Faltan las escritoras en el madrileño Barrio de las Letras

Patricia Martín Rivas
Patricia Martín Rivas
Escritora y traductora. Activista feminista y socia de Órbita Diversa.
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¿Te has dado cuenta de que las citas literarias en la calle Huertas son solo de hombres? Esta es la pregunta con la que empezamos la acción de visibilización de la mujer en la literatura el pasado día siete de enero en el Barrio de las Letras, cuando denunciamos pacíficamente el hecho de que no haya citas de mujeres en sus adoquines. Nos reunimos para escribir citas de plumas de mujeres con tiza en el suelo y leer fragmentos de obras con autoría femenina, en un recorrido precioso y muy enriquecedor de dos horas, en que la gente nos siguió, paró por la calle para interesarse y aplaudió la iniciativa con entusiasmo, al igual que lo hicieron muchas personas en las redes sociales.

Con todo ello, demandamos al Ayuntamiento de Madrid, a través de una petición en change.org (https://www.change.org/p/ayuntamiento-de-madrid-escritoras-en-el-barrio-de-las-letras), ser representadas en los espacios públicos, en este caso en el Barrio de las Letras.

«Hombres necios que acusáis

a la mujer sin razón,

sin ver que sois la ocasión

de lo mismo que culpáis:

si con ansia sin igual

solicitáis su desdén,

¿por qué queréis que obren bien

si las incitáis al mal?»

Redondilla

Sor Juana Inés de la Cruz

 
La herencia patriarcal nos atraviesa de un modo tan profundo que los aspectos más esenciales pasan desapercibidos a nuestros ojos. Desde pequeña me han encantado las citas literarias de la madrileña calle Huertas —me han parecido mágicas y atrayentes, y siempre, siempre, siempre las he leído con mucho interés cuando he pasado—, pero nunca me había dado cuenta, hasta hace un puñadito de meses, de que esas maravillosas palabras provenían exclusivamente de voces masculinas. Y nunca me había percatado porque, sencillamente, está normalizado que los campos del conocimiento y los espacios públicos sean dominio de los hombres.

En consecuencia, se hace necesario disponer de una educación feminista para que todo esto nos chirríe: sí, gracias a la lectura, la escucha y las reuniones feministas, nuestros sentidos se activan para identificar los gestos machistas enquistados en nuestra sociedad férreamente.

«Por más que el jinete trataba de sofrenarlo agarrándose con todas sus fuerzas a la única rienda de cordel y susurrando palabritas calmantes y mansas, el peludo rocín seguía empeñándose en bajar la cuesta a un trote cochinero que descuadernaba los intestinos, cuando no a trancos desigualísimos de loco galope.»

Los pazos de Ulloa

Emilia Pardo Bazán

Cuando me di cuenta, en fin, de que faltábamos nosotras en la calle Huertas, me pareció totalmente injusto, discriminatorio y prehistórico. Primero, porque, aunque estemos en el siglo XXI, aún continúa la estela secular de discriminación de la mitad de la población por el simple hecho de haber nacido con genitales femeninos. Segundo, porque, al contrario de la creencia popular, las frases no son de escritores célebres del Siglo de Oro exclusivamente, sino que hay frases de autores más allá de 1681 —cuando murió Calderón de la Barca y se dio por finalizado este período de florecimiento cultural español—. Vamos, que no hay excusas para no incluir a nuestras grandes escritoras.


Así, el equipo de Orbita Diversa se entusiasmó en cuanto les conté que tenía en mente y me apoyó con todos los aspectos necesarios para prepararla, reunir a gente y difundir la acción, enmarcada en el proyecto asociativo “Creadoras: Mujeres que cambian el mundo”, coordinado por Ofelia E. Oliva López, con el apoyo desde su arranque de César Mediavilla Martínez. Un proyecto cuyo fin es visibilizar a las mujeres que desde su trabajo, su obra, el activismo y/o su propia historia de vida han promovido y promueven positivamente la diversidad y el cambio en femenino, reivindicando la aportación que muchas mujeres, conocidas o anónimas, han realizado y realizan para crear cambios en nuestra sociedad y en la manera que percibimos la historia de la humanidad (herstory).

No queda otra: tenemos que luchar por cambiar los sistemas representacionales, para que sean más inclusivos —y no solo en relación con las mujeres, por cierto, sino también con otros grupos discriminados, por orientación sexual, origen, etcétera—, y podemos hacerlo de un modo pacífico, argumentado, sólido e incluso bello.

«La gente dice:

“Pobres tiene que haber siempre»

y se quedan tan anchos

tan estrechos de miras,

tan vacíos de espíritu,

tan llenos de comodidad.»

La gente dice

Gloria Fuertes

De entre todas las personas que se cruzaron en nuestro recorrido aquel día, me emocionó especialmente una señora mayor, vecina del barrio, que nos animó al enterarse de lo que hacíamos: «Eso está muy bien, porque las mujeres nunca hemos pintado nada en la vida». Pero ese día sí pintamos —como siempre, en realidad, lo han hecho todas esas mujeres— y demandamos ser representadas en los espacios públicos, simplemente porque nosotras también sabemos escribir, y muy bien.
Únete y firma nuestra petición: https://www.change.org/p/ayuntamiento-de-madrid-escritoras-en-el-barrio-de-las-letras
 

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