- RESOLUCIÓN POR LA IGUALDAD REAL ENTRE MUJERES Y HOMBRES EN LAS CCOO
El 11º Congreso Confederal de CCOO aprueba la Resolución sobre Igualdad (649 votos a favor, 1 en contra y 5 abstenciones), presentada por Ana Herranz.
Las mujeres seguimos ampliando nuestra presencia en las bases y avanzando en puestos intermedios, pero aún seguimos representando apenas el 14,5% de los cargos de máximo poder en los sindicatos europeos. Según la CES de los 55 cargos sindicales con máximo poder político en Europa, las mujeres ocupamos solo 8, y la situación ha empeorado en los últimos cinco años.
La mujer en CCOO sigue sin ocupar la parte que le corresponde en los cargos de mayor responsabilidad política, seguimos estando relegadas en muchos casos a un lugar subalterno y seguimos sin tener un papel de equivalencia en las relaciones de poder
CCOO tampoco es ajena a esta realidad. Las mujeres representamos el 42% de la afiliación de CCOO y el 39% del total de delegados y delegadas de nuestra organización. Sin embargo, estos porcentajes no se corresponden con el peso real que ostentamos en los ámbitos de toma de decisión (incluso en sectores altamente feminizados) y la igualdad efectiva sigue siendo aún una asignatura pendiente. La mujer en CCOO sigue sin ocupar la parte que le corresponde en los cargos de mayor responsabilidad política, seguimos estando relegadas en muchos casos a un lugar subalterno y seguimos sin tener un papel de equivalencia en las relaciones de poder.
Es necesario, por tanto, asumir compromisos concretos para paliar este déficit de representación femenina en puestos de decisión, así como en la negociación colectiva, para que el gobierno de nuestro sindicato se haga realmente en igualdad de oportunidades.
Para reducir esta brecha de manera efectiva y rápida, resulta necesario caminar en una doble vía: vigilando el cumplimiento de los mandatos estatutarios de los que nos hemos dotado (con los mecanismos internos que resulten precisos) y enfrentando el debate del modelo de dirección, gestión y reparto de los tiempos, heredados de una estructura históricamente masculinizada.
Cometeríamos un error si obviamos de nuestra apuesta por repensarnos el replanteamiento de los modelos de dirección y liderazgo, la manera de hacerlos más compatibles con las necesidades de conciliación de las personas —es una realidad la triple jornada de muchas de nuestras sindicalistas: casa, trabajo y labor sindical—, la necesaria mejora de la gestión para asumir nuevas realidades sociales, la planificación y eficacia del uso del tiempo para superar la exigencia, en muchas ocasiones, del presentismo y la total disponibilidad para los mandos sindicales y la modificación de patrones culturales heredados que eviten la rigidez de algunas estructuras.
En resumen, el firme objetivo de avanzar hacia una organización que respete plenamente las necesidades de las personas y se adapte a las mismas con flexibilidad para aprovechar todo el potencial que pueden aportar, tal y como le exigimos a las empresas.
Este planteamiento irá en beneficio de todas las personas como herramienta básica para lograr la igualdad efectiva, para realizar un proceso de construcción del poder plenamente democratizador desde abajo y desde la vida cotidiana, y para romper roles establecidos durante décadas de un sindicato masculinizado en sus centros de poder, con culturas y atavismos en el uso del tiempo, sindical y personal, que en nada o en muy poco han tenido en consideración, al menos con carácter general, la realidad social de las mujeres.
Para que CCOO sea una organización más feminista y empoderante, las mujeres y hombres de CCOO proponemos que se avance en algunas medidas concretas en todos los ámbitos de nuestra organización, para conseguir la igualdad en los resultados:
- Seguir avanzando en CCOO en el proceso de empoderamiento de las mujeres que, de forma creciente, conforman lo que somos.
- Una apuesta estratégica en este mandato de consolidación, para lo cual habrá que dar un impulso renovado a tejer redes, propiciando cuantos espacios de encuentro y participación sean necesarios, con especial atención a la cohesión y construcción de los equipos sectoriales y provinciales.
- Establecer mecanismos de vigilancia del cumplimiento de las obligaciones estatutarias en materia de género, para lo que será preciso dotar a las Secretarías de las Mujeres de recursos (horas sindicales) y capacidad ejecutiva suficiente, en coordinación con las Secretarías de Organización, de manera que sea requisito necesario la verificación del cumplimiento de los criterios de género en las candidaturas y delegaciones de los procesos internos, así como en las listas de candidatos y candidatas a las elecciones sindicales, con especial atención a procesos de renovación de vencimientos, dentro de su ámbito de competencia.
- Incorporar criterios de equilibrio de género en la composición de las Secretarías “troncales” (General, Organización, Acción Sindical) en el conjunto de las estructuras en las que se organiza la C.S. de CCOO y sus organizaciones confederadas.
- Promover en todo el ámbito de la organización el conocimiento de las obligaciones estatutarias en materia de género, fundamentalmente entre estructuras sectoriales y secciones sindicales, lo que permitirá planificar la elaboración de listas y candidaturas, especialmente en procesos de renovación, con tiempo suficiente para alcanzar de forma efectiva el objetivo.
- Priorizar la formación sindical en materia de Igualdad, dotándose de recursos suficientes para la impartición de la misma a toda la organización, delegados y delegadas de base y estructuras, en el menor plazo posible.
- Igualmente resulta necesario incorporar acciones de empoderamiento de mujeres en nuestros planes de trabajo.
- Elaborar estudios estadísticos periódicos sobre el número de mujeres que ocupan cargos sindicales en cada ámbito, con desglose por género de la naturaleza de los puestos de responsabilidad asignados, como forma de hacer visible el nivel de participación real de las mujeres en los puestos clave de toma de decisiones.
En resumen, entendemos necesario reflexionar más sobre los retos y desafíos que de cara al futuro debe afrontar CCOO en materia de igualdad interna para llegar a ser, de facto, un sindicato de mujeres y hombres, no solo en su base y en espacios crecientes de responsabilidad, sino también en su cúspide, y diseñado a la medida de sus mujeres y hombres. Es decir, para convertir en una realidad la igualdad de género y avanzar en una concepción más integral y globalizadora de todas las personas que lo componen.
La lucha por la igualdad forma parte de la lucha por la transformación del poder, y la transformación del poder es condición, a la vez que objetivo, de la lucha por la igualdad. Una transformación del poder que, además, resulta clave para que el sindicato tenga la capacidad real de repensarse, reinventarse y proyectarse ante una sociedad en la que 8,5 millones de mujeres ocupadas —y más de 2 millones de desempleadas— seguimos siendo protagonistas de una brecha multiforme: en tasa de actividad y paro, en tiempo de trabajo, en promoción, salarial…. Una transformación que permitirá que el sindicato sea más referente y representativo para esas 8,5 millones de trabajadoras en la medida en que sepa ser y visibilizarse como una organización, a todos los efectos y niveles, de mujeres y hombres.