Las mujeres tendrían que trabajar 109 días más al año para ganar el mismo salario que un hombre

Redacción Tribuna
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El salario anual de las mujeres debería incrementarse un 30% para equipararse al de los hombres, según señala CCOO en el informe “Brecha Salarial: El peaje de la discriminación” elaborado por la Secretaría confederal de Mujer e Igualdad del sindicato. Además, las mujeres tendrían que trabajar 109 días más al año para ganar el mismo salario que un hombre, por realizar el mismo trabajo o trabajos de igual valor (lo que equivale a una brecha salarial del 30%), según el informe, en el que se analiza la desigual situación de la mujer en el mercado de trabajo y se destacan los factores que inciden en la brecha salarial de género.

Las mujeres tienen una doble brecha en el mercado

Como subraya Ana Herranz, responsable de la Secretaría de Mujer e Igualdad de CCOO “las mujeres tienen una doble brecha en el mercado de trabajo: por una parte, cobran un salario por hora inferior al de los hombres y, por otra, siguen trabajando mayoritariamente a tiempo parcial, lo que conlleva menor salario y cotización, y una mayor desprotección social en las situaciones de desempleo y pensiones por jubilación”.

Según el estudio de CCOO, La población asalariada en España en 2014 ascendía a 14.285.800 personas, de ellas el 48% eran mujeres. La ganancia media anual de las mujeres era de 19.744 euros y la de los hombres 25.727 euros, unos 5.983 euros más que las mujeres. Esta diferencia supone que el salario masculino equivale al 130% del salario femenino, lo que refleja que el salario medio de las mujeres tendría que incrementarse un 30% para equipararse al de los hombres.

El salario masculino equivale al 130% del salario femenino

Para el sindicato, el menor salario de las mujeres se explica mediante diversos factores (tipo de jornada, tipo de contrato, edad, ocupación, nivel de estudios…) que condicionan su acceso laboral en igualdad con los hombres y el logro de un salario similar.

Así, aún cuando las mujeres son quienes tienen mayoritariamente jornada parcial (27% de las que tienen empleo), los hombres con este tipo de jornada (8%) ganan, de media, 338 euros más al año que las mujeres; una diferencia que en la jornada a tiempo completo asciende a 3.276 euros.

CCOO subraya que el trabajo a tiempo parcial implica, asimismo, menor salario no solo por el número de horas trabajadas, sino también porque se cobra menos por hora. En el caso de las mujeres, las que trabajan a jornada parcial cobran un 26% menos por hora que las que lo hacen a tiempo completo.

Además, las mujeres se concentran en sectores y ocupaciones en las que las remuneraciones son más bajas y las oportunidades de formación y de “carrera profesional” son limitadas.

Las mujeres se concentran en sectores y ocupaciones en las que las remuneraciones son más bajas y las oportunidades de formación y de “carrera profesional” son limitadas

La brecha salarial entre sexos se produce en todas las ocupaciones, indistintamente de su mayor o menor grado de cualificación. No obstante, la brecha salarial entre ambos sexos es menor en el grupo de ocupaciones “alta” (directivos, técnicos y profesionales y técnicos de apoyo) que en el grupo “media” (administrativos, servicios, trabajadores cualificados agricultura, construcción e industria) y baja (trabajadores no cualificados).

Analizando el nivel de estudios y edad de la persona trabajadora se constata que el mayor nivel de formación de las trabajadoras no se traduce en un mayor salario medio y que el salario aumenta con la edad, ligado a la antigüedad, promoción, experiencia…, pero más entre los hombres. A las condiciones laborales de las mujeres también hay que sumar la asunción, casi en exclusiva, de las tareas de cuidados, situación que influye y condiciona su desarrollo profesional.

Maternidad y empleo

Un factor a tener en cuenta al hablar de la presencia de las mujeres en el mercado laboral es la maternidad. Si la tasa de empleo masculina es superior a la femenina, cuando se introduce el hecho de tener hijas o hijos esta situación se agudiza. La tasa de empleo masculina aumenta con el hecho de tener hijas o hijos, en cambio esta situación es inversa en las mujeres.

También el hecho de tener hijos e hijas afecta a la presencia en el mercado laboral de las mujeres; así, aquellas que no tienen hijos poseen una tasa de empleo 7 puntos superior frente a las que sí tienen hijos.

Cuidado y dependencia

El 35% de las mujeres inactivas por cuidar a personas dependientes tenía entre 35 a 44 años y el 26% de 25 a 34 años. El 42% de las mujeres de 35 a 44 años inactivas por cuidar a personas dependientes afirma como motivo de la inactividad no poder costear los servicios adecuados para el cuidado de menores, y un 13% de mujeres inactivas de este grupo de edad declara no poder costear los servicios adecuados para el cuidado de adultos.

La parcialidad involuntaria: una relevante característica del empleo de las mujeres

El informe señala el elevado porcentaje de mujeres con empleo a tiempo parcial. En 2014, el 22% estaba ocupada a tiempo parcial, frente al 4,5% de ellos. La razón principal de la parcialidad de las mujeres –al igual que en el caso de los hombres– es la imposibilidad de encontrar un trabajo de tiempo completo.

Un amplio porcentaje declara no querer jornada completa o alega “otras razones”. En todo caso, la parcialidad es uno de los elementos que mayor peso tenía en el cálculo del periodo mínimo para generar derecho a prestación y para determinar la cuantía. Con las reformas aprobadas en 2014 y 2015 se establece un Coeficiente de parcialidad que facilita el acceso a las pensiones y compensa la menor cuantía de las mismas.

A pesar de que las mujeres son quienes tienen principalmente jornada parcial, los hombres ganan, de media al año, 338€ más que las mujeres, mientras que en la jornada a tiempo completo la diferencia asciende a 3.276€. Esto indica que el salario de las mujeres con jornada a tiempo completo tendría que incrementarse en un 13% y en jornada a tiempo parcial en un 3% para equiparase al salario medio de los hombres.

A más educación ¿más salario?

A pesar de que las mujeres son mayoría en formación en estudios superiores, el mayor nivel de formación de las mujeres trabajadoras no se traduce en un mayor salario medio. Con independencia del nivel de formación, la diferencia salarial persiste y aumenta. Los hombres con titulación universitaria ganan, de media, 9.495€ más que las mujeres universitarias, aún cuando el 47% de las mujeres entre 25 y 44 años está en posesión de titulación universitaria, frente al 37% de los hombres.

Por rama de conocimiento, el 65% de las mujeres tituladas universitarias en el curso 2009-2010 se decantaron por ciencias sociales y jurídicas, el 11% lo hicieron por ingeniería y arquitectura. En función del tipo de jornada y nivel de estudios, el salario de las mujeres con segunda etapa de educación secundaria y jornada completa tiene que aumentar el 28% para equipararse al de los hombres.

Propuestas para la acción

CCOO recuerda que en los últimos años, la brecha salarial entre hombres y mujeres se ha visto agravada como consecuencia de la crisis, las políticas de recortes y por los cambios legislativos introducidos por la regresiva reforma laboral del PP.

Para la incorporación igualitaria de las mujeres al mundo del trabajo se deben desarrollar políticas de igualdad de oportunidades que faciliten la conciliación de la vida laboral, familiar y personal

Para combatir esta situación de desigualdad y discriminación en las condiciones laborales y salariales, el sindicato insiste en la necesidad de adoptar medidas que fomenten el empleo de calidad entre las mujeres e impulsen la contratación indefinida a jornada completa desde el inicio; así como en incluir en la negociación colectiva cláusulas de acción positiva para la promoción de las mujeres en las empresas, y en hacer cumplir la obligatoriedad de negociar planes y medidas de igualdad en las empresas, entre otras acciones.

Asimismo, para la incorporación igualitaria de las mujeres al mundo del trabajo se deben desarrollar políticas de igualdad de oportunidades que faciliten la conciliación de la vida laboral, familiar y personal, y contribuyan a la permanencia de las mujeres en el mercado laboral, posibilitando su desarrollo profesional libre de toda discriminación.

 

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