El 67% del total de menores que trabajan en el servicio doméstico son mujeres. Las cifras aumentan en casos de emergencia en desastres naturales o conflictos bélicos en los que el contexto hace que las familias mantengan a las menores en casa o las fuercen al matrimonio temprano.
Cerca de 10 millones de niños, niñas y adolescentes en todo el mundo trabajan en el servicio doméstico en condiciones de esclavitud, “ocultos” en las viviendas de sus empleadores sin que sus actividades puedan ser controladas. El 67% de los trabajadores domésticos menores de edad son mujeres.
Desafortunadamente en muchos países, el trabajo doméstico infantil no sólo es aceptado a nivel social y cultural, sino que es percibido de manera positiva como un tipo de trabajo no estigmatizado y preferido ante otras formas de empleo, en particular para las niñas.
“Es un avance importante en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) la inclusión de una referencia explícita a la carga oculta del trabajo doméstico como barrera a la educación y al empleo decente, pero no es suficiente. No basta con visibilizar la situación de las llamadas niñas invisibles, es preciso que los gobiernos y las instituciones legislen e incluyan en sus agendas el objetivo de limitar el trabajo doméstico y garantizar el acceso a la educación de la niñas y jóvenes, especialmente en emergencias”, explica Concha López, directora general de la ONG Plan International.
La discriminación por edad y género en el servicio doméstico
Uno de los principales factores que perpetúan los roles y las responsabilidades de las niñas en el trabajo doméstico es la idea de que el trabajo en casa forma parte del “aprendizaje” para la edad adulta y el matrimonio. En muchas ocasiones, la falta de recursos económicos que hace que las familias envíen a las niñas a trabajar en hogares ajenos para que ayuden en la economía familiar. En otras ocasiones, los padres no pueden garantizar su manutención y las niñas acaban en casa de familiares o conocidos que las emplean a cambio de techo, comida y la promesa de escolarizarlas, una promesa que no siempre se cumple.
Las mujeres conforman el 60% de los 572 millones de trabajadores pobres en el mundo
El empleo de niñas en el servicio doméstico es una práctica habitual en América Latina y África, pero tiene una especial incidencia en el sudeste asiático en países como Filipinas, India, Pakistán o Bangladesh, sobre todo en las grandes ciudades. Las mujeres conforman el 60% de los 572 millones de trabajadores pobres en el mundo. Trabajan como asistentas domésticas durante jornadas interminables, aisladas de la sociedad y sin posibilidad de asistir a la escuela, corriendo el riesgo de sufrir abusos físicos, psíquicos y sexuales.
Poniendo coto al trabajo infantil
Uno de los principales objetivos de Plan International en los 70 países en los que está presente es prevenir el trabajo infantil, tratando de cambiar las situaciones que llevan a las familias a emplear a los menores de edad. Además, se trabaja para rescatar a los niños y niñas que se encuentran en esta situación, protegiéndoles de represalias familiares o sociales, rehabilitándoles y reintegrándoles a sus comunidades a través de medidas que garanticen su seguridad y el acceso a sus necesidades básicas, con el objetivo de no aumentar su vulnerabilidad ni la de sus familias.
Para ello, Plan International implementa proyectos de protección infantil, empoderamiento económico juvenil, equidad de género, educación y participación. Además, como organización con enfoque en derechos humanos, Plan International trabaja con los gobiernos y otros actores importantes a nivel nacional e internacional asesorando en el desarrollo e implementación de políticas que garanticen los derechos de los menores.