- Lidia Falcón, en la tertulia de mujeres artistas en el Gijón
La histórica militante antifranquista Lidia Falcón, abogada y escritora, fundadora del Partido Feminista de España, ha sido la invitada a la cena y tertulia que cada mes celebra la asociación de mujeres artistas Blanco, Negro y Magenta para hablar de arte y feminismo. “Si no gobernamos, si no somos una opción política, no cambiaremos nada”, afirmó rotunda acerca del momento actual del feminismo en nuestro país, al que consideró muy activo en el terreno asociativo pero poco ambicioso a la hora de participar, directamente, en la vida política –el partido feminista que ella lidera está actualmente integrado en la coalición Izquierda Unida–.
“La sociedad civil se mueve, pero no gobierna. Si no tenemos esa ambición, dentro de cien años nuestras hijas seguirán contando los mismos dramas. Nos reunimos a hacer el duelo por las asesinadas, un año tras otro. No se puede consentir. También es hora de que salgamos del paritorio, de reclamar algo más que los derechos sexuales y reproductivos”.
“El feminismo debe ser fundamental para construir un nuevo país”, añadió en el animado debate con el grupo de artistas que preside Concha Mayordomo. Lidia Falcón ha sido protagonista estos días en los medios de comunicación, a partir de presentarse en España la primera querella criminal por delitos de torturas en un contexto de crímenes contra la humanidad, entre otros contra el conocido como Billy el Niño, el policía de la Brigada Político-Social franquista Antonio González Pacheco. Falcón, detenida hasta siete veces bajo la dictadura, ha dado de nuevo testimonio de lo sufrido entre las vejaciones y brutales palizas de quienes lejos de haber pagado por ello han sido incluso condecorados en su carrera. Esta experiencia directa de la absoluta impunidad con la que en España se saldó el pacto por la transición democrática es, junto a sus convicciones feministas, republicanas y anticapitalistas, clave para entender la crítica radical de Lidia Falcón al sistema político español.
Ya en 2016, la periodista Ana María Pascual, que acompañó también a las artistas en su reunión, recogía el relato de la activista política cuando en otoño de 1974 fue detenida en Barcelona junto a su pareja e hijos y trasladada a Madrid, a los sótanos de la Dirección General de Seguridad, en la Puerta del Sol. Fue interrogada y torturada durante nueve días. Habló de golpes en los brazos, en el hígado, en la matriz –”Puta, así no parirás más”, le decían–. Su testimonio y el de otras detenidas han sido importantes para establecer el sesgo de género en los delitos contra las represaliadas por la dictadura y su caso está incluido en la denuncia de Women´s Link Worldwide sobre crímenes de género durante el franquismo.
El lugar elegido por este colectivo de artistas por la igualdad no es por casualidad la Taberna del Gijón, el local hermano del clásico café de las tertulias madrileñas. Para crear opinión hubo siempre hombres en el café o en la taberna, donde ver y ser vistos también, pues eso eran sus “redes sociales”. Los más ilustres pueblan los retratos del comedor: actores, escritores, periodistas, mientras apenas asoman tres o cuatro mujeres en ese lugar de honor. Precisamente en ese territorio tradicional de la opinión pública es donde estas contertulias han sido cordialmente acogidas y quién sabe si podrán añadir alguna nueva cara en su galería; tal vez, el rostro de una poeta que las observe desde la pared.