“Ruleta sexual o Muelle”, así se llama el disparatado y peligroso juego que hace furor entre nuestros jóvenes. No sé qué está pasando, pero lo cierto es que en algo nos estamos equivocando cuando nuestra juventud aumenta en sus conductas machistas, utilizan el botellón como vía de escape, o practicando sexo sin cabeza. Algo ocurre, y deberíamos reflexionar muy seriamente todos.
El “juego” en cuestión se convoca a través de redes sociales, se queda en un determinado sitio (abandonado) como una finca, casa, etc, lejos de miradas indiscretas, y se practica sexo sin ninguna protección. Lo practican chicos y chicas pero, lógicamente aquí, una vez más, las peores consecuencias son para las chicas, y su riesgo de embarazo. Aunque el riesgo de enfermedades venéreas, o VIH, sería para todos, el virus del papiloma humano también sería para las chicas, aunque ellos podrían convertirse en transmisores.
Los jóvenes se drogan, beben y con la ayuda de un cronómetro, contabilizan la penetración y cambio de pareja en el menor tiempo posible. El perdedor, es el joven que antes eyacule…Terrible.
A todo este despropósito y locura, le añadimos el factor de que, según los testimonios de muchas chicas que han participado en esto, iban drogadas sin su consentimiento y tuvieron relaciones con más de 20 jóvenes.
Los médicos alertan de que están aumentando los embarazos, y las enfermedades de transmisión sexual. Concretamente aquí en Madrid, en Fuenlabrada, ocurrió hace unos meses, y se habla de 4 adolescentes embarazadas en 2016, por estas prácticas.
Por lo tanto, algo tenemos que estar haciendo mal porque si muchos de nuestros jóvenes, no todos, se someten a prácticas como estas, utilizándose unos a otros como mera mercancía, es que realmente vivimos en una sociedad enferma, donde la persona no se valora como debiera.
Los médicos alertan de que están aumentando los embarazos, y las enfermedades de transmisión sexual. Concretamente aquí en Madrid, en Fuenlabrada, ocurrió hace unos meses, y se habla de 4 adolescentes embarazadas en 2016, por estas prácticas.
No hay que alarmarse, pero sí estar alerta de que no se extienda demasiado, porque la realidad es que están aumentando las enfermedades de transmisión sexual entre adolescentes, aunque muchos no reconocen haber practicado estos juegos.
Algunos médicos advierten de que han pasado de uno o dos casos de este tipo, a 10 en un trimestre, algo que antes no ocurría, y ven en el Juego del Muelle, la causa de ello.
Es increíble que tengamos que hablar de esto, pero los expertos creen que, con una buena educación sexual, y los medios de información de que disponemos, esto no ocurriría. Parece mentira que hace años, tuviéramos en los centros educativos más actividades de este tipo que ahora, parece que hoy lo único que se valora es sacar las mejores notas posibles para acceder a becas y la universidad de turno, y no se fomenten cursos o conferencias, sobre sexo seguro e imprudencias de este tipo.
Se une la inmadurez y la inconsciencia, el alcohol y las ganas de experiencias extremas… un cóctel explosivo.
Los adolescentes están comenzando a normalizar estas prácticas y aquí comienza la desigualdad una vez más, al ser las chicas las que van subiéndose y girando con el peligro que implica, sin obtener ningún placer lógicamente, y los chicos compiten entre ellos a ver quién es el más macho controlando la eyaculación.
Además de lo que les puede afectar psicológicamente, las chicas sufren desgarros y vaginismo a consecuencia de la rapidez y brusquedad de la práctica.
Por lo tanto, es un juego muy peligroso, física como psicológicamente y en clara desigualdad de roles. Y nuestra deficiente educación sexual, tanto en casa como en los colegios, está claro que es una evidencia.
Parece ser que este juego se comenzó a practicar en América Latina hace unos cuatro años, y ya se empezó a alertar de su llegada a España, pero nosotros, como en casi todo, en vez de ir previniendo su llegada, con una correcta educación sexual y educativa, lo hemos dejado a ver qué pasaba por ahí. Y como dicen los expertos, esto no es una alerta médica, sino una alerta educativa.
Tomemos nota. Coeducacion, familias y centros educativos, de la mano, junto a una correcta educación ausente de machismo y propiciando la igualdad a todos los niveles.