WILPF Alemania-Traducción de Irene Starace
Las mujeres con cargos políticos apicales podrían ser un motivo de alegría para una organización feminista como WILPF, que ha hecho campañas para la participación igualitaria de las mujeres en todos los cargos políticos durante más de 100 años. Sin embargo, con Ursula von der Leyen y Annegret Kramp-Karrenbauer han sido elegidas precisamente las mujeres que nosotras no queremos: conservadoras, obedientes, no críticas ni mucho menos rebeldes. Realmente no es así como nosotras entendemos “el fin del patriarcado” (como han escrito los periódicos alemanes).
A Viktor Orban le costó controlar su entusiasmo. «Hemos elegido a una madre de familia alemana, con siete hij@s, como jefa de la comisión», exultó el Primer Ministro húngaro tras el nombramiento de Ursula von der Leyen al cargo más alto de la UE. Ahora cabe esperar un cambio en Europa, dice el líder nacionalista de la derecha. «Hemos obtenido una importante victoria» (Star 5.7.19). Sí, lo sabemos, estas estructuras familiares, basadas en la heterosexualidad y la división sexual del trabajo, son estratégicamente los supuestos de un gobierno nacionalista.
La señora von der Leyen les debe su cargo a los jefes de gobierno que la colocaron ahí después de las elecciones europeas, y que son famosos por las políticas nacionalistas en sus respectivos países, caracterizadas por antisemitismo, políticas familiares y sociales regresivas y sexistas, políticas migratorias racistas, abrogación de la primacía de la ley.
La ex Ministra de Defensa alemana ha abogado durante mucho tiempo por “una política europea común sobre la defensa «. «Hoy es un gran día para Europa,» dijo el 13 de noviembre de 2017, cuando los Ministros de Exteriores y Defensa de 23 de los 28 Estados miembros aprobaron la «Permanent Structured Cooperation,» Pesco. La unión en la defensa debería de hacer la UE más independiente de EEUU y llevar a proyectos compartidos de armamentos. La cooperación transfronteriza, por ejemplo entre Alemania y Francia, sobre el suministro de armas a Arabia Saudí, ha hecho difícil reforzar una política sobre exportación de armas más restrictiva en cada uno de los países.
Annegret Kramp-Karrenbauer tuvo un inicio fallado como presidenta de la CDU y ahora es la principal candidata a la sucesión en el Ministerio de la Defensa. La señora von der Leyen deja este cargo con escándalos y muchos soldados en misiones en el extranjero. Encima ha habido gastos elevados para empresas de asesoría externas, que han privatizado cada vez más las actividades de la Bundeswehr en los últimos años. El hecho de que los años pasados han mostrado “que el mundo se ha vuelto menos seguro” (Deutschlandfunk, 24.7.2019) no contribuye de ninguna manera a una justificación del presupuesto de la defensa. Es con frases vacías como estas como ella orienta el discurso sobre la » seguridad nacional». Esto ha llevado en los últimos años, de forma devastadora, a la justificación del aislamiento de Europa, al aumento de la militarización de las fronteras y las áreas (post-) conflicto, etc.
En cambio, el gobierno debería trabajar para combatir las causas de fondo de los éxodos de poblaciones y encontrar soluciones globales y solidarias a la crisis climática – una aproximación preventiva, tal y como pide la sociedad civil.
Criticar el objetivo de un mundo más pacífico suena cínico en cuanto se hace claro que la ecuación «la seguridad y la estabilidad se pueden lograr solo con las operaciones militares » es equivocada. Es cierto lo contrario, y es probado por la práctica política, a través del envolvimiento de tantas mujeres y organizaciones de mujeres en los lugares de conflicto, tal y como por la investigación académica. WILPF cree desde su fundación que la libertad y la seguridad no se pueden nunca obtener con la violencia.
El rol de la Bundeswehr es definido por la Constitución. AKK pide que esté «en la sociedad, en las ciudades y las comunidades» con las juras de los soldados en público (DLF), que sea más visible. Esto es lo contrario de la política por la paz y la igualdad. La militarización refuerza las estructuras patriarcales de las sociedades y lleva a representar como héroes a los soldados (todavía varones en su mayoría) y a la glorificación y banalización de la guerra. WILPF se opone claramente a la petición de más visibilidad de las Fuerzas Armadas alemanas en nuestra vida diaria, y a la militarización de la sociedad que sería su resultado.
La nueva ministra de defensa pide un aumento significativo del gasto militar alemán. La República Federal Alemana ha aceptado el objetivo de la OTAN de aumentar el gasto militar del 2% antes de 2024, «un compromiso claro,» ha dicho el presidente de la CDU. (Frankfurter Allgemeine Zeitung).
Esto significa alrededor de 80 mil millones por año. Nosotras le preguntamos a nuestro gobierno: ¿Por qué no gastan este dinero para otros objetivos, por ejemplo para el medio ambiente y la protección climática (el gasto en eso se cifra en 2.3 mil millones de euros en 2019) o para la educación, la salud y el bienestar social?
La campaña de WILPF «Moved el dinero de la guerra a la paz» explica perfectamente el por qué.
Esta clase de demandas solo le sirve al protagonismo de Annegret Kramp-Karrenbauer, que está intentando saltar al “carro de Trump” del rearme, y por eso implica como por descuido la actual crisis del Estrecho de Hormuz y un compromiso militar más de Alemania.
Las mujeres, globalmente y a través de las estructuras sociales patriarcales, son más responsables de l@s niñ@s del mundo, de la seguridad de la comida y de los cuidados, siendo a la vez más afectadas por el cambio climático, los conflictos, el militarismo y sus efectos. Una política progresista de igualdad debería basarse en la sobrevivencia y el bienestar de tod@s. Sin embargo, el inmenso aumento del gasto militar alemán tiene el efecto opuesto.
L@s polític@s en favor de una defensa común europea y de tal aumento del gasto militar, pero cuyos gobiernos no logran asumir la responsabilidad de la justicia climática, de la solidaridad y de la igualdad en sus países y globalmente, pero sí para darles mucho dinero a asesores, y no han querido darse cuenta durante décadas del problema del extremismo de derecha en la Bundeswehr, ahora tan alabada, ni parecen haber entendido la gravedad de la situación. Llevar mujeres a la cumbre, pero seguir la misma política – esto no tiene nada que ver con la igualdad de género o las políticas feministas.
WILPF / IFFF invita a un giro sustancial hacia una política feminista y antimilitarista, se opone a la guerra y a más armamentos, y lucha por la resolución de los conflictos por los civiles, la cooperación por el desarrollo sostenible y la justicia climática. Una ocasión para un futuro gobierno di repensar en un ministerio de la paz, necesario desde hace mucho, en lugar de un «Ministerio de Defensa».