La empresa americana Visier, que analiza la fuerza de trabajo en distintos sectores, acaba de publicar un estudio utilizando los salarios y las posiciones de 165.000 trabajadores/as de varias grandes empresas estadounidenses.
El estudio muestra que, cuando las mujeres alcanzan los 30 años, dejan de promocionar en los puestos de dirección en la misma proporción que los hombres.
Como se puede ver en la gráfica el porcentaje de hombres y mujeres en puestos de dirección varía a lo largo del ciclo vital .
Cuando mujeres y hombres están en la veintena, ambos tienen probabilidades similares de estar y promocionar a puestos de dirección. Sin embargo, las cosas cambian cuando las mujeres alcanza los 30. El estudio devela que la brecha se vuelve insalvable cuando alcanzan los 40 años.
El estudio muestra también que aunque ellas continúan promoviendo su carrera al mismo nivel que los hombres durante toda la carrera profesional pero simplemente no se las promueve para que alcancen puestos directivos.
Es esencial considerar que quienes están en puestos de gerencia (hombres mayoritariamente) doblan en salario a quienes están en puestos no gerentes: Dicho de otro modo: los varones cobrarian dos veces más que esas mujeres que no llegan a los puestos directivos.
Visier analiza y hace una proyeccion sobre qué ocurriría si se promoviera a las mujeres en puestos de gestión en la misma proporción que a los hombres, y concluye que, de ser así, la brecha de género se reduciría hasta un tercio.
La clave que explica esta brecha la apunta Josie Sutcliffe, vicepresidente de marketing de Visier que muestra como «la brecha sucede precisamente en el momento en que las mujeres tienen más probabilidades de tener hijos» Para Sutcliffe «esta no promoción de las mujeres en estos años puede considerarse un castigo por su maternidad»
Un «castigo por la maternidad»
Visier concluye también que a más edad, la brecha se vuelve insalvable. A medida que las mujeres envejecen, la brecha empeora. El informe encuentra la mayor brecha salarial en mujeres con edades comprendidas entre los 32 y 48 años. Curiosamente, Visier señala que la brecha disminuye llegados los últimos 50 y a principios de los 60, lo que supone que la brecha de género se sitúa en los años en que hombres y mujeres comienzan a formar familias y tener hijos. La brecha disminuye cuando esos hijos e hijas tienen unos 18 años y se hacen independientes.
El estudio concluye que esto evidencia que la falta de apoyo a las mujeres en sus carreras profesionales es «un castigo por la maternidad», ya que a ellos, en esta franja de edad -entre los 30 y 40-, no les afecta.