Laurence Rossignol es la ministra francesa de las familias, de la Infancia y de los Derechos de las Mujeres. Su comentario en Twitter sobre la posibilidad de que Roman Polanski presidiese los CESAR ha sido demoledor, junto a la presión de los grupos feministas.
La culture sans la culture du viol, c’est mieux. #cesar2017
— laurence rossignol (@laurossignol) 24 de enero de 2017
«La cultura sin la cultura de la violación es mejor»,
Hace referencia a los cargos por violación de una menor americana, hace 40 años. Una violación que persigue la vida de Polanski.
Raphaelle Rémy-Leleu, portavoz de Dare feminismo, ha indicado que hubiesen preferido no verse obligas a protestar y que la organización de los César, no hubiese pedido a Polanski que presidiese el certamen.
La ministra no ha sido el único cargo público que se ha felicitado de que el director de cine haya renunciado tras la polémica. La elección de Polanski también fue condenada por Ernestine Ronai, co-presidenta del Consejo Superior de la comisión de la violencia para la igualdad entre mujeres y hombres (HCE), también ha manifestado su satisfacion y ha indicado que «es una decisión sabia».
La campaña para boicotear la ceremonia lanzó el lunes en redes sociales, en una acción para evitar que presidiese dicho acto. La petición había recogido más de 61.000 firmas el martes.
La justicia estadounidense presentó en 1977 cargos contra el director de «La semilla del diablo» por violar a la chica de 13 años. Estuvo en libertad bajo fianza después de 42 días de prisión. El cineasta, que tenía entonces 43 años, se declaró culpable de «relaciones sexuales ilegales» con una menor de edad, pero negó la violación. Huyó de los Estados Unidos antes del veredicto.
Polanski es considerado como un «fugitivo» por parte de Estados Unidos, tiene la espada de Damocles de la extradición cuando viaja fuera de Francia.