En octubre de 2016 Polonia tuvo que dar marcha atrás en su intención de prohibir casi en su totalidad el aborto. El Parlamento desestimado la iniciativa popular que imponía penas de cárcel a quienes lo practicasen después de miles de mujeres vestidas de negro protestasen en lo que se conicio como Lunes Negro.
Pero la derecha católica no desiste y el Parlamento insiste en endurecer las leyes contra el aborto a pesar de que Polonia tiene una de las legislaciones más duras de la Unión Europea. Es la segunda vez en dos años que el gobierno conservador intenta endurecer aún más legislación.
La llegada al poder en el 2015, del partido en el gobierno (PiS) supuso la limitación de la venta de la píldora del día después con receta médica y paralizo de la financiación pública para las fertilizaciones in vitro.
Hay cerca de 1.000 abortos legales al año en un país de 38 millones de habitantes. Pero, se calcula que entre 100.000 y 150.000 se hacen fuera del país.
La ley en vigor prohíbe todo aborto menos el que resulta de una violación o de un acto de incesto o si la vida de la madre está en peligro o si el feto está gravemente deforme.
Para las críticas, la ley discutida en el parlamento que apoya el presidente Andrzej Duda significaría una prohibición casi total del aborto. El proyecto de ley, propuesto por el grupo “Zatrzymaj aborcje” (Parar el aborto), limitaría el procedimiento solo a casos de violaciones, incesto o de riesgo para la madre.
La encuesta del periódico nacional Rzeczpospolita, indico que solo un 11% de los polacos están a favor de más restricciones sobre la ley del aborto contra un 46.5% que quieren ampliar los derechos de las mujeres en esta materia.
En estos meses la propuesta del gobierno ha convivido con otra iniciativa legislativa de la sociedad civil. La otra iniciativa llama a una ampliación del derecho bajo el lema «Salvamos a las Mujeres 2017” pero fue rechazada ya por el Parlamento.
Barbara Nowacka, política de izquierda y activista para los derechos de las mujeres, que presentó la propuesta al Parlamento. se mostró preocupada por la prohibición del aborto para fetos con deformidad: “lo peor es que van a obligar a las mujeres a dar a luz a seres humanos que a veces ya están destinados a morir con un gran dolor”.
Ya en 2016 mujeres polacas coincidieron en asegurar que la movilización social del lunes negro tumbó la iniciativa que abogaba por prohibir el aborto, pero se mostraron cautas porque el Gobierno ya anuncio entonces que presentaría un proyecto propio. Sus augurios se están cumpliendo.