Queridos, queridísimos hombres: no existe animadversión hacia vosotros. No. En ningún momento.
Nosotras, las feministas, fruto como vosotros de la cultura patriarcal, no nos alzamos en contra de los hombres. Lo que hacemos es proponer un contrato social diferente, más justo y equitativo que afectará tanto a hombres como a mujeres porque consideramos que las normas de convivencia entre humanos que nos han regido durante milenios, bien estructuradas, sofisticadas e irreprochables, no favorecen a las mujeres, antes bien, nos perjudican.
Y no estamos cómodas.
Atisbo en vuestras reacciones a nuestras solicitudes un enfado, evidente en algunos casos, y reprimido en otros, pero siempre a la defensiva. ¿A la defensiva de quién? Uno se defiende de quien le agrede, del enemigo, del hostil, pero nunca del compañero de vida leal. Y nosotras, que somos vuestras compañeras leales de vida, proponemos un nuevo modo de convivencia más justo, más sano y más feliz.
Pero para alcanzarlo necesitamos vuestra participación con la misma intensidad e intención que la nuestra porque se trata de un nuevo paradigma de entendimiento social beneficioso para todos.
¿En qué me puede beneficiar a mí, os estaréis preguntando muchos hombres en este momento? Y no hallaréis respuesta porque partís de un principio erróneo: creéis que el Feminismo es un movimiento encaminado a perjudicar a los hombres, y no es cierto.
Nosotras, las mujeres feministas, estamos tratando de abolir el Patriarcado, no de fastidiar a los hombres.
Carta a los hombres
- Advertisement -
- Publicidad -