Policía Nacional libera a 14 víctimas explotadas sexualmente por un grupo de proxenetas

Redacción Tribuna
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  • Hay seis personas detenidas, miembros de una organización dirigida por un clan familiar de ciudadanos brasileños que explotaban a sus víctimas, entre ellas personas transgénero, en pisos de citas en San Sebastián
  • Las captaban en zonas deprimidas de Brasil y, aprovechándose de su situación de necesidad, les explotaban sexualmente
  • Una vez en nuestro país, les obligaban a prostituirse, en condiciones de verdadera esclavitud, hasta saldar la deuda contraída con ellos, que oscilaba entre los 5.000 y los 15.000 euros
  • Durante el registro realizado, los agentes han localizado a 14 víctimas hacinadas en una buhardilla y en pésimas condiciones de salubridad e higiene

Agentes de la Policía Nacional han detenido a seis miembros de una organización criminal de origen brasileño dedicada a la captación de víctimas en Brasil para su posterior explotación sexual en pisos de San Sebastián, entre sus víctimas se encuentran personas transgénero.

Captadas en zonas pobres y deprimidas de Brasil

La investigación comenzó a finales del año pasado con la denuncia interpuesta por una de las víctimas del clan en las dependencias policiales de Zaragoza. En su declaración, la persona denunciante aseguró haber sido explotada sexualmente por un clan familiar de origen brasileño que regentaba varios pisos de citas en San Sebastián, cuyo cabecilla era conocido como “Greta”.

El proceso de captación de víctimas tenía lugar en las zonas más pobres y deprimidas de Brasil, donde los captadores, aprovechándose de las condiciones de necesidad y vulnerabilidad en las que se encontraban, las ofrecían venir a España y tras aceptar la oferta, los miembros de la organización realizaban todos los trámites necesarios para que pudieran viajar y entrar en nuestro país sin problemas, acompañando a las víctimas en todo momento.

Para no levantar sospechas, no viajaban directamente hasta España sino que hacían escala en países intermedios, como Alemania, donde contaban con la presencia de otros miembros de la organización que disponían de pisos en los que alojaban a las víctimas una o dos noches, para continuar después el viaje.

Una vez en San Sebastián, las víctimas eran informadas de que habían adquirido una deuda con la organización, que podía oscilar entre los 5.000 y los 15.000 euros por los gastos derivados de su traslado desde Brasil, que deberían pagar prostituyéndolas.

El 50% de cada «servicio» más 100 euros mensuales por manutención y publicidad

La organización ofrecía a sus «clientes» toda clase de servicios sexuales, prestados principalmente por personas transgénero y mujeres, las 24 horas el día. La oferta de servicios y la amplia disponibilidad reportaba a los explotadores cuantiosos ingresos.

Por su parte, las víctimas debían estar disponibles todo el día. En cuanto a la deuda, eran obligadas a entregar a los tratantes el 50% de lo obtenido, además de otros 100 euros mensuales por los conceptos de manutención y publicidad.

Las víctimas no disponían de documentación, pues la organización tenía retenidos sus pasaportes para asegurarse así el pago completo de la deuda. Además, eran alojadas en pisos controlados permanentemente por los tratantes y en pésimas condiciones de salubridad e higiene, viéndose obligadas a dormir hacinadas en camastros.

También las obligaban a consumir sustancias estupefacientes, así como a facilitárselas a sus «clientes» mientras mantenían relaciones sexuales, lo que aumentaba la duración de los servicios y consecuentemente, los beneficios económicos obtenidos con ellos.

Un clan familiar al frente de la organización

La organización, cuyo principal responsable se hacía llamar «Greta», estaba integrada también por sus dos hermanos -residentes en Brasil y encargados de la captación y traslado de las víctimas- y su actual pareja, que era la responsable de vigilarlas cuando estaban ya en los prostíbulos. Junto a ellos estaban otros ciudadanos, también brasileños, que realizaban otras funciones, como alojar a las víctimas en los países en los que hacían escala para venir a España.

Para saldar la deuda contraída, las víctimas iban reuniendo cantidades de dinero que entregaban directamente a los responsables de la organización o bien enviaban a los miembros del grupo residentes en Brasil a través de compañías de envío de dinero. Las investigaciones indican que solo los miembros del clan instalados en España habrían enviado a Brasil al menos 35.000 euros durante el pasado año, cantidad a la que habría que sumar los envíos realizados directamente por cada una de las víctimas.

La operación policial se ha saldado con la detención de seis miembros de la organización en San Sebastián, donde además los agentes han registrado un piso de citas en el que se han intervenido cuatro smartphones, un ordenador portátil, dispositivos de almacenamiento de datos y valiosa documentación que está siendo analizada por policía (resguardos de envíos de dinero, agendas de control de deudas, documentos contables, etc.), casi 5.000 euros en efectivo, unos 20 gramos de cocaína y varias pastillas de éxtasis, así como material para la disposición en dosis de la mencionada sustancia estupefaciente.

Además, en el piso registrado, la Policía ha localizado a catorce víctimas que estaban siendo explotadas por la organización. Se encontraban hacinadas en la planta abuhardillada de la vivienda, durmiendo en camastros y en lamentables condiciones de salubridad e higiene.

Plan Policial contra la Trata: más de 3.400 detenidos

Esta operación se enmarca dentro del Plan de la Policía Nacional contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual, puesto en marcha en 2013. Desde entonces se han realizado 1.400 operaciones, con más de 3.400 detenidos y más de 1.900 víctimas. Asimismo, la Policía Nacional mantiene activada desde entonces la línea telefónica 900 10 50 90 y el correo trata@policia.es para facilitar la colaboración ciudadana y la denuncia, anónima y confidencial, de este tipo de delitos. Desde sus inicios se han recibido más de 6.800 comunicaciones, entre llamadas y correos, de las cuales más de 1.600 han derivado en investigaciones operativas.

La Policía Nacional tiene además 106 agentes formados como interlocutores sociales contra la trata de seres humanos y que son enlaces de colaboración con organizaciones y entidades con experiencia acreditada en la asistencia a las víctimas.

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