore, en el cuerpo de marines de guerra en 1987. Después de haber sido violada dos veces en el servicio, se le dio una baja por trastorno de la personalidad y tuvo que luchar durante 23 años para obtener beneficios.

 

Gary Noling sostiene una foto de su hija Carri Goodwin, víctima de violación que murió a causa de una intoxicación etílica menos de una semana tras recibir la baja por "inconducta" del cuerpo de Marines. Debido a la causa de su baja su padre no pudo realizar un entierro militar para los restos de Carri.
Gary Noling sostiene una foto de su hija Carri Goodwin, víctima de violación que murió a causa de una intoxicación etílica menos de una semana tras recibir la baja por «inconducta» del cuerpo de Marines. Debido a la causa de su baja su padre no pudo realizar un entierro militar para los restos de Carri.
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