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Una de cada tres niñas menores de 18 años es forzada a contraer matrimonio en países en vías de desarrollo. Las complicaciones sufridas durante el embarazo y el parto son la principal causa de muerte entre las adolescentes de estos países. El riesgo de sufrir abusos y el abandono escolar son otras de las consecuencias de los matrimonios infantiles. El Parlamento abordó la cuestión esta semana y examinó cómo hacerle frente.
Aunque el matrimonio infantil afecta a ambos sexos, las niñas que se casan en estas circunstancias representan el 82% de los casos. En concreto, una de cada tres niñas menores de 18 años es forzada a contraer matrimonio en países en vías de desarrollo y una de cada nueve antes de los 15.
En la actualidad hay 700 millones de niñas víctimas de este tipo de uniones y se calcula que en 2030 habrá 950 millones. Pese a este incremento, que se debe al aumento de la población mundial, la proporción de menores afectadas está disminuyendo.
El matrimonio infantil se da en todo el mundo, pero las tasas más elevadas se encuentran en el sur de Asia y en la región del África subsahariana. Las tasas más elevadas para menores de 18 años se registraron en Níger (77%), Bangladesh (74%) y Chad (69%).
En una resolución aprobada en la anterior sesión plenaria, los eurodiputados pidieron al gobierno de Bangladesh que termine con las lagunas legales de su legislación sobre matrimonio infantil. Según las leyes de este país, la edad mínima para contraer matrimonio es 18 años para mujeres y 21 años para hombres. Sin embargo se permiten excepciones para casos especiales, aunque no se especifican los criterios, y se acepta el matrimonio cuando hay consentimiento del niño.
Niños afectados por la pobreza y los conflictos
La pobreza, la desigualdad de género y el temor de los padres por la seguridad de sus hijos, especialmente en momentos y zonas de conflicto, son algunas de las causas del matrimonio infantil. En este sentido, la eurodiputada popular sueca, Anna Maria Corazza Bildt, puso como ejemplo a los padres desesperados en los campos de refugiados que ven el matrimonio como la mejor manera de proporcionar un futuro a sus hijos.
Según estimaciones de un estudio reciente de la ONU, las tasas de matrimonio infantil son cuatro veces más altas entre los refugiados sirios que entre los sirios antes del conflicto. Dicho estudio señala que el 24% de las niñas sirias refugiadas en el Líbano de entre 15 y 17 años ya estaban casadas.
¿Cómo combatir el matrimonio infantil?
Los expertos y los eurodiputados subrayaron la importancia de trabajar directamente con los niños y con sus comunidades para cambiar las normas sociales, garantizar el acceso a la salud, la educación y el servicio jurídico, así como para garantizar un marco jurídico fuerte.
«Los parlamentos de todo el mundo deben adoptar leyes que protejan a los niños y no nieguen a las niñas su dignidad y su capacidad para tomar decisiones fundamentales en sus propias vidas», expresó el socialista italiano Pier Antonio Panzeri, presidente de la subcomisión del PE de Derechos Humanos.
El profesor Benyam Dawit Mezmur, presidente de la comisión de los Derechos del Niño de la ONU, subrayó la importancia del papel que juegan las organizaciones regionales en este asunto. Fredrik Malmberg, defensor del Niño en Suecia, pidió a los Estados miembros de la UE que dejen de aplicar el doble rasero en sus políticas para los solicitantes de asilo. «Nuestra legislación y nuestras instituciones deben brindar igual protección a todos los niños», aseguró.
La eurodiputada Vilija Blinkevičiūtė (S&D, Lituania), presidenta de la comisión parlamentaria de Derechos de la Mujer e Igualdad de género, afirmó que los matrimonios infantiles pueden ser significativamente reducidos con más educación y más apoyo económico a las mujeres.
«La lucha contra el matrimonio infantil es el punto de partida para abordar otros muchos problemas», dijo Lakshmi Sundaram, directora ejecutiva de Girls not Brides (Niñas, no novias). Sundaram explicó que los esfuerzos por acabar con los matrimonios infantiles hacen que se deje de avanzar en otros objetivos como “poner fin a la violencia contra las mujeres, al abandono escolar o a combatir el sida».
Aunque el matrimonio infantil afecta a ambos sexos, las niñas que se casan en estas circunstancias representan el 82% de los casos. En concreto, una de cada tres niñas menores de 18 años es forzada a contraer matrimonio en países en vías de desarrollo y una de cada nueve antes de los 15.
En la actualidad hay 700 millones de niñas víctimas de este tipo de uniones y se calcula que en 2030 habrá 950 millones. Pese a este incremento, que se debe al aumento de la población mundial, la proporción de menores afectadas está disminuyendo.
El matrimonio infantil se da en todo el mundo, pero las tasas más elevadas se encuentran en el sur de Asia y en la región del África subsahariana. Las tasas más elevadas para menores de 18 años se registraron en Níger (77%), Bangladesh (74%) y Chad (69%).
En una resolución aprobada en la anterior sesión plenaria, los eurodiputados pidieron al gobierno de Bangladesh que termine con las lagunas legales de su legislación sobre matrimonio infantil. Según las leyes de este país, la edad mínima para contraer matrimonio es 18 años para mujeres y 21 años para hombres. Sin embargo se permiten excepciones para casos especiales, aunque no se especifican los criterios, y se acepta el matrimonio cuando hay consentimiento del niño.
Niños afectados por la pobreza y los conflictos
La pobreza, la desigualdad de género y el temor de los padres por la seguridad de sus hijos, especialmente en momentos y zonas de conflicto, son algunas de las causas del matrimonio infantil. En este sentido, la eurodiputada popular sueca, Anna Maria Corazza Bildt, puso como ejemplo a los padres desesperados en los campos de refugiados que ven el matrimonio como la mejor manera de proporcionar un futuro a sus hijos.
Según estimaciones de un estudio reciente de la ONU, las tasas de matrimonio infantil son cuatro veces más altas entre los refugiados sirios que entre los sirios antes del conflicto. Dicho estudio señala que el 24% de las niñas sirias refugiadas en el Líbano de entre 15 y 17 años ya estaban casadas.
¿Cómo combatir el matrimonio infantil?
Los expertos y los eurodiputados subrayaron la importancia de trabajar directamente con los niños y con sus comunidades para cambiar las normas sociales, garantizar el acceso a la salud, la educación y el servicio jurídico, así como para garantizar un marco jurídico fuerte.
«Los parlamentos de todo el mundo deben adoptar leyes que protejan a los niños y no nieguen a las niñas su dignidad y su capacidad para tomar decisiones fundamentales en sus propias vidas», expresó el socialista italiano Pier Antonio Panzeri, presidente de la subcomisión del PE de Derechos Humanos.
El profesor Benyam Dawit Mezmur, presidente de la comisión de los Derechos del Niño de la ONU, subrayó la importancia del papel que juegan las organizaciones regionales en este asunto. Fredrik Malmberg, defensor del Niño en Suecia, pidió a los Estados miembros de la UE que dejen de aplicar el doble rasero en sus políticas para los solicitantes de asilo. «Nuestra legislación y nuestras instituciones deben brindar igual protección a todos los niños», aseguró.
La eurodiputada Vilija Blinkevičiūtė (S&D, Lituania), presidenta de la comisión parlamentaria de Derechos de la Mujer e Igualdad de género, afirmó que los matrimonios infantiles pueden ser significativamente reducidos con más educación y más apoyo económico a las mujeres.
«La lucha contra el matrimonio infantil es el punto de partida para abordar otros muchos problemas», dijo Lakshmi Sundaram, directora ejecutiva de Girls not Brides (Niñas, no novias). Sundaram explicó que los esfuerzos por acabar con los matrimonios infantiles hacen que se deje de avanzar en otros objetivos como “poner fin a la violencia contra las mujeres, al abandono escolar o a combatir el sida».
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