El aborto es la tercera causa de muerte en la República Dominicana. En Centroamérica, miles de mujeres se juegan la vida a diario en abortos clandestinos, sin garantías e inseguros; es la consecuencia de legislaciones restrictivas y punitivas que condenan a las mujeres que deciden no continuar su embarazo. Así lo denuncian desde la ONG Calala Fondo de Mujeres: «Las mujeres sufren violencia por parte del Estado en El Salvador, por ejemplo. Tienen que abortar clandestinamente usando una aguja de crochet porque el aborto está prohibido en todos los casos». Según el Ministerio de Salud del país, entre 2005 y 2008 se practicaron casi 20.000 abortos no seguros, de los cuales casi el 30% fue a niñas, víctimas de abusos. De esos casi 20.000, el 11% supusieron la muerte de la mujer.
Y es que solamente en 2008 se practicaron 21,6 millones de abortos inseguros que supusieron la muerte de más de 47.000 mujeres. «En Calala nos parece inadmisible que, en pleno siglo XXI, la misma moral opresora de siempre siga pretendiendo colonizar nuestros cuerpos, decidir por nosotras y acallar nuestras voces».
Coincidiendo con las fechas navideñas, lanzan una campaña de recaudación de fondos para apoyar a grupos de mujeres de base que luchan en defensa de los derechos sexuales y reproductivos en Centroamérica, una de las regiones más restrictivas y violentas en materia de aborto y derechos de las mujeres. La financiación se destina a colectivos de base que hacen trabajo de activismo y sensibilización en distintas comunidades, desarrollando talleres, jornadas culturales y movilización política para que la situación legal en sus países respete el derecho a decidir.
“Queremos darle la vuelta a la aguja de crochet: que no tenga que ser la opción de una mujer desesperada, sino que sea nuestra herramienta para tejer un futuro mejor para todas”. Por ello piden ayuda para tejer una red de apoyo por los derechos sexuales y reproductivos en Centroamérica. “Devuelve las agujas de crochet a la cesta de manualidades y ponle fin a esta barbarie”, dicen, recordando que los fondos recaudados serán entregados a los grupos en diciembre para que puedan continuar su trabajo el año que viene.
Según la OMS, la penalización del aborto no significa que éste no se practique: lo convierte en una amenaza para la salud y la vida de la mujer. Calala señala que la alarmante realidad en Centroamérica es que «miles de mujeres con embarazos no deseados tienen que escoger entre morir, vivir un futuro en el que su opinión no vale nada o acabar en la cárcel, donde ahora mismo hay 37 mujeres por abortar, sea de modo provocado o espontáneo, con penas de hasta 50 años».
Campaña para apoyar los derechos sexuales y reproductivos en Centroamérica
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