¿Os imagináis que esas actividades diarias que hacemos, como salir a tomar algo con amigas o acercarse al supermercado a comprar, estuvieran prohibidas? ¿Que para hacerlo se necesitara el permiso (y la compañía) de un miembro masculino de nuestra familia? Pues este es el día a día de las mujeres en Arabia Saudí, según denuncia The New York Times en un artículo donde ha entrevistado a más de 6000 mujeres saudíes. A propósito de que pudieran votar por primera vez y presentarse a cargos locales en las últimas elecciones, el diario quería conocer, de primera mano, cómo se sienten ellas con estas limitaciones.

Desesperanza, deseo de cambio y frustración fueron las sensaciones desprendidas de la mayor parte de los mensajes; y es que las mujeres no pueden viajar, acudir a la consulta médica, ir a la universidad ni, por supuesto, escoger pareja, sin el consentimiento de una figura masculina de la familia (ya sea padre, hermano e incluso hijo).
Estas prohibiciones, además de dejar sin libertad a las mujeres, las ponen en serio peligro.
Rulaa, de 19 años, cuenta que sufrió un accidente de taxi y la ambulancia se negó a trasladarla al hospital hasta que llegara su “guardián masculino”. “Si no hubiera llegado en el momento en que lo hizo, ahora estaría muerta”, le cuenta a The New York Times.
Al Qahtaniya, de 28 años, relata cómo su cuñado golpeó a su hermana porque ella había ido a una librería sin pedirle permiso.
O Dina, de 21, cuyo relato pone los pelos de punta:
“Vivo una mentira solo para evitar ser asesinada”. Su marido tiene otras cuatro mujeres, ella pasa necesidades pero no puede trabajar ni exigirle mejores condiciones. No le permite tener relaciones externas ni amigas, y la obliga a seguir su religión.
The New York Times ha querido así poner voz a estas miles de mujeres que conviven en un contexto de violencia y control, amparado por las leyes. Si bien la idea surgió tras la publicación de su documental “Ladies First”, sobre las primeras elecciones en Arabia Saudí, estos relatos, que han sido verificados, muestran la dura realidad que enfrentan estas mujeres.