Ratificada la condena de 19 años de cárcel impuesta a un padre por el asesinato de su hijo

Redacción Tribuna
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El jurado consideró probado que el acusado acuchilló a su hijo de 13 años, como “venganza” contra la madre a causa del divorcio
La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) ha ratificado la condena de 19 años de cárcel impuesta a un padre por el asesinato de su hijo, de 13 años, de una puñalada en el pecho en diciembre de 2011 en Donostia, hechos por los que fue juzgado por un tribunal de jurado en junio del año pasado.
De esta forma, el Tribunal ha desestimado el recurso interpuesto por la defensa contra la condena de la Audiencia de Gipuzkoa al entender que durante el procedimiento se habían quebrantado las garantías procesales de su representado por la inadmisión de diferentes pruebas. La defensa alegó, también, el quebrantamiento de la presunción de inocencia, además de dilaciones indebidas a lo largo del proceso.
Tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular, ejercida por la madre del niño, se opusieron a las pretensiones de la defensa en la vista de apelación, celebrada al 10 de abril, tras haberse pospuesto en enero por la renuncia de uno de los letrados de la defensa.
La Sala de lo Civil y penal del TSJPV desechó todos los argumentos expuestos por los abogados del padre, y subrayó que la sentencia está “especialmente bien fundada”, derivada de un veredicto de culpabilidad “igualmente bien fundado”.
Para el TSJPV, se relataron “de manera detallada los razonamientos que llevan al fallo, desarrollando de forma ordenada y pormenorizada los elementos de convicción”, por lo que “es suficiente para enervar la presunción de inocencia del acusado”.
El alto tribunal vasco descartó también la atenuante de dilaciones indebidas, pues afirmó que “el plazo en el que se desarrolló el proceso es razonable habida causa la complejidad del supuesto”.
El jurado consideró probado que el acusado mató a su hijo, como “venganza” contra la madre a causa del divorcio, clavándole un cuchillo en el corazón de forma “repentina” e “inesperada”, sin dar al niño la opción de defensa alguna. También dio por acreditado que, durante la agonía del mismo, permaneció junto a él sin solicitar auxilio.

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