Esta colaboración es la traducción de un Artículo recientemente publicado en el New York Post.
Sobrevivientes del comercio sexual y activistas contra la trata de mujeres y niñas están furiosas por una reciente columna publicada en Teen Vogue que argumenta que vender sexo es un trabajo legítimo que debe descriminalizarse – ya que dicen que glorifica el comercio sexual e ignora a sus muchas víctimas.
La Dr. Tlaleng Mofokeng, una especialista en reproducción de Sudáfrica, es autora de la controvertida columna titulada “El “trabajo sexual” es trabajo real”, en el que argumenta que su trabajo como médica – el que incluye tartar infecciones de trasmisión sexual y brindar terapia sobre el desempeño sexual – es “básicamente “trabajo sexual”” y no debe ser tratado de forma distinta.
“Soy una médica, una experta en salud sexual, pero cuando lo piensas, ¿no soy una “trabajadora sexual”?” escribió Mofokeng en su artículo.
“Yo no creo que se correcto o justo que las personas que intercambian sexo por dinero sean criminalizadas y yo no lo soy por lo que hago. ¿Es un título en medicina realmente la correcta medida de quién se merece dignidad, autonomía, seguridad en su lugar de trabajo, comercio justo y libertad para elegir su empleo? No. Esto no debe ser así. Quienes se involucran en el “trabajo sexual” también se merecen esas cosas.
Pero Nicole Bell, quien pasó la mayor parte de su vida adulta en prostitución y que ahora dirige un clínica para quienes son comerciadas, critica enérgicamente la columna de la médica por sólo dirigirse a las pocas que tienen el privilegio de realmente elegir “el trabajo sexual” como una carrera.
“Esto no te empodera. Se te dice qué vas a hacer con tu cuerpo, cuánto debes cobrar y te lo dicen los hombres que te compran y los que te venden…. Tú estás a la disposición de los prostituyentes,” aseguró Bell, de 38 años, en una entrevista para el New York Post.
“Es gracioso cuando hablamos de prostitución, es de esto de lo que estamos hablando: Las estudiantes universitarias difiriendo su entrada a Yale, mientras se prostituyen para reunir el dinero de su colegiatura .. Pero eso no es verdad… La prostitución significa violencia, desorden en el uso de substancias, indigencia y vulnerabilidad. No privilegio.”
Bell no cree que la prostitución debe ser criminalizada, pero dice que las mujeres con las que ella trabaja en su clínica en Worcestar, Massachuttes, no entraron a la industria del sexo por elección – la mayoría son “forzadas” por la trata, la pobreza, la violencia y la indigencia.
Ella les proporciona a todas las mujeres una encuesta de entrada en la que les pregunta si quieren dejar la prostitución – y “ninguna persona ha respondido nunca que no”.
“Si es una gran oportunidad laboral que empodera, ¿por qué todas quieren salir de él tan vehementemente?”, dijo Bell.
Los estudios han demostrado que la edad promedio en que las mujeres entran a la industria del sexo como víctimas de trata es a la edad de 12 años.
Los expertos del sistema de justicia y las activistas declararon al New York Post que muchas de esas niñas continúan siendo tratadas bajo la premisa del “trabajo sexual” consensuado hasta bien entrada la adultez porque es todo lo que saben hacer.
Otras antiguas “trabajadoras de la industria sexual” reivindicaron las afirmaciones de Mofokeng de que no todas las “trabajadoras sexuales” se involucran en sexo con penetración” y que sus servicios “pueden incluir compañía, intimidad, roles no sexuales, baile, escorts y striptease”, mientras que las relaciones con los prostituyentes podrían “evolucionar hacia un vínculo emocional y psicológico”.
“¿Se pueden imaginar a una joven de 15 años hablando con un hombre de 40 años sobre sus problemas familiares mientras hace que le haga una felación?, dijo Vednita Cater, de 65 años, una sobreviviente de prostitución que ahora dirige una organización contra la trata llamada “Breaking Free”.
“Querer hablar de sus problems y que les den un masaje, no es la razón que tienen los prostituyentes para encontrarse con esas jovencitas. Ellos quieren una cosa: penetrarlas. ¿Cómo se van a sentir cuando les digan que se hinquen y abran la boca?”
Lauren Hersh, una exfiscal de víctimas especiales de Brookly, también criticó a la editora en jefe del Teen Vogue, Lindsay Peoples Wagner por su decision de publicar el editorial en una carta abierta que se publicó a medio día del domingo, pasado.
“Como madre de un hija, me sentí enferma de que su revista esté vendiendo a nuestras hijas la idea regresiva de que sus cuerpos deben ser comodificados y que la comodificación, la explotación y el trauma debe ser empoderante para ellas”, escribió Hersh, que dirige una organización sin fines de lucro llamada World Without Exploitation.
“Pero como la madre de un hijo, me siendo rabiosamente enojada de que en medio del movimiento del #MeToo, su revista está enviando a mi hijo el mensaje misógino de que comprar mujeres y niñas es legítimo y no causa ningún daño”, continuó. “La taza de abuso físico y sexual entre las personas en prostitución es alarmante. Las experiencias del desorden de estrés postraumático de la mayoría de aquellas jóvenes explotadas en el comercio sexual son destructivas y a menudo duran un largo periodo”.
Hersh dijo que estaba de acuerdo que las mujeres prostituidas no deben ser criminalizadas, porque la “gran mayoría” de quienes están involucradas están ahí por la falta de opciones, por coerción, además de que los proxenetas y los prostituyentes no deben tener un pase gratis.
“Teen Vogue rutinariamente publica piezas de opinion firmadas por personas externas para proveer a su audiencia –- “que son adolescentes de 12 a 16 años” – con una variedad de puntos de vista sobre un amplio espectro de temas que las jóvenes enfrentan. Mientras estos temas son a veces controversiales, le damos la bienvenida a los diálogos importantes que genera”, dijo un vocero de Teen Vogue al New York Post en un comunicado.
“Sobrevivientes y activistas preocupadas porque una publicación para «jovencitas» promueve la prostitución como trabajo” reitera mi afirmación, que la relación antagónica existente entre la transexual ecuménica perversa civilización patriarcal y el libre desarrollo de la sexualidad, es una relación cuyas consecuencias podemos perseguir, hasta estratos muy profundos de la conformación de nuestra vida.
La forma en que se haya desarrollado la vida sexual del niño (varón), entrañará máxima importancia para su existencia ulterior en las civilizaciones. Los citados factores psíquicos influyen tan sólo sobre las excitaciones accidentales, experimentadas por la sexualidad infantil. Tales excitaciones, y en primer lugar la seducción por otros niños o por adultos, aportan el material, que con ayuda de dichos factores puede quedar fijado en una perturbación duradera. Una buena parte de las desviaciones posteriores observables de la vida sexual normal ha sido fijada, desde el principio en los perversos y en los neuróticos, por impresiones del periodo infantil, aparentemente libre de toda sexualidad. En esta situación es casi impotente el esfuerzo individual. La colectividad ha de tomar interés en ella y dar su aquiescencia a la adopción de medidas, que hagan efectivo el poder de lo femenino.
Por ahora, nos hallamos muy lejos de toda posibilidad de tal cambio y en este sentido si puede hacerse responsable a nuestra transexual ecuménica perversa civilización patriarcal. Habrá de romperse la resistencia de toda una metodología del transexual ecuménico perverso patriarca, que no quiere recordar ni admitir su milenaria perversión, vencer su orgullo que no quiere descender al nivel de la humanidad, y habrá de “combatirse” el incomprensivo sometimiento de las mujeres, que consideran hoy como una fatalidad inescrutable su condición, pero inmerecida; el que precisamente sus hijas e hijos prosigan sometidas y sometidos a la imposición perversa del transexual ecuménico varón.
Todo esto plantea ya trabajo para siglos enteros, durante los cuales aprendería nuestra civilización a tolerar las aspiraciones de lo femenino.
Por eso el sentido y la verdad del feminismo (la mujer) es absolutamente la derrota del varón; perverso irresoluble y ambiguo sexual.
Mi Femeninologia Ciencia de lo femenino es la serie de configuraciones que con mi conciencia voy recorriendo constituyendo, más bien, la historia que desarrollo en la formación de mi conceptualización. Es decir, una suerte de escepticismo consumado, que en realidad sería, el propósito de no rendirme, a la autoridad de los pensamientos de otro, sino de examinarlo todo por mí mismo ajustándome a mi propia convicción; o mejor aún, producirlo todo por mí mismo y considerar como verdadero tan solo lo que yo hago.
Hoy, como ese infante entre los 4 a 5 años adaptando mi pensar en la realidad, interpretando mi actividad onírica.
Por Osvaldo Buscaya (Bya)
(Psicoanalítico)
Femeninologia (Ciencia de lo femenino)
Lo femenino es el camino
Buenos Aires
Argentina
07/05/2019