El libro entrelaza las historias de resistencia de personas que poco tienen en común; las neak tosu mate de Boeung Kak, denunciando y resistiendo a los abusos institucionales contra los Derechos Humanos en Camboya y los voyageurs, personas en proceso migratorio resistiendo a la violencia producida por el racismo institucionalizado durante el cruce de la frontera Sur de Europa.
A pesar de vivir realidades únicas en contextos muy diferentes todas estas personas tienen en común la determinación, movidas por el dolor infringido a su existencia, de arriesgar diariamente tanto su libertad cómo su integridad física para resistir contra instituciones gubernamentales opresoras negándoles el derecho a existir.
Estas personas son representadas en el imaginario occidental como la otredad parte del caos reinante más allá de las fronteras de occidente, de la cual estas mismas fronteras nos protegen. Sin embargo, desentrañando las causas al origen de la coyuntura y circunstancias de estas personas, rápidamente tomamos conciencia de cómo la realidad envolviéndolas se fundamenta, en gran medida, en decisiones políticas tomadas en el interior de las mismas fronteras excluyéndolas; resultando estas personas constreñidas a resistir contra esos regímenes autoritarios cuando en realidad es nuestro sistema económico y político (el occidental) quien mayor beneficio obtiene de su dolor.
El nexo de unión entre las historias de estas personas fue mi propia historia. Expulsada de Camboya a causa de mi participación -en el marco de la investigación doctoral- en las actividades de resistencia llevadas a cabo por las neak tosu mate aterricé, movida por la curiosidad despertada por mi falta de empatía con las personas asesinadas en la frontera sur, en el seno de un grupo de voyageurs en Tánger.
Una vez allí, ellos quieren que relate su historia de resistencia contra la violencia ejercida hacia ellos en la frontera sur; yo quiero escribir para contar las historias de personas ordinarias con el coraje necesario para resistir al designio injusto de un poder político y económico definido como democrático, sin embargo retroalimentándose en la explotación humana. La suma de nuestras necesidades da lugar a esta etnografía de la resistencia a la vez una etnografía para resistir.
Marga Bujosa Segado:
Defensora de los Derechos Humanos, reivindicándolos a pie de calle como parte integrante de colectivos en resistencia y a nivel teórico desde la investigación. Doctoranda en Estudios de las Mujeres Discursos y Prácticas de Género (Universidad deGranada UGR), Master II Langues, Littératures, Civilisations Etrangères et Régionales * ,especialidad Antropología (INALCO, Université Royale de Phnom Penh), Máster Interuniversitario en Gestión de la Cooperación Internacional y de las ONGDs (UGR y Universidad de Santiago de Compostela), Licenciada en Ciencias Políticas y Sociología (UGR).
Integrante del grupo de investigación Otras Miradas Feministas (UGR).
Tras una primera experiencia cómo cooperante internacional en Madagascar el trabajo me llevó a Camboya. Allí descubrí a las ONGD como un negocio donde las organizaciones cumplen el rol de mediadoras entre la riqueza y la explotación humana; específicamente exhibiendo y gestionando el sufrimiento de los más vulnerables a cambio de financiación. A pesar de todo, un nudo fuertemente tejido me ata trayéndome de vuelta una y mil veces al país; finalmente en 2009, creyendo ser capaz de nadar contra corriente, pusimos en marcha un proyecto educativo para la igualdad de género.
Mientras tanto escribo para resistir
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