
Miles de mujeres salieron a la calle para demandar la igualdad en el derecho de herencia, una ley pionera en el mundo árabe impulsada el pasado año desde la presidencia de Túnez pero que aún no se ha aprobado debido a la resistencia de los conservadores islamistas.
Convocada por la Coalición Nacional por la Igualdad en el Legado, que reúne varias asociaciones feministas, ongs y sindicatos, la marcha partió de la histórica «Bab Saadum», una de las puertas de la vieja muralla y desembocó en la plaza de El Bardo, frente a la sede del Parlamento.
«Es la culminación de un trabajo que comenzamos como asociación en los años noventa. Hoy salimos a la calle todos, conservadores, practicantes, creyentes, ateos, jóvenes o menos jóvenes. Estamos todos aquí», explicó a Efe Haja Yasar, abogada y miembro de la Asociación Tunecina de Mujeres Demócratas.
Bajo el lema «Igualdad, un derecho y no un privilegio» también desfiló hoy Mounia Amid, profesora de español en la universidad, para quien la movilización de hoy es un paso más de un movimiento de empoderamiento que comenzó con la revolución que en 2011 acabó con la dictadura de Zinedin el Abedin Ben Alí.
«Es simplemente ser coherente con lo que se ha puesto en la constitución, en ella pone que debe existir la igualdad entre hombres y mujeres», subrayó.
Amid subrayó que aunque cree que es aún un tema tabú, la sociedad comienza a distinguir entre religión y derechos «quizás para los países desarrollados es algo obvio pero aquí no».
Junto a ella también desfilaba este caluroso sábado de marzo Farida Attia, una mujer de 68 años, quien ponía de ejemplo a su propio padre.
«Era un hombre de mente muy abierta y pidió a mis hermanos que la herencia se repartiera por igual conmigo, sin necesidad de escribirlo, y de eso hace ya 30 años. Con una parte de mi herencia pude realizar mi peregrinación» a La Meca, señaló.
Y Eya Riahri, una adolescente que acompañada de su abuela, insistía en que se trata de «un falso debate. Estamos en el siglo XXI, es vergonzoso tener que venir aquí para reclamar este derecho básico mientras en otros países defienden derechos de quinta generación».
Su abuela, Ksroi, sexagenaria cubierta con un pañuelo rojo a juego con la bandera tunecina que sostiene en sus manos, se pregunta «si el hombre y la mujer comparten las tareas y la economía familia ¿por qué no tenemos derecho a la igualdad en la herencia como el hombre?».
Frente a la manifestación, tres mujeres más se oponían, sin embargo, a una ley que propuso el presidente del país, Beji Caid Essebsi, el pasado año con motivo del día de la mujer y que desató una enorme polémica nacional.
El nonagenario mandatario propuso crear una nueva ley contra la violencia machista, que fue aprobada el pasado mes de julio en el aeropuerto, y equiparar los derechos de herencia entre hombres y mujeres, una norma que colisiona con algunas interpretaciones de El Corán.
Mientras que la primera ha colocado a Túnez en la vanguardia de los derechos de la mujer en el mundo árabe, la segunda se topó con la resistencia del ala más conservadora del Parlamento, liderada por el movimiento islamista «Ennahda».
«Nos enteramos por los medios de comunicación de esta marcha y quisimos venir para mostrar que no todas las tunecinas piensan igual», explicó a Efe Hend, una de las tres mujeres que mostraban hoy una pancarta en contra.
«Los versículos del Córan son muy claros con respecto a este tema. no hay lugar al debate, si un padre quiere dejar la misma herencia a sus hijos tan sólo tiene que hacer un testamento», explicó.
«Si modificamos la herencia querrá decir que dejamos de lado la religión y perderemos nuestras raíces como ha ocurrido en Europa con el catolicismo», agregó indignada.
Algunos clérigos, que han tachado de apóstata al jefe del Estado, insisten en que en que la ley islámica se basa en el reparto de los bienes en función de las necesidades, por lo que la mujer solo tiene derecho a la mitad de lo que recibe un hombre.