Yo No Quiero Igualdad, Quiero Feminismo

María Luisa Latorre
María Luisa Latorrehttps://noaledadismo.com/
Feminista, profesora de inglés y antes profesional del marketing. Vive actualmente en Cádiz tras más de veinte años en Estados Unidos, cuatro en Reino Unido y tres en Japón.
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Si le preguntas a cualquier persona en la calle que es el feminismo, es muy posible que te diga que es la igualdad entre los hombres y las mujeres. La igualdad de derechos, las mismas oportunidades que los hombres, algo así.

Cada vez que alguien dice esto, Andrea Dworkin se revuelve en su tumba.

Yo no quiero la igualdad como el objetivo principal del feminismo, como la característica principal que lo define. Ya es hora de que, de una vez por todas nos demos cuenta de que la igualdad no es la meta a seguir, sino la lucha por librarnos del sistema patriarcal. Mientras haya patriarcado, no puede haber igualdad.

Cuando el patriarcado, (jerarquía que favorece a los hombres y oprime a las mujeres) no exista, es de esperar que la igualdad será precisamente una de las consecuencias. Pero la igualdad como finalidad en sí es una meta conservadora, difícil de definir y más aún, imposible de conseguir. De hecho, llevamos años de feminismo, y la igualdad total entre los sexos aún no se ha conseguido.

Pocas cosas me hacen rechinar más los dientes que escuchar a alguna mujer y a la mayoría de los hombres decir algo como “Yo no soy feminista, yo creo en la igualdad”. Esto se debe a que, en realidad, la igualdad no es suficientemente radical, no es un reto al patriarcado. Por eso, como digo abajo, es una meta demasiado modesta.

Afirmo que es un objetivo conservador porque no ataca a la raíz del problema, que es el sistema patriarcal, el cual de vez en cuando, cuando se siente magnánimo nos da algunas migajas, que luego nos puede quitar cuando le dé la gana. Ahora te pongo un Ministerio de Igualdad, ahora te lo quito — pero quienes mandan son los mismos de siempre. Ciertamente a nosotras nos gusta ver más representacion de mujeres en las areas de poder, pero no se puede confundir ese amago de paridad con la igualdad real. Que haya mayor número de empresarias o de políticas, mientras la estructura patriarcal siga intacta, a las mujeres como colectivo no nos ayuda. ¿De qué nos sirve que el patriarcado promocione mujeres, si solo apoya a aquellas que les sigue el juego? ¿De qué nos sirven mujeres patriarcales como Cifuentes, Saenz de Santamaria, o la mismísima Thatcher? Estas mujeres que se adaptan al patriarcado no son feministas, solo se aprovechan de los beneficios que el feminismo les proporciona. Es feminista quien hace feminismo, no quien se alía con el patriarcado.

El feminismo es un movimiento revolucionario. No nos contentemos simplemente con esa “igualdad falsa” que es ver a más mujeres en roles de poder, sobre todo si no son feministas.

En cuanto a la definicion de la igualdad, para que las mujeres seamos iguales, o los hombres pierden derechos, o las mujeres subimos a su nivel. Examinemos estas dos posibilidades.

Mientras vivamos en el sistema patriarcal, que las mujeres obtengamos algunos derechos, los hombres lo interpretan (y tienen razón) con que ellos van a tener que ceder privilegios, y claro, no quieren. Es una “igualdad del mínimo denominador” que a las mujeres no nos sirve de nada. Hace unos dias leí que el ya fallecido actor Paul Newman renunció en 1998 a parte de su sueldo para equipararlo con el de la actriz Susan Sarandon, con quien compartía película. Gran gesto que le honra, y ciertamente hay algunos hombres que se comportan de la misma manera en ocasiones puntuales. Pero los hombres como colectivo no van a renunciar a sus privilegios en masa, y esa igualdad en los sueldos y otros derechos no llegará nunca mientras continuemos en el contexto patriarcal. O sea, por ahí no.

La otra posibilidad es que las mujeres subamos a su nivel. Pero esto es imposible, ya que las estructuras estan diseñadas por y para promocionar a los hombres, y ellos no quieren competencia. Se ha hablado largo y tendido de la ausencia o poca participación de mujeres en puestos claves en muchas empresas. Y eso se debe en gran parte a que se eligen hombres mayoritariamente. El capitalismo es misógino, igual que las instituciones. Las pocas mujeres que lo consiguen tienen que lidiar en unos ambientes laborales tóxicos, machistas y que fomentan la competitividad más brutal. O sea, para poder ser “iguales que los hombres” han de apoyar y trabajar en un sistema que institucionalmente las rechaza. Una minoría se acostumbra a aguantar estos ambientes tan hostiles a las mujeres pero muchas se hartan y se rinden.

Yo personalmente apoyo las cuotas para conseguir mayor paridad entre los sexos en las empresas, pero es una solución a corto plazo. Mientras siga existiendo el sistema patriarcal, los hombres querrán excluir a las mujeres.

Y si hablamos de trabajos no de élite, donde sí hay algo de igualdad es en algunos empleos peligrosos como ser militar en primera línea de combate como los hombres; o sea, que la única “igualdad” que conseguimos son migajas que en realidad benefician al sistema patriarcal a la larga. Resumiendo, una especie de igualdad se puede dar en trabajos violentos que avanzan los intereses capitalistas y patriarcales (como las fuerzas militares), o con mujeres en cargos de poder que trabajan sosteniendo la estructura machista de siempre. Pero, ¿es esto lo que queremos?

Por otro lado, ahora que pienso, si los hombres pudieran ser prostituidos y ser víctimas de trata en el mismo número que mujeres y niñas como es actualmente, o que se les cortaran los genitales como a las chicas, en teoría eso seria la igualdad también, ¿verdad? Solo que las feministas en realidad no apoyamos que los hombres compartan nuestra opresión.

Hay que añadir que hay contextos en los que la lucha por la igualdad es completamente imposible porque son situaciones que solo les atañe a las mujeres, como por ejemplo el aborto o la violencia machista, los cuales no tienen un equivalente que se pueda comparar en el ámbito de los hombres. Personalmente opino que la igualdad, de conseguirse, no solucionaría nada de esto. Solo nos libraría la desaparición del patriarcado.

Por último, es importante recordar que vivimos en un mundo neoliberal, y el capitalismo les vende a las mujeres que la igualdad es poder económico, y que como una minoría de mujeres ha conseguido ese poder, afirman que la igualdad ya esta conseguida y el feminismo no hace falta, o peor, que el feminismo solo sirve los intereses de las mujeres acaudaladas a expensas de las menos privilegiadas. Muchos hombres se han apropriado de este razonamiento, y nos dicen que las mujeres ya somos iguales que los hombres, que hay mujeres presidentas en otros países, algunas profesionales que ganan más que los hombres, etc, que el feminismo ya no es necesario y en realidad es hembrismo. La argumentación de la igualdad es también prejudicial porque muchas mujeres lo interpretan como que van a tener que comportarse como hombres de una forma odiosa, (y es cierto, ya que aquellas mujeres que les siguen el juego al patriarcado son las que triunfan) y eso no les resulta muy apetecible.

Claramente, la dichosa igualdad no hace más que deformar la lucha feminista y confundir las cosas.

Por eso, repito, tenemos que luchar para que desaparezca este sistema de opresión que es el patriarcado, no aprender a funcionar dentro de él. La igualidad nunca se conseguirá de esta forma.

Imagen, sacada de Internet, The Patriot Post. El “meme” dice: “La segunda enmienda (el derecho a las armas), haciendo a las mujeres más iguales que el movimiento feminista entero”

El feminismo es una revolución para librarnos a las mujeres de este sistema patriarcal que nos oprime y nos explota. Ya que luchamos, no nos contentemos con una apariencia de igualdad, luchemos por la igualdad real que solo nos proporcionará la desaparición del patriarcado.

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Comentarios

  1. Ya era hora de que se recordara que el feminismo es un movimiento revolucionario. Gracias por tu análisis impecable. A proposito de las mujeres militares, yo tampoco lo veo como un avance, todo lo contrario, ya que el militarismo es la máxima expresión del machismo.

  2. Es Delito de Lesa Humanidad el enriquecimiento en la gestión gubernativa de los “representantes”, el fraude sobre el Estado, el abuso sobre la niñez, la trata, el proxenetismo, el travestismo y sus consecuencias, como toda violencia de género.
    “Las fuertes resistencias contra lo femenino no serían de índole intelectual, sino que proceden de fuentes afectivas; la irresoluble perversión no sublimada y ambigüedad sexual del varón que posee la decisión final en éste esquema, donde lo masculino sigue siendo la ley”. Osvaldo Buscaya
    a) {Yo no quiero la igualdad como el objetivo principal del feminismo, como la característica principal que lo define. Ya es hora de que, de una vez por todas nos demos cuenta de que la igualdad no es la meta a seguir, sino la lucha por librarnos del sistema patriarcal. Mientras haya patriarcado, no puede haber igualdad.}

    Pues mi punto de vista, es sólo eso, un punto de vista producto de mi apreciación, percepción y lectura de lo real que sería mi consideración de la realidad, donde para el otro sería la irrealidad. Siempre sería una elección. Mi elección es el psicoanálisis (Sigmund Freud). Dentro de mi elección consideramos que nuestra civilización sería el resultado de haber pasado del esquema de la horda primitiva, donde el macho más viejo poseía exclusiva y absolutamente su privilegio sobre las hembras. En esta hipótesis, en el fondo de los tiempos, el ingreso al actual esquema de la civilización, se produciría por la rebelión de los restantes machos más jóvenes que liquidan y comen al represor, para posteriormente surgir la culpa y el arrepentimiento. Esta rebelión, en definitiva, por la situación de las hembras, implica la posesión sobre un objeto. Se trató de una rebelión “masculina”, donde la finalidad era reemplazar a otro “varón”, lejos de “liberar” al otro sexo, todo lo contrario; lo femenino cambiaba de amo: se cambiaba para que nada cambie y así llegamos al Siglo XXI, en que el nacimiento del clan y el totemismo, en su “evolución” nos lleva al presente esquema de la transexual ecuménica perversa civilización patriarcal. La literatura sobre el tema nos eximiría de profundizar, esta cuestión, no obstante, podemos agregar que las fases del denominado complejo de Edipo marcan diferencias fundamentales entre el varón y la mujer, respectivamente, en su ingreso a la “civilización”. Predominó el varón en este desarrollo milenario, quizá, como prioritaria necesidad que permitió el desarrollo de los aspectos científicos y técnicos.

    b) {Ciertamente a nosotras nos gusta ver más representación de mujeres en las áreas de poder, pero no se puede confundir ese amago de paridad con la igualdad real. Que haya mayor número de empresarias o de políticas, mientras la estructura patriarcal siga intacta, a las mujeres como colectivo no nos ayuda. ¿De qué nos sirve que el patriarcado promocione mujeres, si solo apoya a aquellas que les sigue el juego?}

    Pues, la irresoluble perversión no sublimada y la ambigüedad sexual del varón que posee la decisión final en este esquema, donde el varón sigue siendo la ley, nos precipita a un desencajamiento que hace retroceder lo “bueno” y aumentar lo “malo” de la comunidad global que afectaría lo local de cada área mundial. Son las mujeres, precisamente desde mi punto de vista la alternativa única para revertir esta tendencia, dado que lo masculino represor no permitió desde el principio de la historia la participación de lo femenino. Hoy por razones que han desbordado la “capacidad” de lo masculino se produce la fisura en el muro implantado contra la mujer y posiblemente estemos en el momento histórico para que enfrenten al verdadero contrincante. Pero es mi lectura de la “cosa”, sin pretender convencer atento que es una elección en los múltiples caminos a seguir. La naturaleza no es amoral ni moral. Lo moral, lo ético es una imposición del encéfalo. La imposición se impone. Imponer es poder.

    c) {Hay que añadir que hay contextos en los que la lucha por la igualdad es completamente imposible porque son situaciones que solo les atañe a las mujeres, como por ejemplo el aborto o la violencia machista, los cuales no tienen un equivalente que se pueda comparar en el ámbito de los hombres. Personalmente opino que la igualdad, de conseguirse, no solucionaría nada de esto. Solo nos libraría la desaparición del patriarcado.}

    Pues, con el poder se derrota el sistema genocida, con más poder que el del sistema genocida. Siempre es una elección si se presenta la oportunidad, la conveniencia y la interpretación. Siempre sería prevalente la elección y la decisión. Es un hecho de poder; seguir así en esta línea o la mujer intenta otra vía, pero de intentarlo debe derrotar al varón. No tomar el poder le significa, a la mujer, proseguir en el enredo “leguleyo” del varón que abruma con “avances” y elocuencia sobre informes y programas de desarrollo humano. ¿Que serían en realidad estas “disposiciones”, producto del sistema masculino? Papeles “pintados”. No se pretende emitir un juicio de valor, sólo describir desde mi punto de vista. Lo real indicaría que es un juego de “poder” y el problema, en definitiva, es de la mujer.

    María Luisa Latorre, las amenazas que le valieron sus jugueteos con el miembro, bajo el influjo del “miedo a la castración”, pasa a ser el motor más importante del desarrollo ulterior del varón, en el poder de las personalidades de la clase política pues, es el proceso del adulto como mero regresivo infante, peligroso narcisista paranoico condicionando y manipulando a la población, en sus luchas por el poder y quienes se adjudican representar el psicoanálisis en el orden mundial y local, debieron evaluar, precisamente, el proceso del programa del poder global sobre la masa planetaria en el Siglo XXI.

    Un penoso conflicto que la mujer padecería sería; ¿Cómo admitir que el patriarcado es el padre, el hermano, el compañero, el dirigente, el ecuménico, etc., y que en esta regla no habría excepción?
    Señalo en mi Ciencia de lo femenino (Femeninologia) cuanto tenemos que aprender, sobre la estructura de la relación de la mujer con la verdad como causa, en la imposición del transexual ecuménico genocida perverso patriarcado incluso en las primeras decisiones de la simiesca horda primitiva.
    “Experimentamos así la impresión de que la civilización es algo impuesto a una mayoría contraria a ella por una minoría que supo apoderarse de los medios de poder y coerción.” (Freud)
    Vivir, es una burlesca simiesca parodia siniestra idiota.
    El mundo es idiota, me aburre en todos sus niveles; Sin excepción; ¡¡¡Siendo un error olvidarlo!!!
    El sentido y la verdad del feminismo, es la derrota del varón; perverso irresoluble y ambiguo sexual
    Un travesti no es una mujer
    Lo femenino es el único y absoluto camino
    Buenos Aires
    Argentina
    2 de noviembre de 2023
    Osvaldo V. Buscaya (1939)
    Psicoanalítico (Freud)
    *Femeninologia
    *Ciencia de lo femenino

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