Vivimos en un momento de crisis social, económica, política, de valores y ecológica. La extrema derecha gana territorios –y gobiernos-; la UE vulnera descaradamente derechos humanos; y el patriarcado está en plena efervescencia reaccionaria, desvirtuando el feminismo y buscando la forma de dar marcha atrás a los avances que las mujeres vamos logrando poco a poco.
En concreto, España se encuentra atravesada por múltiples cuestiones a resolver, como son las violencias machistas, los nacionalismos, la pobreza o la corrupción. Frente a este contexto nacional e internacional, los medios de comunicación juegan un papel fundamental en la difusión de una información libre, veraz, plural, y eficaz. En un sistema democrático es indispensable una radio-televisión pública que respete el derecho a la información y el derecho a la comunicación libre. RTVE es un ente público que debe regirse por los principios de independencia, pluralismo, neutralidad, imparcialidad y rigor (Art. 10 del Mandato marco de la Corporación RTVE). Pero, frente a esta teoría, la práctica es bien diferente, la radio televisión pública –como si de una empresa privada se tratase- se ha puesto al servicio de la lógica neoliberal. Así pues, se ha sumado a la frenética carrera por las audiencias, y a la sistemática transmisión de valores discriminatorios, sexistas y misóginos.
Una de las muchas consecuencias de la crisis del actual modelo de televisión pública es la falta de voluntad para exigir una especialización en igualdad y violencia de género a las y los periodistas.
En mayo de 2016, mi preocupación ante esta situación (como feminista, y como estudiante de periodismo y comunicación audiovisual) me lleva a emprender una investigación sobre cuál es el tratamiento que hace de la violencia machista el TD2 de TVE. Para ello, y con el apoyo de Teledetodos (grupo de estudios de comunicación de servicio público), selecciono un periodo temporal que comprende entre el 9 y el 23 de abril del 2016, y analizo el tratamiento que se le da a los 5 casos de violencia de género desarrollados durante esas semanas.
Una de las muchas consecuencias de la crisis del actual modelo de televisión pública es la falta de voluntad para exigir una especialización en igualdad y violencia de género a las y los periodistas.
Primero realizo algo que creo fundamental, un estudio sobre el marco legislativo en materia de igualdad de género y medios de comunicación que existe a nivel internacional, nacional, y corporativo de RTVE.
Una vez adquirida esta panorámica, me adentro en la elaboración de un análisis cuantitativo con siete variables que considero esenciales estudiar: cómo se define el problema, cuántos segundos se le dedica, qué terminología se utiliza para definir el asunto, cuál es el lenguaje textual empleado, qué estereotipos se reproducen, qué lenguaje icónico prolifera, y cuáles son las fuentes (‘totales’) a las que se acude.
Estos resultados, junto con la lectura de la bibliografía conveniente, me permiten redactar una versión extensa, y otra simplificada, del Decálogo para el correcto tratamiento de la violencia de género en el TD2 de TVE. En dicho documento se contemplan diez puntos cuyo cumplimiento sería necesario para crear una opinión pública que concibiera la violencia contra las mujeres como un asunto político, estructural, colectivo. Estos epígrafes son:
- Terminología adecuada e inadecuada para informar de la violencia de género.
- Eliminación de los estereotipos.
- Importancia de la información verbal y no verbal.
- Visibilización de las diferentes manifestaciones de la violencia de género.
- La violencia de género es un atentado contra los derechos humanos de las mujeres.
- La violencia de género no es una noticia-suceso; interés social vs morbo.
- La necesidad de información útil y de fuentes informativas fiables.
- Identificación de la víctima y del agresor.
- La violencia de género como tema prioritario en la agenda mediática y la representación de las mujeres como sujetos activos en la esfera pública.
- La formación de las y los periodistas en materia de violencia de género.
Por último, redacto el epígrafe de las conclusiones. En ellas se reflejan cuestiones como: por qué en los informativos no se considera que la vida de las mujeres asesinadas por violencia de género vale lo mismo que la del resto de civiles asesinados/as en un atentado terrorista; la necesidad de que la televisión pública intervenga verdaderamente en la erradicación de la violencia machista; o la falta de consenso que existe entre feministas en cuanto a la forma en que se debería identificar a la víctima y al agresor.
La necesidad de que la televisión pública intervenga verdaderamente en la erradicación de la violencia machista…
Así pues, hoy, una vez publicada esta investigación, puedo decir que llevarla a cabo me ha sido de gran utilidad para ir más allá de esos conocimientos canónicos que se nos enseña en las aulas de la universidad, y aproximarme a otros que se ocultan bajo los discursos dominantes.
Investigación completa disponible en Teledetodos.es