Inauguradas las VI Jornadas Clara Campoamor de Fuenlabrada
Carmen Calvo: “La batalla contra el feminismo que era soterrada, ahora está clara”
«Frente al patriarcado, acción feminista»: este es el lema de las VI Jornadas Clara Campoamor de la Escuela de Pensamiento Feminista, en Fuenlabrada, inauguradas este jueves 11 de abril por la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo. “Nos hemos convertido en la política española en un ariete de participación y de influencia”, afirmó refiriéndose al movimiento feminista de todo el país, que proporciona cada año a la ciudad una de sus mejores imágenes. Habló de sus líneas políticas y de clarificar, “porque hay muchos nubarrones en el horizonte”.
Carmen Calvo hiló un discurso feminista mirando de frente a esos nubarrones contra las políticas de igualdad, que evidencian el “rearme constante que el patriarcado traza de manera permanente”. Y lo hizo repasando, en la misma argumentación, la acción de su gobierno en estos diez meses en políticas por los intereses de las mujeres. “No me parece mal el debate, si fija y clarifica posiciones”, afirmó, describiendo cómo “la batalla contra el feminismo que era soterrada, ahora está clara”.
“No hay un espacio más grande para un acto como este en la ciudad”, señalaba el alcalde, el socialista Javier Ayala, viendo el graderío del teatro Tomás y Valiente de Fuenlabrada. Un auditorio con 810 plazas lleno hasta arriba, lo que da idea de la pujanza del feminismo, y un éxito para el equipo de Igualdad del tercer municipio de la Comunidad de Madrid, con 194.000 habitantes, solo por detrás de la capital y Móstoles.
“El feminismo en realidad lo que busca es la libertad”, dijo también la vicepresidenta, repitiendo una idea que ha expresado ya en varias intervenciones públicas. Para Carmen Calvo, la igualdad es metodología, un camino. “Sin la garantía del ejercicio de nuestros derechos no podemos construir la libertad de cada una de nosotras”, explicó. Primero, luchando por la igualdad formal –“muy lejos de alcanzar en muchos lugares del mundo”–, para continuar con las condiciones materiales del ejercicio de esos derechos. “Nos hemos encontrado por fin con la reacción correspondiente”, dijo. “Hemos vivido un cierto espejismo en el que pareciera que nadie discutía, aunque fuera a regañadientes, el avance en la igualdad entre hombres y mujeres, el núcleo de lo que propone constantemente el movimiento feminista”. Para Carmen Calvo, en esta materia la derecha, en los últimos cuarenta años, ha ido siempre “a remolque”. La vicepresidenta recordó cómo han sido recurridas todas las leyes de igualdad, de la primera al último Real Decreto-Ley sobre brecha salarial –en el que se reconoce la cotización de las trabajadoras, o los trabajadores, no profesionales en la dependencia–.
Calvo defendió también la idea de una futura reforma constitucional que recoja como valor superior el principio de la igualdad entre hombres y mujeres. “El pensamiento conservador representa la estructura profunda del patriarcado”, reiteró al referirse al repliegue conservador de este momento, que explica como reacción a los avances en el plano material de la igualdad. Ahora, “el movimiento feminista es contestado”.
La derecha para Carmen Calvo vuelve, por tanto, a fijar posiciones, mientras las estadísticas de la desigualdad demuestran una realidad incontestable. “Vuelve a escurrir el bulto a la hora de hacer normas”, afirmó, antes de referirse a la mercantilización del cuerpo de las mujeres. “Los vientres de alquiler son la misma casilla de salida que la trata y la prostitución”. “Qué poco les han importado nuestros derechos humanos”, en un viaje entre dos extremos, de la idealización de la maternidad a su banalización absoluta. Así hemos llegado a un escenario extremo donde parir no importa, “porque te pueden alquilar para vender lo que has parido”.
La vicepresidenta se mostró también muy crítica con el intento de diluir el concepto de violencia de género. Para Carmen Calvo, garantizar la seguridad de las mujeres “mirada con rigor, no es otra cosa que la seguridad de las ciudadanas en la democracia”. Se refirió en este punto a otra de las labores en las que ha empeñado su gestión, como es la aplicación del Pacto de Estado contra la violencia de género. “Los fondos del pacto quedan a salvo”, explicó, a pesar del adelanto electoral. “La libertad pasa por la independencia económica”, dijo antes de explicar las claves de las medidas acerca del itinerario laboral y de la corresponsabilidad “como derecho a exigir en la negociación colectiva”. “La maternidad es una gran contribución colectiva pública y política”, afirmó, antes de recordar la equiparación de los permisos de maternidad y paternidad.
Al final, concluyó, se trata de saber si queremos una democracia real. “De si esto va de sálvese quién pueda, o de que nos tenemos que salvar todos y empezar a salvarlas a todas, porque el agua les llega más al cuello”.
Con las Jornadas de la Escuela Clara Campoamor, el debate feminista tiene sede estos días en una de las grandes ciudades del área metropolitana de Madrid. Es un momento crucial ante el ciclo electoral y el voto de las mujeres progresistas será un factor de peso en los comicios. Para la concejala de Igualdad, Raquel Carvajal, «la Escuela es un foro de discusión que se ha convertido en referente a nivel nacional». Y es patente que el momento político acentúa este hecho, con la presión de la ultraderecha por «cambiar el significado de la palabra feminismo, con mensajes negativos hacia quienes trabajamos por la igualdad». Una presión que aún no ha llegado a las instituciones más que en Andalucía pero que ya se siente en medios de comunicación y redes sociales.
Silvia Buabent: “La frontera del patriarcado está en el cuerpo de las mujeres”
Tanto es así que Teresa Blat, de la Federación de Mujeres Progresistas, directamente ha pedido el voto para los partidos progresistas, antes de dar paso a la exposición de Silvia Buabent, candidata socialista al Senado, hasta hace unos días directora del Instituto de la Mujer, e impulsora de estas Jornadas en su etapa como Concejala de Igualdad del municipio madrileño. “Acción feminista, garantía de derechos” ha sido el título bajo el que ha hablado de la “eclosión” del feminismo, desde el Tren de la Libertad en 2014 hasta ahora. “Aquello ya le costó el puesto a un ministro”, dijo. Hoy, desde las elecciones en Andalucía, cuando se ha hecho evidente que “las derechas vuelven”, para Buabent el problema no es solo el crecimiento de un partido de ultraderecha, sino que se radicalizan los otros partidos conservadores. “Unidos consiguen un frente común contra las mujeres”, expresó.
“La frontera del patriarcado está en el cuerpo de las mujeres”, continuó. Es ahí donde nos quieren radicar la libertad: en el uso y disfrute de nuestros cuerpos por otros. Buabent insistió en referirse a lo que vamos a hacer “de aquí al 8 de marzo de 2020”. “¿Cuál es la agenda feminista, puede ser compartida y pactada?”, se preguntó. La candidata socialista se mostró contraria a dejar fuera de esa agenda temas “que son violencia”: la prostitución y los vientres de alquiler. “No es posible separar las agendas de la igualdad y la de la violencia: se produce violencia porque hay desigualdad”. Si las mujeres no son independientes, es difícil que salgan de la violencia. Se refirió, asimismo, a la necesidad de hablar sobre educación y sobre empleo, donde “las reformas laborales han machacado a las mujeres”. Buabent explicó cómo, cuando se abren nuevas oportunidades en sectores emergentes, las mujeres no estamos, poniendo el foco en la ausencia en las carreras de ciencias y tecnología.
“Nos debemos un debate en torno a la maternidad, que nos atraviesa”, argumentó también, aunque para ella esto no es lo mismo que hablar de natalidad –“no estamos aquí para parir”, afirmó rotundamente–. Y lanzó un mensaje al Partido Popular acerca de la figura del “no nacido” que la derecha ha vuelto a rescatar: “ocúpense de los que ya están”, dijo Buabent.
El tiempo final de su intervención lo dedicó a lo que llamó “la piedra angular sobre la que descansa todo: el poder”, que definió como la capacidad para hacer que otros hagan lo que uno quiere. Las mujeres estamos fuera del poder político, social, económico. “¿Tenemos las mujeres capacidad de interlocución, de incidencia, de influencia?”, volvió a preguntarse.
Ángeles Álvarez, a quien varias de las ponentes se refirieron por su papel fundamental en la consecución de la firma del Pacto de Estado contra la violencia de género, intervino en el coloquio para reclamar el paso de los discursos al BOE, “hay que dejarse ya de literatura”, insistió. Álvarez, desde el movimiento asociativo, ha participado recientemente en la presentación pública de un documento con medidas concretas frente a los vientres de alquiler y la prostitución. Una “Agenda feminista” a la que se refirió, esa misma tarde, Alicia Miyares, y en la que centró buena parte de su tiempo. Por su parte Buabent sí se mostró partidaria de establecer sanciones legales. “El BOE no cambia la sociedad, pero hace una gran pedagogía”, dijo.
Ana de Miguel: «Un discurso que no es tolerable en lo público, lo es en la sexualidad”
Llegó el turno a continuación para la profesora de filosofía en la Universidad Juan Carlos I, Ana de Miguel, y para Rosa San Segundo, profesora catedrática en la Carlos III. Ambas, académicas reconocidas en el feminismo por sus investigaciones y su labor docente, en una mesa moderada por Altamira Gonzalo, de la Asociación de Mujeres Juristas Themis.
Ana de Miguel es, además, la autora de “Neoliberalismo sexual: el mito de la libre elección” (2015), un trabajo de referencia reeditado una docena de veces. “El reto es analizar cómo se reproduce la desigualdad en sociedades formalmente igualitarias”: este es el eje de todo un área de trabajo de esta profesora.
En su análisis, en nuestro país hoy prácticamente todo el mundo condena la violencia y no lo podemos infravalorar. Pero no ocurre lo mismo con la violencia sexual. “Con este adjetivo, no todo el mundo tiene ya tan claro no legitimar la violencia sexual”. “El refugio que ha encontrado la sociedad patriarcal, en sociedades como la nuestra, es la sexualidad”, explicó. «Pocos hombres legitimarán la violencia cuando no aparece la palabra sexo por medio. Todo lo que no puede hacer un hombre hoy, como llamar guarra a una compañera, darle un bofetón o decir traga cerda, esa dosis de humillación en la violencia sexual –estrangulaciones, látigos, violaciones en grupo…– en el momento en que hay sexualidad, alguien dice: si a ella le gusta…» «Un discurso que no es tolerable en lo público, lo es en la sexualidad”, afirmó.
Explicó cómo “con el neoliberalismo sexual nos jugamos mucho: el concepto de lo que es un ser humano y de lo que se puede hacer con él”. El relato de Ana de Miguel acerca de la pornografía actual, un brutal catálogo de humillaciones y violencias contra las mujeres, evidencia lo necesario de poner límites al poder.
Rosa San Segundo: “La esclavitud es un concepto fabricado para las mujeres”
También Rosa San Segundo se interroga sobre el origen de esta violencia tan atroz. “Ningún grupo ha sufrido un sometimiento tan bárbaro y brutal como el que hemos sufrido las mujeres”, afirmó. A grandes rasgos, hizo un recorrido histórico desde los primeros asentamientos agrícolas, con el nacimiento de la escritura como una necesidad de contar los excedentes agrícolas y el origen de la propiedad privada. Surgen entonces las primeras formas de parentesco y el militarismo, es decir, el invadir, casi siempre vía marítima, para quedarse con los excedentes de otros. “La esclavitud es un concepto femenino, es decir, fabricado para las mujeres”, explicó. “Nos ha acompañado en toda la historia de la humanidad.» «Las mujeres interiorizamos en el orden simbólico la dominación. Hemos sido socializadas para servir a otros, incluso en la sexualidad”. “¿Qué es la violencia de género?”, se preguntó. “La violencia es una forma de interactuar con el otro para dominar y someter su voluntad. Es muy eficaz, por eso se utiliza. La violencia no viene en los genes, se aprende, incluso en los primeros meses y años de vida: se aprende a interactuar y se aprende la dominación”. “La clave es promover políticas de igualdad. Culturas mucho más igualitarias en todos los ámbitos”, reflexionó finalmente.
Alicia Miyares: “Hoy todo el mundo se reclama feminista, pero a la hora de la verdad vemos pocas actuaciones”
Por la tarde, Rafaela Pastor, presidenta de la Plataforma Andaluza del Lobby Europeo de Mujeres, fue la encargada de presentar a Alicia Miyares, filósofa, profesora y autora feminista. Con una trayectoria de teoría y activismo, Miyares fue la autora del manifiesto del Tren de la Libertad, por la defensa del derecho al aborto, que había recordado por la mañana Silvia Buabent como el primer hito de la nueva ola feminista en nuestro país.
“Tengo que hablar de la mercantilización del cuerpo de las mujeres”, dijo Miyares. “Hoy todo el mundo se reclama feminista, pero a la hora de la verdad vemos pocas actuaciones”, afirmó, antes de situarse en momentos clave de los avances de las mujeres hacia su libertad. Así, “la agenda feminista del siglo XIX se nuclea en torno al derecho al voto. Pero ¿se sentían la mayoría de las mujeres involucradas por esa agenda? Siempre es una vanguardia. Ahora sabemos que esa consecución iba a deshacer uno de los grandes nudos gordianos de la cultura patriarcal”, explicó. “La agenda del siglo XX en los últimos años se centra en la paridad política. Igualmente no se veían involucradas una mayoría. Pero la paridad política también deshace uno de estos nudos gordianos”.
Con esta perspectiva, la posición de Alicia Miyares es poner el foco en los llamados vientres de alquiler y en la prostitución. “El 8 de marzo fueron un grito de rebelión”, dijo. “¿Por qué el grito de hartazgo se centra en la violencia? Porque hemos hecho muy poco. El tema de prostitución está sobre la mesa, sí que toca”. Por eso han presentado unos días antes una agenda específica tres organizaciones –No somos vasijas, que ella misma preside, la Red estatal contra el Alquiler de Vientres y Stop Vientres de Alquiler– para frenar estas violencias en nuestro país.
Contra lo que califica como la impostura de las declaraciones formales, en su intervención Miyares insistió en que “ha concluido el tiempo de las buenas palabras” y en la exigencia de actuaciones concretas a los partidos.
En cuanto a la relación del feminismo con las luchas identitarias, Alicia Miyares quiso evidenciar la contradicción de algunas posturas: “No puedo decir que quiero abolir el género y luego promover una ley sobre el derecho a la identidad de género”, sentenció, argumentando la posibilidad de que los partidos antepongan la agenda queer a la feminista, “con la que no tienen que remover todas las estructuras y parece incluso más moderno y progre”.
Cecilia Castaño: Erradicar los estereotipos para no quedarse atrás en las TIC
La acción feminista en el sector de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) fue la última mesa de la Jornada del jueves, moderada por Sonia Lamas, presidenta de Enclave Feminista, y con Cecilia Castaño e Isabel Mastrodoménico como ponentes.
La catedrática en Economía, Cecilia Castaño expresó su preocupación por la brecha digital de género: “muchos ámbitos laborales se están digitalizando y las mujeres nos estamos quedando atrás”, dijo. Indicó la necesidad de cambiar los planes de estudio y de “transformar los entornos laborales, para no ser vistas como unas intrusas”. Expuso, asimismo, las dificultades que encuentran las niñas para acceder a los estudios TIC y la necesidad de trabajar con políticas públicas en la erradicación de los estereotipos de género, la recogida de datos para establecer mejores diagnósticos y la fijación de objetivos temporales en términos digitales.
Isabel Mastrodoménico: Las TIC nos han permitido llevar a cabo el feminismo global
Para Isabel Mastrodoménico, directora de la Agencia Comunicación y Género, las TIC son una herramienta clave en la acción feminista. Mientras las redes sociales han modificado nuestra manera de relacionarnos con el mundo, “la globalidad de las TIC nos ha permitido llevar a cabo el feminismo global” que nos rodea hoy. En este punto, “las mujeres tenemos que entrar como expertas en la producción y desarrollo de contenidos”, dijo. Expresó la necesidad de entender el lenguaje tecnológico –la alfabetización digital– y de amplificar nuestra presencia llegando a espacios donde antes no estábamos, desarrollando estrategias imprescindibles en nuestras campañas y mensajes. Ejemplos informativos como Mujeres en Lucha, o comedias feministas como Riot Comedy son una muestra, para esta especialista, de que el ciberfeminismo está totalmente vigen
La batalla contra el feminismo es cuando eres adolescente, una mujer de mas edad te sugiere que no es posible seguir sin actitudes animales, y tu no sabes que hacer. De ahi salen los famosos maltratadores esos.