«Tendremos que escondernos y volver cuando nos peguen dos tiros». Esta es la premonitoria sentencia que emitieron las dos mujeres al salir de la comisaría.
El relato lo hizo ayer la hija de la mujer tiroteada durante su declaración en el juzgado de guardia de Zaragoza en vez de hacerlo en la Jefatura Superior de Aragón ante el Grupo de Homicidios de la Policía, que ya ha abierto una investigación interna para conocer las circunstancias por las que los agentes que las atendieron las desanimaron a presentar una deniucia.
Según ha relatado el Heraldo de Aragón la joven, explicó que tanto ella como su madre se sintieron «bastante frustradas, porque habían acudido a poner una denuncia y se tuvieron que marchar sin poder hacerlo».
La hija que acompañada por su abogado, Simón Lahoz, narro durante la comparecencia cómo se había producido la ruptura de sus padres y cómo había degenerado en «vejaciones, humillaciones y amenazas».
El letrado, manifestó que su clienta esta «muy molesta» por las versiones que se están lanzando y reprocho que les hagan sentirse «víctimas por partida doble». El letrado indico que la joven se sentía «aliviada» por haber podido relatar todos estos hechos en sede judicial y negó que hubiese intención de iniciar acciones penales contra ningún policía.
La joven también relato que antes de ir a comisaría se habían asesorado a través del teléfono 016 y que los agentes que le atendieron le explicaron «que no había lesiones y que lo que decían no era denunciable».
El comportamiento negligente de los agentes, llego al extremo de negarse a escuchar y quitar importancia a las supuestas amenazas grabadas, que las mujeres llevaban en el móvil.