Nos dice Sylvia Marcos que “Raramente se pone una a reflexionar en la deuda histórica que tenemos con esta feminista tan fuerte como sencilla, reflexiva, discreta y brillante que enunciaba verdades con una contundencia que hacía ver lo obvio de sus propuesta”
En este sentido si todos los días son buenos para leer y hablar sobre Franca Ongaro, hoy es especial pues coincide con el día de su partida en enero de 2005. Quiero desde aquí celebrar su vida y agradecer la semilla que dejo, que crece y crece.
Franca nació en Venecia, 15 septiembre 1928, su feminismo viene de una escucha atenta a si misma y a las mujeres de su momento en cuya situación muchas están ahora en el mundo y muchas hemos estado.
Ella escribe:
Hablar hoy de la esclavitud o de la subordinación histórica de la mujer parece obvio. Nadie —ni siquiera los antifeministas más encendidos— osa sostener que esta esclavitud y esta subordinación no hayan existido: sólo le dan otro nombre, la llaman dulzura, femineidad, propensión natural a la dedicación y al sacrificio, debilidad, necesidad de protección y tutela, incapacidad natural para administrarse. Todas estas palabras sirven para conservar la distancia y la diversidad de quien cree proteger y tutelar, y para conservar la aceptación de la subordinación por parte de quien debe moverse en el mismo espacio definido por esta tutela.
Había oído comentarios elogiosos sobre ella pero apenas encontraba información en la que basarme. Le dedique una entrada en mi página web heroínas y, como mi italiano, es malo solo pude aportar el escrito que sobre ella hacia la feminista mexicana Silvia Ramos ya que la información de Wikipedia, también en italiano, entiendo le atribuye un papel casi secundario frente a su marido, insistiendo frente a los reconocimientos por ella obtenidos con el consenso popular en considerar que su profesión es la de psicóloga asistente.
Siguiendo mi búsqueda, intuyendo que encontraría un tesoro, halle el libro MUJER LOCURA Y SOCIEDAD editado por la universidad de Puebla (México) en 1983 y sentí tras leer su escritura fácil y directa que daba respuesta a todos mis vivires, que ella había sentido en propia carne lo que significa darse cuenta de que has sido criada por la sociedad para no ser, y que tú quieres ser y a la par quieres encajar con la sociedad y que la respuesta en una sonrisa que esconde un llanto como diría Gabriela Mistral. Que no se quiere contar contigo, que tu papel esta designado y pre-escrito como madre amantísima sin cuerpo del que disfrutar y esposa sumisa y complaciente.
Ella escribe:
De acuerdo con lo que nos ha enseñado la historia, el hombre ha actuado como si las leyes de la naturaleza le hubieran dicho que la mujer había nacido para él, para responder a sus necesidades, y que la felicidad para ella consistía en este darse, sin una posibilidad de reciprocidad. Era natural y obvio que así fuera, desde el momento en que el hombre y la cultura que el hombre ha producido han establecido a priori que por naturaleza la mujer renuncia a sí misma, a aquel «yo quiero», «yo soy», prerrogativas del hombre. Mientras, el hombre, cuando se entrega a la mujer (cuando está enamorado de ella y en sus manos), conserva para sí abiertos los espacios sociales donde continúan existiendo su «yo quiero», «yo soy».
Siguiendo con sus aportes nos dice:
…que para luchar por la transformación del mundo la mujer está obligada a pasar a través de la transformación de sí misma y la del hombre
Esta mujer, que se discute a sí misma, al hombre y al mundo para llegar a entender quién es, no resulta para el macho una compañera ideal. No acepta su papel, ha decidido existir y no renunciar a sí misma, y ha aprendido a decir no. Palabra excluida de su vocabulario que ahora abre las puertas a su individualidad y a su presencia real
…Cuando el hombre insiste pretendiendo, en la relación con ella, la subordinación a sus propias exigencias como hecho natural para él porque está acostumbrado a ello, el no es ya el primer paso de un sí hacia sí misma.
… Rechazar el sacrificio sobre el cual siempre se ha fundado la relación significa romper una lógica antigua, para la cual la bondad y la felicidad de la mujer consistían en su no existir salvo en aquella dedicación constante a quien la necesitaba
Franca Ongaro tiene múltiples y variados escritos sola o con su marido sobre filosofía, sociología, sobre las instituciones médicas, sobre la condición de la mujer y sobre bioética. Nos dice Sylvia Marcos que ha sido fuente de maestras como Marcela Lagarde y cita a Dora Kanoussi, afirmando que “solamente ahora es clara la relación entre lucha de clases y lucha feminista aludiendo al enorme impacto que los análisis de Franca tuvieron sobre los grupos de mujeres activistas, feministas de izquierda, y/o comunistas en aquellos años.
Para mí es un honor servir de trasmisora de sus saberes, que deben considerarse de un momento histórico concreto al que en muchos sentidos se adelantó.
Murió el día 13 de enero. “Franca fue sepultada el 15 de enero de 2005, luego de que amigos, colaboradores de muchos años y autoridades políticas e intelectuales se reunieron en una emotiva ceremonia y acompañaron el cortejo fúnebre que se deslizó por el Gran Canal en una góndola que llevaba el féretro cubierto de rosas rojas” nos dice Silvia Marcos
Recomendamos encarecidamente su libro
http://www.fondazionefrancobasaglia.it/biografia-franca-ongaro.html
Libros de Basaglia, Laing y Cooper
Biblioteca
Franco Basaglia
Es verdad, en mi país también, aunque la «ley Basaglia» es una conquista de la que seguimos orgullosos y de que se habla (o se hablaba) también en las escuelas (cuando asistía al instituto nos llevaron a ver una película sobre la enfermedad mental y los cambios en la forma de considerarla), el rol de Franca Ongaro es muy subestimado. Gracias por hablar de ella.