El Departamento de Educación de Filipinas ha rechazado una propuesta para distribuir preservativos en las escuelas secundarias públicas, según informa Carlos H. Conde para Human Rights Watch. La propuesta, hecha por el Departamento de Salud, era una respuesta atrasada al agravamiento de la epidemia del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), y su rechazo afectará los esfuerzos para reducir las nuevas infecciones por el VIH.

La Secretaria de Educación Leonor Briones trató de justificar el rechazo, asegurando que los menores de 18 años necesitan el consentimiento de los padres para recibir preservativos y otros productos anticonceptivos. Esto contradice el anuncio que Briones hizo en diciembre de que la distribución de preservativos se llevaría a cabo en 2017.
El cambio de opinión de Briones es consistente con la respuesta inadecuada del Departamento de Educación a la crisis del VIH, a pesar de los esfuerzos de algunos profesores para abordar la peligrosa ausencia de educación de prevención del VIH en las escuelas. Los secretarios de Educación anteriores ignoraron, en gran medida, el problema, a pesar de que datos oficiales indican que Filipinas tiene una de las epidemias de VIH de más rápido crecimiento en la región de Asia-Pacífico. Los datos también revelan que los adolescentes filipinos tienen algunas de las tasas de nuevas infecciones de más rápido crecimiento.
El descarrilamiento del plan de distribución de preservativos también refleja los esfuerzos de los legisladores conservadores, encabezados por el senador Vicente Sotto III. Sotto ha argumentado que la distribución de preservativos en las escuelas secundarias sólo alienta a los estudiantes a “entregarse al sexo”, a pesar de pruebas convincentes de lo contrario. La Iglesia Católica también ha atacado implacablemente la propuesta de poner preservativos a disposición de los estudiantes en las escuelas secundarias.