25 Oct 2016
Las Naciones Unidas decidió honrar como Embajadora Honoraria de los derechos de mujeres y niñas a la Mujer Maravilla (Wonder Woman), un personaje ficticio cuyos derechos pertenecen a una corporación privada de Hollywood llamada DC Comics. La noticia no fue bien recibida, especialmente entre un número considerable de empleadas de las mismas Naciones Unidas, que protestaron por la medida, y por las feministas.
Activistas feministas no podían creer la noticia. Shazia Rafi, que lideró la campaña She4SG, que tenía como fin promover mujeres para el cargo de Secretaria General de las Naciones Unidas en el periodo que comienza en 2017 (y que terminó ganando el portugués Antonio Guterres), expresó “primero pensé que era una broma”. Pero las Naciones Unidas se defendió diciendo “la Mujer Maravilla es una de las superheroínas más emblemáticas, conocidas por su compromiso con la justicia, la paz y la igualdad”.
A lo que yo pregunto: ¿emblemática para quién? ¿Admirarán en Yakarta, Indonesia “los ideales de la igualdad” de la Mujer Maravilla? ¿Conocerán las niñas de Unidad, Sudán del Sur el compromiso con la paz de este personaje? ¿Piensan las Naciones Unidas que las niñas indígenas de Bolivia se despiertan con un póster de la Mujer Maravilla?
A mi entender, es una decisión enteramente eurocentrista que sólo tiene sentido si como organización se busca promover la imagen benevolente de intereses imperialistas…
A mi entender, es una decisión enteramente eurocentrista que sólo tiene sentido si como organización se busca promover la imagen benevolente de intereses imperialistas de un estado en particular y no un conjunto de naciones en condiciones de igualdad, como alegan sus representantes… ¡pero me estoy distrayendo del análisis principal!
Continuemos con el análisis feminista.
En parte, la protesta se centra en que el personaje de la Mujer Maravilla es una concepción masculina que viste como tal. Resulta extraño que, como nos indica el periódico El Universo de México, “la imagen de la superheroína será utilizada por Naciones Unidas en sus plataformas de redes sociales para promover el empoderamiento de las mujeres, incluyendo la violencia de género y la participación de las mujeres en la vida pública”, cuando el personaje en sí existe para satisfacer los patrones de belleza física dictados tanto por occidente como por el patriarcado.
De hecho, la Mujer Maravilla es la invención del estadounidense William Moulton Marston quien confiesa que se inspiró en el movimiento sufragista para idear el personaje… pero para vestirla, se inspiró en las mujeres que aparecían con poca ropa en revistas para hombres. Y antes de que alguien argumente alguna necedad neoliberalista de que las mujeres somos muy libres, que podemos ponernos la cantidad de ropa que queramos y que el patriarcado no tiene nada que ver con eso, yo les preguntaría, ¿por qué será que incluso en el 2016 cuando se presentan todos los superhéroes juntos (y la única súper heroína) solo la mujer es la que anda escasamente vestida?
Explica Cass Durant, empleada de la ONU que sostuvo un cartel con el mensaje “Mujeres de verdad merecen una Embajadora de verdad”, que las empleadas que protestan “no creemos que un personaje ficticio de historietas que básicamente viste lo que parece un disfraz de conejita de Playboy sea realmente el mensaje correcto que necesitamos enviarle a las niñas, o incluso a los niños.”
Me pregunto si a las Naciones Unidas se les ocurriría jamás declarar Embajador Honorario a algún personaje ficticio que sea un hombre en traje de baño o en calzoncillos.
Me pregunto si a las Naciones Unidas se les ocurriría jamás declarar Embajador Honorario a algún personaje ficticio que sea un hombre en traje de baño o en calzoncillos. Una pregunta retórica, porque gracias al patriarcado ni siquiera existen personajes masculinos que sirvan como equivalentes en este sentido a la Mujer Maravilla. ¿Será que Naciones Unidas no es tan feminista como parece y que la misoginia también ha llegado allí?
Parte de la protesta fue una petición pública en la que las empleadas instaron al organismo a que reconsiderara elegir personajes de la vida real para servir como Embajadora Honoraria de las mujeres y las niñas. La petición, que hasta el momento de redacción contaba con 1696 firmas, fue iniciada por aproximadamente 100 empleadas de Naciones Unidas, aquellas que decidieron protestar públicamente la medida tanto por medio de la petición como en el momento del reconocimiento oficial, cuando protestaron silenciosamente dando la espalda a la tarima principal.
Traduzco parte de la petición a continuación: “A pesar de que los creadores originarios pueden haber tenido la intención de que la Mujer Maravilla representase una guerrera fuerte e independiente con un mensaje feminista, la realidad es que el personaje que se presenta es una mujer blanca de senos grandes, con proporciones imposibles, vestida con poca ropa en un disfraz semidesnudo que porta la bandera estadounidense y botas hasta las rodillas. Es la icónica chica de revista masculina. Este es el personaje que Naciones Unidas ha decidido que represente globalmente un tema tan importante: la igualdad de género y el empoderamiento de niñas y mujeres.
Tener modelos a seguir que sean fuertes (que estén vivas y que respiren) es un aspecto crucial en el empoderamiento de mujeres y niñas.
Resulta alarmante que Naciones Unidas considere utilizar un personaje con una imagen altamente sexualizada justo en el momento en que tanto en Estados Unidos como en todo el mundo los estudios se enfocan en los efectos de la cosificación de las mujeres y las niñas.
El mensaje que Naciones Unidas está enviando con este reconocimiento es extremadamente decepcionante. Tal parece que Naciones Unidas no pudo encontrar a una mujer real que pueda liderar la temática de los derechos de TODAS las mujeres en la lucha por la igualdad de género y por su propio empoderamiento.
Tener modelos a seguir que sean fuertes (que estén vivas y que respiren) es un aspecto crucial en el empoderamiento de mujeres y niñas. Si las Naciones Unidas quisiera una lista de mujeres extraordinarias que podrían cumplir esta labor de manera formidable, nosotras por supuesto podríamos elaborar una lista para que el Secretario General pudiera seleccionar a la más idónea”.
Naciones Unidas podrá argumentar que la Mujer Maravilla tiene una película que saldrá el año que viene y que quiere unirse a la ola de publicidad que esto creará. Quizás así quiere “captar” al público joven, parecer cool y mantener relevancia en los medios de comunicación. Pero ¿por qué tiene el empoderamiento de mujeres y niñas quedar reducido a eso? ¿Hacer Embajadora Honoraria a una mujer de comic, semidesnuda y eurocéntrica, por publicidad? ¿No debería Naciones Unidas dar ejemplo y promover ideales más elevados?
Reporta la BBC Mundo que “el anuncio se produce tras la selección de Antonio Guterres de Portugal como el próximo secretario general de la ONU, a pesar de un impulso global de la organización por seleccionar a una mujer para su puesto más importante. De hecho, un análisis reciente mostró que 9 de cada 10 puestos de liderazgo en la ONU son ejercidos por hombres”. Un dato decepcionante, pero al menos esto explica muchas cosas. Disculpen la ironía, pero quizás tomaron una decisión tan desacertada con esto de la elección de la Mujer Maravilla porque no había ninguna mujer sentada en la mesa de decisión que hiciera a los hombres entrar en razón…
Quizás tomaron una decisión tan desacertada con esto de la elección de la Mujer Maravilla porque no había ninguna mujer sentada en la mesa de decisión que hiciera a los hombres entrar en razón…
Yo le sugeriría a Naciones Unidas que analice bien cuál es la visión que piensa promover sobre el famoso empoderamiento de las mujeres y las niñas. Naciones Unidas ha hecho un esfuerzo reciente en promover una visión del feminismo que deber ser considerado de manera crítica. Su gran impulso feminista reciente ha sido su campaña He4She o ‘ÉlPorElla’ cuyo mensaje principal es centrar a los hombres dentro del movimiento feminista, según dicen, para que sean aliados de las mujeres y las niñas. Pero es que el rol del hombre dentro del feminismo nunca ha sido ni debería ser el centro. Como explica Eduardo Aguayo, la función de los hombres con respecto al feminismo es “pregúntate todos los días cuáles son tus privilegios y cómo puedes hacer para que tus amigos hombres y tú renunciéis a ellos”.
Si Naciones Unidas quiere estar dando lecciones de igualdad, que comience predicando con el ejemplo dentro de su propia organización y su liderazgo.
El feminismo no necesita hombres benevolentes que hagan pronunciamientos bonitos sobre lo mucho que respetan a las mujeres. Como hemos visto, eso muchas veces termina mal. Lo que necesitamos es una conversación continua que escuche las voces y el activismo de mujeres y niñas sin tener que disculparnos ni aclarar constantemente a los hombres que, por favor, no se sientan intimidados. El feminismo necesita que se reconozca la labor y la solidaridad que las mujeres y las niñas muestran unas con otras en esta lucha interminable contra la violencia y contra el patriarcado, no que estemos desbocándonos aplaudiendo cada palabra pseudofeminista que salga de la boca de un hombre.
Y más que nada, el feminismo no necesita que Naciones Unidas nos presente a una mujer de mentira, ideada por un hombre y vestida específicamente para adherirse a los patrones pornográficos del patriarcado, para que nos enseñe a nosotras, mujeres y niñas de carne y hueso, sobre “el empoderamiento”.
Millones de heroínas silentes que todos los días se levantan, sin celebración ni gloria, a realizar el trabajo arduo y malagradecido que es desmantelar el patriarcado. No tienen contrato en Hollywood, no cumplen al pie de la letra los estándares impuestos por occidente y afortunadamente no son creación de la imaginación de ningún hombre.
Nuestras heroínas del día a día no tendrán contrato para película en Hollywood. Y la gran mayoría no cabe en un traje de baño talla 2. Son superheroínas, sí, pero humanas. De hecho, el pasado día miércoles 19 de octubre del 2016, más de 100,000 de ellas salieron a las calles de América Latina, Europa… como han salido a través de la historia a las calles de todos los países del mundo. Ese Miércoles Negro, las calles de países tan diversos y complejos como Argentina, Uruguay, Paraguay, Perú, Chile, Venezuela, Colombia, México, Honduras, Guatemala, Ecuador y España se llenaron de mujeres y niñas maravilla que demostraron su compromiso con el empoderamiento de mujeres y niñas al protestar contra la violencia machista y los feminicidios. Eso se llama heroísmo.
Si Naciones Unidas está buscando heroínas en la lucha en pos de la reivindicación de los derechos de la mujer, que mire bien a ambos lados. En cada comunidad, en cada provincia, en cada país y en cada continente hay millones de heroínas silentes que todos los días se levantan, sin pena ni gloria, a realizar el trabajo arduo y malagradecido que es desmantelar el patriarcado. No tienen contrato en Hollywood, no cumplen al pie de la letra los estándares impuestos por occidente y afortunadamente no son creación de la imaginación de ningún hombre.