Tolerancia cero con el machismo. Esta debe ser una premisa a seguir en cualquier ámbito, pero especialmente en el deportivo. En los pasados Juegos Olímpicos vimos el sexismo de muchos titulares y recientemente una árbitra recibía improperios sexistas durante un partido. Sin embargo, la respuesta es cada vez mayor. La árbitra paraba el juego hasta expulsar al autor de los comentarios machistas o, en Reino Unido, la Federación Inglesa de Fútbol sancionaba a un jugador que publicó tuits machistas, homófobos y racistas.
La noticia hoy llega de la República Checa, donde el Sparta de Praga ha sancionado a dos jugadores, el portero Tomas Koubek y el centrocampista Lukas Vacha, tras decirle a una jueza de línea en un partido que su lugar era «la cocina y no arbitrando en un partido de hombres». Ambos jugadores decían sentirse indignados por haber empatado contra el Zbrojovka Brno (3-3) y que había sido la juez quien no había pitado un fuera de juego en el tiempo añadido.
Miroslav Pelta, presidente de Federación Checa de Fútbol, ha calificado de inaceptables los insultos de los jugadores, que ya han pedido disculpas, y lamentan «haberse dejado llevar por las emociones en el partido». Sin embargo, Pelta ha traslado a ambos futbolistas a los entrenamientos de los equipos femeninos de la federación «para que se den cuenta de lo valiosas que son las mujeres».
Dos jugadores del Sparta de Praga entrenarán con el equipo femenino tras los insultos machistas a una árbitro
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