No pueden comprar el deseo de una mujer

Redacción Tribuna
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Fundación Atenea considera la prostitución como un gravísimo atentado contra los derechos de las mujeres, un espacio de violencia de género y por tanto incompatible con la igualdad real. Plantea que su regulación valida y normaliza la violencia estructural contra las mujeres.
Regular la prostitución y considerarla como trabajo no dará derechos a las mujeres sino favorecerá a la industria, aumentará la demanda, el tráfico de mujeres y las víctimas de trata. Ninguna mujer elige libremente estar en situación de prostitución y la mayor parte de ellas –a las que acompañamos- son mujeres pobres, sin oportunidades y cada vez más jóvenes y de origen extranjero. En los contextos de prostitución las mujeres están expuestas a graves riesgos, siendo uno de ellos el consumo problemático de sustancias.
Prostitución y drogas comparten escenarios. Son dos industrias –cada vez más potentes y globales-con estrategias similares a las de grandes compañías. Industrias que incluso tienen estructuras de filantropía. Su incorporación al PIB como medida de la riqueza del país no deja de ser una fórmula de regulación. (*)
(*)El tráfico de drogas, el contrabando de tabaco, el juego ilegal y la prostitución se contabilizan e incorporan al PIB nacional desde septiembre de 2014 para adaptarse a las normas de los Sistemas Estadísticos Europeos (SERC 2010) .
Una gran mayoría de las mujeres en situación de prostitución tienen consumos de riesgo y/o problemáticos bien de manera antecedente –principalmente las mujeres españolas- o de forma consecuente –las mujeres de origen extranjero, que desarrollan una adicción ya en España- Las mujeres por tanto, recurren a la prostitución para costear su adicción al alcohol y a otras drogas y al contrario, consumen sustancias para evadirse y soportar su situación.
Las mujeres muchas veces son obligadas a consumir porque el “cliente” así se lo requiere o por presiones y amenazas de la industria, de los “empresarios”.
De esta manera los efectos del consumo en estos contextos aumentan las prácticas de riesgo y por tanto las posibilidades de contraer VIH y otras enfermedades de transmisión sexual, quedar embarazadas y ser maltratadas y/o agredidas sexualmente.
El debate durante estos años se ha centrado por un lado en la libre elección y en el consentimiento de las mujeres. El fenómeno existe porque los hombres demandan prostitución, sin embargo desaparecen del debate. Y la sociedad lo consiente.
Argumentos como que regular la prostitución –y considerarla un trabajo más- conferirá derechos a las mujeres mejorando sus condiciones y acabará con las mafias dedicadas al tráfico, no son ciertos. La legalización produce un aumento de la demanda de prostitución, hace crecer la industria y concentra el circuito de hombres consumidores y mujeres traficadas. Si no hay suficientes mujeres para cubrir la demanda se buscan en países en desarrollo aumentando la trata de mujeres. Aquí puede observarse la situación de desigualdad por razones de etnia, origen, clase y género y los motivos que están detrás de la prostitución, pero estos se invisibilizan. La ideología neoliberal y patriarcal apoya esta postura ya que las relaciones de dominación y sometimiento se desdibujan en las lógicas del mercado transformándose en simples transacciones comerciales.
Cómo no regular la prostitución si contribuye como industria a fortalecer la economía. ¿Tiene sentido prohibirla si con ello empeoramos los indicadores macroeconómicos que miden la riqueza de un país?
La regulación no reflexiona sobre cuestiones estructurales, si su autorización responde al tipo de sociedad que queremos construir. ¿Queremos una sociedad en la que los cuerpos de las mujeres estén a disposición de ser comprados como una mercancía más?
Acabar con la demanda de prostitución que es el objetivo abolicionista se consigue con una marcada decisión política y un cambio radical de percepción social. La educación afectivo-sexual es una herramienta imprescindible si lo que se quiere cambiar es el modelo de relación entre mujeres y hombres. No se consigue a corto plazo, pero no hay atajos. Por ello es muy importante el trabajo de acompañamiento que realizamos las ong.
El trabajo que desarrolla Fundación Atenea tiene su punto de partida en la reducción de riesgos y daños –un enfoque consensuado y avalado científicamente desde hace muchos años en las políticas de drogas en España-
Nos centramos en aumentar su bienestar, su seguridad, en cubrir sus necesidades y compensar sus desigualdades.
Por supuesto nunca se juzga ni se estigmatiza a las mujeres. Se les escucha y se atiende a sus demandas. Muchas son conscientes de la existencia de un debate social pero su batalla diaria es otra. Mientras se logra un cambio social, el trabajo de Fundación Atenea es el de acompañar a estas mujeres, minimizar los riesgos que corren – en la calle, en los pisos, en los clubs- e influir para que los gobiernos inviertan en políticas de inclusión que les atiendan de manera integral, compensando toda la desigualdad que sufren. Todo ello se consigue además con una importante apuesta presupuestaria, toda la que sea necesaria. Invertir en prevención considerando la prostitución como violencia de género es un planteamiento que también reivindicamos.
Evitar que a estas mujeres la vida les pase por encima –tal y como plantea la filósofa Ana de Miguel- y presionar para construir una nueva ética feminista y un nuevo contrato afectivo-sexual basado en la empatía –cuestiones afirmadas por la escritora y activista Beatriz Gimeno- son cuestiones que están por encima de cualquier debate.No puede haber más debate cuando se trata de salvar la vida de estas mujeres.
Les dejamos un enlace a las últimas jornadas realizadas por Fundación Atenea. Intervención con mujeres consumidoras de sustancias en contextos de prostitución.
En él podrán acceder a las últimas investigaciones de la organización y al estudio Prácticas de riesgo y presencia del consumo de drogas: análisis a través de los foros de prostitución.
En esta investigación se pone de manifiesto la relación de drogas y prostitución y los espacios que comparten –las llamadas fiestas blancas en las que hay barra libre de cocaína pero también de chicas-, la manera en la que los hombres perciben y se relacionan con las mujeres, la enorme violencia en el discurso y sobre todo la soledad, inseguridad y vulnerabilidad que sufren estas mujeres. http://mujerydrogas.fundacionatenea.org
Fundación Atenea investiga el fenómeno de la prostitución, para posteriormente difundir las conclusiones de sus estudios con el doble objetivo de sensibilizar a la sociedad e influir en las políticas públicas.
Todo este conocimiento permite a Fundación Atenea llevar a cabo proyectos de formación para profesionales de entidades sociales y de las Administraciones Públicas y desarrollar programas de intervención para acompañar en sus procesos de inclusión social a mujeres consumidoras de drogas en contextos de prostitución.

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Comentarios

  1. “Regular la prostitución y considerarla como trabajo no dará derechos a las mujeres sino favorecerá a la industria, aumentará la demanda, el tráfico de mujeres y las víctimas de trata” y para que lo femenino pueda modificar la genocida perversa civilización patriarcal, es necesario aquilatar la acumulación de la gran cantidad de “experiencia” en sus sistemas mnémicos y la diversa fijación de las relaciones provocadas en éste material mnémico, por distintas adaptaciones, en el transcurso de milenios por las sucesivas generaciones del varón; irresoluble perverso y ambiguo sexual.
    “Prostitución y drogas comparten escenarios. Son dos industrias –cada vez más potentes y globales-con estrategias similares a las de grandes compañías. Industrias que incluso tienen estructuras de filantropía. Su incorporación al PIB como medida de la riqueza del país no deja de ser una fórmula de regulación” es así que, al abarcar lo histórico, las costumbres, lo económico, la educación, la vida misma, la salud, la guerra, la religión, la muerte, etc., se “exhibe” la firmeza del genocida perverso patriarcado. La realidad del genocida perverso patriarcado, sería el sometimiento, el abuso, la violación y la muerte de la mujer; más de la mitad de la población mundial. Enfrentada en su soledad a esta verdad y realidad, la mujer padecería, soportaría y sufriría una persistente contradicción en su existencia ¿Cómo admitir que el genocida perverso patriarcado es el padre, el hermano, el compañero, el dirigente, el ecuménico, etc., y que en esta regla no habría excepción? ¿Sería abrir la caja de Pandora? (En Teogonía, el poeta la presenta como la primera de entre las mujeres, que en sí mismas traen el mal y según Graves, se estaría ante la precursora griega de la Eva bíblica, puesto que Pandora es quien, como aquélla, trae la desgracia a la humanidad)
    El sentido y la verdad del feminismo (la mujer) es la derrota del varón; perverso irresoluble y ambiguo sexual.
    El discurso de la acción femeninológica, de mi ciencia de lo femenino (Femeninologia), expone al varón frente a aquello que ha silenciado en el pasado; el fundamento agresivo que encubre con su hipócrita moral y ética patriarcal, que se demuestran insostenibles en el presente.
    Por Osvaldo Buscaya (Bya)
    (Psicoanalítico)
    Femeninologia (Ciencia de lo femenino)
    Lo femenino es el camino
    Buenos Aires
    Argentina

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