¿Qué tiene mi niño feo, que no se lo veo? Sobre hijos maltratadores

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Ilustre Colegio de Procuradores de Madrid / Comisión de Igualdad Impulsamos medidas promotoras de la igualdad, tanto dentro de la propia institución colegial como hacia el exterior.
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En el pleno de la Asamblea de Madrid celebrado el 18 de enero de 2018 se debatió sobre los menores, las medidas normativas que hay que tomar para proteger sus derechos, y entre todos los temas que gozaban de consenso entre las fuerzas políticas, salía por supuesto el tema de la educación, tanto por la necesidad de instruir a los menores de sus derechos como de sus deberes y en concreto se percibe el temor del cada vez mayor maltrato que infringe el menor, con el acoso, a sus iguales y a sus padres, el maltrato filio parental, su repercusión en la familia, y su escalada.

Dicen las estadísticas que cada vez hay más violencia filio parental, ejercida por hijo/as menores de edad e hijo/as mayores de edad, y que esta violencia es relativamente nueva.
Las cifras, son sobrecogedoras, desde 2007, más de 17.000 menores de más de 14 años han sido procesados en España por agredir —física o psíquicamente— a sus progenitores; cifras negras, enormes y todos sabemos, además que son mayores, porque esas situaciones no se denuncian siempre, por vergüenza, por considerarse culpables los propios agredidos o por temor a las consecuencias, porque al fin y al cabo el agresor es el hijo/a.
¿Y el perfil del agresor? Pues en los últimos años se ha ampliado, ya no es el agresor sólo el hijo o hija de una familia desestructurada o en exclusión social, ahora dicen los expertos que no hay un perfil concreto; narcisistas, egoístas, insensibles, obstinados, fruto de una pésima educación, o por ser los padres mayores, o excesivamente ocupados en el trabajo; o quizás niños o niñas que han sufrido el maltrato en casa y tienden a repetir patrones. Y la edad en la que se convierten en agresores es cada vez mas temprana, arranca a los 6 o 7 años, y no se denuncia, -cuando se denuncia-, hasta los 16.

Si en tu casa, tu hijo te muerde, golpea, araña, escupe, lanza objetos, empuja, insulta o amenaza, sufres maltrato filio parental según Laurent y Derry (1999). Si sufres agresiones físicas repetidas, para Wilson (1996), sufres maltrato filio parental. Si te intimidan, te engañan, te chantajean emocionalmente, te roban, rompen tus bienes… sufres maltrato filio parental.

El verdadero problema es que los estudios inciden en señalar que puede estar en la negligencia parental la base de este tipo de violencia. Por ello cuando tú eres el culpable de tu mal, lo difícil es reconocerlo y denunciarlo.
Así que me pregunto ¿es un tema de salud mental? Los profesionales indican que si bien a veces estas conductas violentas se deben a trastornos psiquiátricos, en la mayoría de casos los menores que agreden a sus padres no sufren ninguna enfermedad mental, aunque a veces si son consumidores de alcohol o drogas y estas adicciones pueden combatirse con una adecuada asistencia médica o psicológica.
¿Lo llevamos a los Tribunales? Los menores no están exentos de responsabilidad penal, con la Ley 5/2000 se les exige responsabilidad a partir de los 14 años. Si se interpone la denuncia se inicia una intervención sancionadora-educativa; el Fiscal es parte, y las medidas a adoptar van desde el internamiento hasta la libertad vigilada, así que el de la vía penal es el último paso que suelen dar las familias y lo hacen ya cuando no pueden más, cuando su familia, sus bienes o su propia vida corren peligro. Llevarlo a los tribunales es una solución, con efectos secundarios, que quizás son menores que los principales de la propia violencia.

Lo cierto es que es más difícil restablecer a un maltratador que a un maltratado, por eso es imprescindible evitar que surja el maltrato, con educación, y si surge, hay que invitar y alentar a denunciar lo antes posible, porque hay que abordarlo e intervenirlo con pautas psicológicas y educativas, la justicia está preparada, tienen respuesta urgente a estas situaciones, porque el riesgo, una vez que se denuncia, es habitual que crezca ya que se intensifica el maltrato.
¿Lo arreglamos con educación? Partimos de que la familia es el primer agente socializador del menor, y si esta no acepta ese rol activo, si prescinde de una educación en valores, si reconoce al hijo/a el derecho a todo, al consumismo, a la permisividad; se convierte en responsable de este maltrato. Así que partir de que la solución pueda ser la educación, pues se tratará de educar a todos. Educar primero a los educadores, y empezar pronto, porque dicen que si dejamos que la violencia suba es muy difícil volver atrás.
¿y si son hijos de mujeres maltratadas? Dicen los profesionales que la mayoría de los hijos maltratadores han padecido maltrato, o han sido testigos de él; es la teoría intergeneracional de la violencia de género que explica que se produce una bidireccionalidad basada en modelos aprendidos de violencia en la infancia, empoderemos a la mujer maltratada, para no incidir en errores, que no se sientan “malas madres”, y encontremos la forma de capacitarlas.
Es un tema que merece abrir canales de reflexión, ante un ambicioso plan normativo, aportemos ideas de políticas sociales que nos deriven a una sociedad mejor.

 

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