Arbor es una publicación periódica del CSIC referente a nivel nacional e internacional que acaba de publicar un polémico monográfico «¿Hay mujeres más allá del feminismo? De la lucha por la igualdad al transhumanismo/posthumanismo»
Desde hace tiempo, en la revista Arbor del CSIC están recalando figuras de la Academia pertenecientes o muy cercanas al Opus Dei.
La coordinadora de este monográfico es María Caballero Wangüemert, catedrática de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Sevilla, a quien el Opus Dei incluye en su articulo sobre «Mujeres de vanguardia para una sociedad en crisis». Es titular de la Cátedra de Mujer, Cine y Literatura de FEC .
En el monográfico publicado por ARBOR todos los textos están impregnados de referencias a datos tergiversados. Utilizan el termino «ideología de género» en la linea argumental que viene promoviendo el Vaticano y los sectores fundamentalistas de la Iglesia Católica, y llegando a cuestionar la necesidad de que existan asociaciones que luchan por la igualdad.
Toda la argumentación del monográfico parte de esta cercanía al Opus Dei, como es el caso de Ángela Aparisi Miralles, que escribe «Discursos de género: el modelo de la igualdad en la diferencia» y que podemos encontrar en la página de la Universidad de Navarra, perteneciente al Opus Dei, hablando de «El feminismo de la complementariedad en el pensamiento de san Josemaría Escrivá».
Su perfil en la Wikipedia indica que Aparisi es doctora en Derecho por la Universidad de Valencia, catedrática de Bioética en la Universidad del Istmo (Guatemala) y catedrática de Filosofía del Derecho de la Universidad de Navarra en Pamplona. Fue también magistrada de la Audiencia Provincial de Valencia desde 1988 a 1997. Entre 1997 y 2010 fue directora del «Instituto de Derechos Humanos» de la Universidad de Navarra y desde abril de 2000 ejerce como observadora internacional de la UNESCO para diversas conferencias y simposios y para las sesiones del «International Bioethics Commitee (IBC)». Ha sido reconocida como miembro de honor del Colegio de Abogados Mexicano. Es visitante ilustre de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo en Perú.
La desigualdad como el estado natural de las cosas
La revista “Arbor: ciencia, pensamiento y cultura” es una publicación periódica del CSIC referente a nivel nacional e internacional en el ámbito de las ciencias sociales y humanas. Es una de las escasas revistas de este tipo que están indexadas en Web of Science (Thomson-ISI) y en SCOPUS lo cual implica, entre otras cosas, una revisión por pares para garantizar la calidad científica, la relevancia, la actualidad y originalidad de los artículos publicados.
Las investigadoras del CSIC indignadas
«Es sorprendente e indignante que el número 778 de la revista Arbor, publicado en marzo-abril de 2016, se haya usado como plataforma para propagar ciertos idearios anti-feministas, homófobos y transfóbicos que nada tienen que ver con la calidad científica, la relevancia social y el rigor conceptual», denuncian desde el Grupo de Investigadorxs del CSIC que piden la retirada inmediata del monográfico.
«Desde el título escogido hasta el contenido de sus artículos, es una auténtica ofensa para las personas que nos dedicamos a hacer ciencia en este país y pone en entredicho la trayectoria y la calidad científica de Arbor y del CSIC, además de constituir una provocación evidente para las feministas y un insulto para la ciudadanía que paga con sus impuestos las investigaciones, revistas y herramientas de divulgación de la ciencia pública. Se trata de un síntoma más del proceso de involución que estamos experimentando en lo tocante a los derechos de las mujeres, no sólo en el ámbito académico y no sólo en nuestro país», afirman en la petición que han iniciado en Change.org.
El feminismo y la lucha por la igualdad quedan reducidos a meras batallas ideológicas según este monográfico, y consideran a quienes continúan defendiendo los derechos de las mujeres como «revanchistas» y «dentro del marco de lo inútil».
«¿Siguen funcionando los techos de cristal? Porque la ideología de género partía del planteamiento maniqueo de que el poder lo sustentaba el varón y la mujer reclamaba su parte del pastel. Y de ahí tantos estudios sobre el asalto femenino al poder, la lenta incorporación de la mujer al trabajo y los reajustes problemáticos que acarrea una vez conseguido…» dice Caballero Wangüemert en su presentación del monográfico.
Caballero Wangüemert afirma que las mujeres están, efectivamente, infrarrepresentadas, pero lo argumenta porque ese no sería su lugar natural: «No sin dejar de poner el dedo en la llaga de ciertos tópicos, reiterados ad nauseam (“discriminación femenina”, “techos de cristal”, o la famosa “tijera” que deja tantas mujeres arrumbadas a lo largo del camino). (…) En los informes de la CMYC la tijera debería tender a desaparecer. Si no sucede, no debe extrañar el abandono femenino que incide en que se perpetúe. No por discriminación legal, sino por el peso de la vida cotidiana. Por insatisfacción, porque la mujer tiene otros horizontes, porque no le compensa el estrés…»
Toda la base teórica de este monográfico parte de que la desigualdad entre hombres y mujeres es el estado natural de las cosas.
La respuesta ha venido, de momento, por parte de organizaciones como AMIT (Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas) y otras personas a título privado, pero llaman a adherirse a la carta remitida a Alfonso V. Carrascosa, director de Arbor, para sumar presiones y lograr que se retire el monográfico.