El problema de la igualdad laboral en el Matadero madrileño (1924)

Eduardo Montagut
Eduardo Montagut
Doctor en Historia, profesor de Educación Secundaria, secretario de Educación y Cultura de Chamartín del PSOE-M, y colaborador en diversos medios digitales en el área de Historia y Memoria Histórica.
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En el otoño del año 1924, ya en tiempos de la Dictadura de Primo de Rivera, se produjo un hecho que refleja la lucha de las mujeres socialistas contra la discriminación laboral que sufrían las mujeres, así como su repulsa en relación con cuestiones de prejuicios de tipo moral.
En noviembre de 1924 se estableció en el Pleno del Ayuntamiento de Madrid, con el voto favorable de las tres concejalas, que no se podría contratar a mujeres para el servicio de la fonda del nuevo Matadero. Este hecho provocó la repulsa de las socialistas madrileñas.
En primer lugar, Julia Vega Elejalde publicó en El Socialista una columna relatando los hechos y atacando a las ediles por no haber defendido los derechos de las mujeres a ser contratadas en un servicio municipal. Era inadmisible que se argumentara que no era un lugar adecuado para las mujeres. Vega no quería discutir mucho ese criterio sobre “la moral y capacidad administrativa de las mujeres”, de los concejales masculinos, sino insistir en las ediles que en el Consistorio habían aprobado esa discriminación, calificándolas de insolidarias porque, además, no habían defendido a las mujeres de “conceptos equívocos” frente a los argumentos de ediles como Fuentes Pila. Se había argumentado que no era parecía un lugar adecuado o propicio para que trabajasen mujeres, aunque sí podrían entrar aquellas mujeres que fueran esposas de ganaderos o tuvieran negocios ganaderos propios.
De forma oficial, la Agrupación Femenina Socialista, en su asamblea general del 23 de noviembre, celebrada en la Casa del Pueblo de la capital madrileña, trató el asunto de la contratación de trabajadoras en la fonda del Matadero. La Agrupación insistió en el grave perjuicio que se generaba a las familias modestas porque se les privaba de unos empleos. Se decidió presentar una protesta a las concejalas porque con su silencio se habían sumado a la mayoría de los concejales en un acuerdo que se consideraba ofensivo para las mujeres en general por lo despectivo que tenía” para la honestidad y el espíritu laborioso de las mujeres de condición humilde.”
Hemos consultado los números 4926, 4929 y 4036 de El Socialista.

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